Misterio de Navidad
HIMNOS VARIOS
(XX)
Cantemos la hermosura
Navidad 2000/2001
Jubileo de la Encarnación
Este himno está escrito en el mismo espíritu jubilar que el anterior
(“Alzad los corazones y las voces”). La carta apostólica “Tertio Millennio
adveniente” el Papa Juan Pablo II había propuesto a la iglesia una plan de
renovación espiritual. El año 1997 estaría consagrado a Jesucristo, el
1998 al Espíritu Santo, el 1999 al Padre, y propio el Año Jubilar 2000 a
gloria y alabanza de la Trinidad.
“Un capítulo particular es la celebración misma del Gran
Jubileo, que tendrá lugar contemporáneamente en Tierra Santa, en Roma y en
las Iglesias locales del mundo entero. Sobre todo en esta fase, la fase
celebrativa, el objetivo será la glorificación de la Trinidad, de la que
todo procede y a la que todo se dirige, en el mundo y en la historia. A
este misterio miran los tres años de preparación inmediata: desde Cristo y
por Cristo, en el Espíritu Santo, al Padre. En este sentido la celebración
jubilar actualiza y al mismo tiempo anticipa la meta y el cumplimiento de
la vida del cristiano y de la Iglesia en Dios uno y trino” (Tertio
Millennio adveniente, 55).
1. Cantemos la hermosura
del Dios en quien vivimos:
oh Dios encarnación,
de luz oh alto abismo:
cantemos la hermosura.
2. Oh bello amanecer
de tierno amor rendido,
oh fuente refrescante,
abierta a todo hijo:
cantemos la hermosura.
3. Nacía el Dios humano,
salía de sí mismo:
y, fruto de una Virgen,
él era el don divino:
cantemos la hermosura.
4. Ya toda la familia
alberga a Dios consigo,
y todos lo veremos
un día reunidos:
cantemos la hermosura.
5. Oh santa Trinidad,
hogar enternecido;
venid, humanos todos,
traed hermosos himnos:
cantemos la hermosura.
6. Espíritu glorioso,
semilla y regocijo,
de ti la gracia hermosa
ascienda por los siglos:
cantemos la hermosura.
Estella, 31 de agosto de 2000.
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