HIMNOS DE BELÉN
(En la gruta de Belén,
1984)
IV
Hic visus a pastoribus
Belén es una gracia de pastores
Himno de la sencillez, que eso son los pastores. La síntesis del himno
está en una proclamación evangélica. Suena Así: Belén es una gracia
de pastores, Belén, el Evangelio.
Belén es el Evangelio ya tal
es el mensaje que queremos cantar para quedar nosotros evangelizados. Al
cantar este himno recordemos las palabras de Jesús: Yo te bendigo,
Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a
sabios y prudentes, y se las has revelado a pequeños (Mt 11,25).
El encuentro de los sencillos
con el Niño Dios se vierte en un gozoso sonreír y reír: reíd, llenos
de fe, fieles creyentes, que nos traslada al nacimiento del hijo
de la promesa, Isaac: Y dijo Sara: Dios me ha dado de qué reír; todo el
que lo oiga se reirá conmigo (Gn 21,6).
En la doxología nos dirigimos a Cristo soberano y único Maestro que en
Belén ha puesto su cátedra sagrada; al glorificarle le decimos:
honor a ti, que enseñas en pobreza, y muestras a los pobres tus misterios.
Belén es una gracia de
pastores,
Belén, el Evangelio,
oh dicha por ninguno conquistada,
caída cual maná desde los cielos.
Llegaron obedientes en la noche,
entraron y lo vieron;
reíd, llenos de fe, fieles creyentes,
colmadle de sonrisas y de besos.
Miradle sobre todo, contempladle
con ojos muy abiertos,
y nunca ya, guardando los rebaños,
se borren de la frente sus destellos.
Vinieron los sencillos, se llenaron
de gozo y de consuelo,
de vuelta eran felices y alababan,
divinamente sabios sin saberlo.
El palo del pastor y su mochila
nosotros agarremos;
y fuera nuestra ciencia vanidosa,
que allí la verdadera aprenderemos.
¡Honor a Cristo, cátedra sagrada,
el único maestro,
honor a ti, que enseñas en pobreza,
y muestras a los pobres tus misterios! Amén.
|