La Virgen María en Navidad - 4
Brotó de ti la gracia y nuestra vida
He aquí la introducción escrita al publicar este himno.
Nuestra tierra está llena de asesinatos, manchada de sangre. Al escribir
este himno (1979) pusimos como dedicatoria o entrada esta oración: “Madre
piadosa, intercede por nuestro pueblo; todos somos culpables”. Pero hoy
(1981) la mancha de sangre se ha extendido: ¡Madre, basta de sangre
derramada, muera en Belén el odio y la venganza!
Belén es noche de paz, noche de amor. María, como madre, es
madre de alegría, “por el gozo de que ha nacido un hombre - ¡el Hijo
Unigénito! – en el mundo” (Jn 16,21). Pero junto a la cuna chocan las
espadas, y en torno a Jesús surgen mártires sin palabras.
También aquellos días estuvieron atravesados por el dolor
del exilio, y el Hijo que venía a su casa tiene que ser el Hijo fugitivo.
María conoce la dolorosa muerte de los pobres, ella la más pobre de los
pobres. Bien ha sabido cuál es el camino de los desterrados en este valle
de lágrimas.
Ese es el misterio de María en Belén, entre grandes gozos y
dolores.
Brotó de ti la gracia y nuestra vida,
oh Virgen, manantial de toda dicha,
cuando igual que la madre primeriza
fuiste madre con gritos de alegría.
Vinieron a la cuna con espadas,
quisieron al amor matar con armas;
¡Madre, basta de sangre derramada,
muera en Belén el odio y la venganza!
Huyes salvando al Hijo fugitivo
y un pueblo de paganos brinda asilo;
¡míranos juntos, Madre de oprimidos,
somos todos los pobres del exilio!
Mujer de aldea y Madre de los hombres,
mujer de grandes gozos y dolores,
¡cómo esperan de ti los corazones,
porque eres la más pobre de los pobres!
El Rey de paz te acoge, en ti se goza,
y en tu virginidad sella su gloria;
¡cante el mundo y la Iglesia deseosa
al Señor que de gracia te corona! Amén.
Miranda de Arga (Navarra), 3 enero 1979
RUFINO MARÍA GRÁNDEZ, capuchino
(letra) – FIDEL AIZPURÚA, capuchino (música), Himnos para el Señor.
Editorial Regina, Barcelona, 1983, pp. 57-60.
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