Festivos de Navidad - 2
Mi Niño divino
o
La Arrulladita del Niño
(Canción de
cuna para la Acostadita del Niño)
Un rito entrañable que tiene el pueblo mexicano en Navidad, es el de la
Acostadita del Niño Dios.
En la misa de Nochebuena
innumerables “Niño Dios” vienen a la iglesia. Los traen en brazos. Al
terminar la misa sigue la adoración del Niño, y con la adoración la
arrulladita del Niño. Cada quien “mece” a su Niño, cantándole todos la
Nana para que duerma. Y, con mucha frecuencia, entre dos personas
balancean al Niño como en la cuna: una bufanda, una pequeña cobija puede
ser esa hamaca para balancear entre dos al Niño. Y pueden producirse
muchos balanceos simultáneamente. Emocionante. Por ejemplo, un abuelo
curtido y su nieta que están meciendo al Divino Niño.
Y mientras tanto se le va cantando una Nana…, con versos y ritmos
tradicionales…, como estos:
“Duerme y no llores, / Jesús del alma, / duerme y no llores, / mi dulce
amor. / Duerme y no llores, / que esas tus lágrimas / parten el alma, / de
compasión. / Duerme y no llores, / Jesús del alma / duerme y no llores, /
mi dulce amor. / Duerme y no llores, / que esas tus lágrimas / parten el
alma, / de compasión. / Os anunciamos, / con gozo inmenso: / Hoy ha
nacido, / el Salvador. / En un pesebre, / sobre las pajas / y entre
pañales, / lo encontraréis…”
Pues, pensando en la
arrudallita del Niño, están escritos estos versos.
I
Mi Niño Divino,
nacido en Belén,
de una Virgen pura
junto a San José,
yo muy dulcemente
te voy a mecer,
para que te duermas,
mi Niño, mi Rey.
II
Mi Niño Divino,
boquita de miel,
cierra tus ojitos,
mírame sin ver;
quiero que te duermas,
dame este placer,
y, cuando despiertes,
mírame otra vez.
III
Mi Niño Divino,
ternura en la piel,
yo te doy mil besos:
tengo mucha sed;
mas ahora quiero
verte adormecer,
y, cuando despiertes,
ya te besaré.
IV
Mi Niño Divino,
precioso Emanuel,
si tú no te duermes
¿quién no ha temer?
Cielo de los cielos,
Jesús, “El que es”,
duerme, vida mía,
yo te arrullaré.
V
Mi Niño Divino,
mi dulce embriaguez,
en tu acostadita,
déjate querer;
tu sueño es mi gracia,
yo me pierdo en él;
desde tu silencio
das vida a mi fe.
VI
Mi Niño Divino,
al aire y vaivén
de mis suaves brazos
déjate vencer;
y cuando yo vea
que vencí a un Bebé,
tú me habrás vencido
y me rendiré.
VII
Mi Niño Divino,
ya me callaré,
y, quieto, adorando,
aquí me estaré;
yo te quiero mucho,
más te he de querer,
pero en liz de amores
nunca ganaré.
VIII
Mi Niño Divino,
canción de Noel,
duerme, duerme, duerme...,
yo me dormiré;
bajo tu cobija
me calentaré,
y, entre dulces sueños,
sueños te diré.
Cuatitlán Izcalli (Estado de México), diciembre 2005
Esta Canción de cuna ha sido musicalizada por Fidel Aizpurúa (no
publicada)
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