TIEMPO DE NAVIDAD
P. Rufino Mª Grández, ofmcap.
 

 

Misterio de Navidad
HIMNOS VARIOS

(XVIII)


Oh Padre de Jesús


“Abbá, el mensaje central del Nuevo Testamento”, así nos lo dicen los estudiosos intérpretes de las santas Escrituras, y así lo dice el corazón que se ha acercado a las divinas letras, fuente de vida. ¿Qué es lo que nos predica Jesús cuando centra su mensaje en el anuncio del Reino de Dios? Nos dice que el Padre lo ha decidido así por su amor que supera todo razonamiento. El nos ha amado, por ser quien es, por ser el Padre y por esta razón nos da entregado a su Hijo y nos ha dado el Espíritu Santo.

Es bueno cantar la Navidad pensándolo así, gustándolo así. La Navidad es el seno del Padre que se abre al mundo, a mí. Sus entrañas llenas de ternura me han dado a su Hijo amado. El Niño que nace de la Virgen María está proclamando al Padre y todo el Evangelio de Jesús será el Evangelio del Padre. Es la gracia insondable de Navidad.
A decir verdad, desde el principio Dios había manifestado este designio, porque dice el Génesis que Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza; lo hizo hijo desde el principio. Presagiaba de esta manera la filiación de la criatura en otra Filiación.

Misterio de amor infinito que no nos cansaremos de cantar, misterio con el que vibramos llenos de emoción en este año del Padre, tercero del trienio preparatorio del 2.000, Año del Padre que acabamos de iniciar en el primer domingo de Adviento.


Oh Padre de Jesús,
Abbá de intimidades,
por él, con él y en él
también tú nuestro Padre,
hogar de nuestra fe
en paz y en tempestades,
¡Abbá, oh Padre!

Del Génesis y el huerto
ternura era el mensaje,
que fuimos los humanos
creados a tu imagen,
y corre por las venas
Espíritu en la sangre,
¡Abbá, oh Padre!

Llegó el día anunciado
y el Verbo se hizo carne,
y fueron tus entrañas
morada que nos abres,
que el Padre que lo envía
está con el que nace,
¡Abbá, oh Padre!

Oh Niño de Belén,
Jesús, divino Infante,
delicia del Dios vivo,
salvífico mensaje,
por ti nos atrevemos
tomando tu lenguaje:
¡Abbá, oh Padre!

Y ya regenerados
en aguas bautismales
cantemos el misterio
de eternas Navidades:
¡A ti, oh Dios, la gloria
que toda gracia traes!
¡Abbá, oh Padre!


Vitoria-Gasteiz, diciembre 1998.