TIEMPO DE NAVIDAD
P. Rufino Mª Grández, ofmcap.
 

 

La Virgen María en Navidad - 5


Por obra de la Santa Trinidad
(Solemnidad de Santa María Madre de Dios)


La Theotókos es el misterio soberano de la Virgen María. María es la Engendradora de Dios, que esto literalmente significa el título griego dado a María en el concilio de Éfeso (año 431). María es sancta Mater Dei, la santa Madre de Dios, ciertamente. Madre en el sentido más real, no espiritual-simbólico. Por eso el Concilio le llamó sancta Dei Genetrix, expresión que venía de antes, como consta en el Sub tuum praesidium confugimus (Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre/Engendradora de Dios), la oración más antigua que conocemos dirigida a la Virgen.

De una forma solemne afirmamos: “entrañas de mujer jamás nos dieran el fruto celestial que de ellas nace”. Un ser humano – la mujer en este caso - “engendra” a otro ser humano; un ser humano no puede “engendrar” corporalmente a un ser divino. Este es el misterio: que María, por gracia, fecundada por el Espíritu de la Trinidad, engendra de sus entrañas al verdadero Hijo de Dios.

Esto es el principio; lo demás son consecuencias, derivaciones de esta gracia trinitaria de la maternidad divina.

Misterio que se acepta en fe y que se gusta en contemplación.


Por obra de la Santa Trinidad
la Virgen pura es Madre;
entrañas de mujer jamás nos dieran
el fruto celestial que de ellas nace.

Morada de la paz es tu regazo,
que a Dios y al hombre traen;
Mujer, de Dios fecunda cual ninguna,
de humana vida Madre como nadie.

¡Oh Madre nuestra, casa preparada
en donde todos caben,
el pan de la unidad y la alegría
y todo cuanto es bueno de ti sale!

Callada Madre, Madre de la espera,
que estás y a todos abres,
olvida nuestro olvido, Madre buena,
que vence y vencerá tu amor más grande.

Morada de la luz y toda gracia,
socorro de mortales,
cual Madre por nosotros intercede
al Hijo que en tus ruegos se complace.

¡Al Hijo Redentor que ha preparado
los brazos maternales
se vuelva todo amor de nuestra tierra,
cantándole con cantos a la Madre! Amén.


Jerusalén, 1985