TIEMPO DE NAVIDAD
P. Rufino Mª Grández, ofmcap.
 

 


Festivos de Navidad - 4



¡Albricias, amigos míos!


Un cántico espiritual que está escrito, como se ve, glosando la parábola del pastor según el Evangelio de san Lucas.

“« ¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las 99 en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: "Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido." Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por 99 justos que no tengan necesidad de conversión” (Lc 15,4-7).


¡Albricias, amigos míos,
felicitadme y gozaos!
Me vine a la hora del alba,
buscando por los barrancos;
ya está segura en mis hombros
la oveja que iba buscando.

Me vine como pastor
amante de su rebaño,
que deja noventa y nueve
por una que se ha extraviado.
¡Oh tierra y cielos atónitos,
sed del gozo solidarios!

A tierra de mis amores
me vine, Dios Encarnado.
Mi sangre con vuestras penas
y risas se fue mezclando,
y juntas están unidas
mis manos con vuestras manos.

¡Oh Padre de mi alegría,
oh premio de este mi hallazgo,
oh gracia al mundo vertida,
que limpia todo pecado;
oh corazón descubierto,
amor, amor inexhausto!

Iglesia de Encarnación,
que no se apague tu canto:
¡Jesús, en Belén nacido,
por una Virgen Hermano,
a ti, Señor de la gloria,
a ti, oh Dios, te adoramos! Amén.


Logroño, 1989