Misterio de Navidad
HIMNOS VARIOS
(X)
Ahí, ahí, al tacto de los dedos
Et Verbum caro factum est: Y el Verbo se hizo carne. (Me gusta traducir
“el Verbo”, mejor que “la Palabra”; y ciertamente prefiero “carne” a
“hombre”. Carne, que es la palabra que ha usado san Juan, es hombre en
fragilidad, en indigencia, en la condición presente del hombre que
experimentamos).
Este himno es una meditación contemplativa de la frase del
prólogo de san Juan: ¡el Verbo! Repetimos con deleite esta palabra (5
veces): Verbo, Verbo Dios, Verbo carne.
Y qué sea la carne lo definimos en un verso: el Verbo se
hizo carne, historia y ruta.
El Verbo de Dios vino ahí, haciéndose frágil criatura; vino
ahí, al tacto de mis dedos.
María está grávida de Dios. Y ocurre que, al ser esto así,
al meterse el Verbo adentro de nuestra historia, cada corazón es
nacimiento.
Ahí, ahí, al tacto de los dedos
el Verbo yace en una pobre cuna;
el Verbo se hizo carne hasta la muerte,
perenne amor en frágil criatura.
Quitó de sí la gloria deslumbrante,
vistió en su piel mi propia vestidura,
y fuera del pecado todo es suyo,
primero de los hombres en la lucha.
Y luego se ha quedado cual semilla
que encierra savia nueva en tierra oculta,
y cada corazón es nacimiento,
y el Verbo Dios, presencia que perdura.
Henchida está la tierra de alabanza
y grávida de Dios cual Virgen pura;
¡arriba el corazón, a cielo abierto,
que el Verbo se hizo carne, historia y ruta!
El canto es de los pobres, ¡alegraos!,
cantad a Dios, reíd con alma lúdica,
y sea la esperanza luz del puerto
al par de la faena en noche oscura.
¡Jesús, a quien llamamos Verbo eterno
y Hermano que en tu sangre nos aúnas,
a ti te bendecimos sin descanso,
oh Dios de Dios, a ti la gloria única! Amén.
Año 1987
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