Festivos de Navidad - 6
Amor que amor hambreaba
Canción de amor de uno que amaba. Sueño azul del corazón de uno que
soñaba. Hervor de carne de alguien que quería ser más puro que su
impureza, divinizado por la pureza de Dios. Poesía de uno que había leído
el Cantar de los cantares. Locura de un loco que otra cosa no sabía. Beso
de un mendigo que un beso pedía. Fricción de un célibe enamorado, que
moría por el amor soñado. Humilde oración de un cristiano, bebé que
balbucía.
"Deus vult alios habere Condiligentes", dijo el intuitivo y voluntarista
franciscano Juan Duns Scoto (1266-1308), Beato, águila del pensamiento,
pluma del corazón: "Dios fue en busca de otros Condiligentes". Por eso
salió de la Trinidad, sin dejarla, para buscarme a mí, desorientada
criatura.
Y en mí, por su Hijo, halló el desvarío que buscaba.
Yo soy el Condiligente de Dios.
1. Amor que amor hambreaba
de Dios al Hombre indigente,
y anhelaba eternamente
ser aquello que anhelaba.
2. Hoy el Amor ha nacido
en medio del corazón,
y de mi carne y pasión
Dios Amor se ha revestido.
3. Hoy el Amor se ha humanado
humanamente divino:
Dios se hace hombre, me inclino
y adoro al Hombre adorado.
4. Dios es Jesús Emanuel
en el Hijo de su amor;
confesemos con temblor:
Dios es yo y yo soy Él.
5. La razón se hizo ternura
más fuerte que la razón:
Dios es pura encarnación,
saciado en su creatura.
6. Misterio que nos fascina,
aunque decirlo ignoremos:
tan solo pide que amemos
con su locura divina.
7. Con tu amor, mi Dios, te amo
mi vida es un beso a ti,
y ni jamás te ofendí
si ahora en tu amor me inflamo.
8. Piedad, mi Dios, tu Piedad,
tu milagro ayer y hoy,
y a este milagro me voy,
perdido en ti, Navidad.
9. Nacido soy en Belén,
nacido en Dios que nacía;
Yo soy, mi Dios, tu alegría,
y tú eres mi parabién.
10. Yo soy, oh Cristo, tu esposa,
tu esposa desvanecida;
si quieres, tú eres mi vida,
yo, tu pétalo y tu rosa. Amén.
Puebla, 22 de diciembre de 2007.
|