TIEMPO DE NAVIDAD
P. Rufino Mª Grández, ofmcap.
 

 

HIMNOS DE BELÉN

(En la gruta de Belén, 1984)

 

Noticia sobre el origen de estos himnos


Todos los días en Belén se celebra una liturgia natalicia a mediodía. Es una breve procesión con diversas estaciones. Parte del altar del Sacramento en la iglesia latina, y se dirige a la Gruta. Se venera primero el lugar del Nacimiento, allí donde una estrella, colocada en el suelo, dice: “Hic de Virgine Maria Jesus Christus natus est”. Luego se venera el Pesebre; a continuación, frente al Pesebre, el altar de los Magos. Y después, saliendo de la Gruta, se pasa a otro subterráneo, donde se hace una última estación en alguno de los seis puestos sacros allí existentes.

La celebración se articula con himnos, antífonas y oraciones, todo ello envuelto en incienso. El momento más entrañable es cuando “ad locum ubi Christus natus est” se canta la siguiente antífona, comentario y evocación del texto evangélico (con frases de san Jerónimo, que allí tiene su sepultura, y en Belén vivió algo más de 30 años), antífona que dice así:

Bethelehem, ecce in hoc parvo terrae foramine,
 caelorum Conditor natus est (I).

Hic involutus pannis (II).

Hic in paesepio est reclinatus (III).

Hic visus a pastoribus (IV).

Hic demonstratus a stella (V).

Hic cecinerunt Angeli dicentes:
Gloria in excelsis Deo. Alleluia. Alleluia. Alleluia.

 
Los siete himnos que van a continuación, compuestos precisamente en el convento franciscano de Belén (octubre 1984) son la glosa a las siete frases de la antífona. Quede constancia de que les estoy muy agradecido a mis hermanos franciscanos de Belén, que me acogieron con cordialidad y fraternidad durante cuatro semanas, antes de aposentarme en una celda del convento de La Flagelación, en Jerusalén.

 
Con el título de Himnos de Belén están publicados estos himnos en Oración de las Horas 15 (1984) 359-364, con sus introducciones. Posteriormente fueron incluidos, con sus introducciones, en RUFINO MARÍA GRÁNDEZ, capuchino (letra) – FIDEL AIZPURÚA, capuchino (Música), Himnario de las Horas. Editorial Regina, Barcelona. 1990, pp. 19-31.

 
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Estos himnos se pueden emplear indiferentemente en Laudes o en Vísperas; pueden servir también para el Oficio de lectura. La melodía que se ofrece, con el primero de los himnos como modelo, puede ser adaptada a todos ellos. Cántese de una manera sencilla, diciendo el texto, bien fraseado, manteniendo bien el tono al final de cada estrofa.

 

En un pequeño hueco de la tierra

Sus manos virginales lo han envuelto

Oh joya de los cielos, amor mío

Belén es una gracia de pastores.

La estrella de Jacob ha aparecido

Vinieron del Oriente y preguntaron

El himno de los ángeles cantemos.