TIEMPO DE NAVIDAD
P. Rufino Mª Grández, ofmcap.
 

 


Bautismo del Señor
2


En él no está el pecado, nunca estuvo


En él no está el pecado. Esta soberana palabra, consoladora sin fin, la hemos tomado de la primera carta de san Juan: “… y en él no hay pecado” (1Jn 3,5). No hay pecado en Jesús: Bañado en el misterio de su Padre surgía sin pecado, el hombre entero.

Cantamos el Bautismo del Señor. Jesús, el hombre entero, la verdad del plan pensado al proyectar Dios al Hombre, Jesús, en estas condiciones se sumerge en el bautismo. Lo admirable es que este bautismo es “el verdadero”. ¿Y cómo si en tu vida nada es falso ha sido tu bautismo el verdadero?

Fuera de nuestra mente una seudoteología que pensara que el bautismo de Jesús no ha sido un bautismo de verdad. El suyo ha sido el verdadero, la razón de toda la verdad de nuestro bautismo. La verdad del bautismo de Jesús, verdad inseparable de la Cruz, es lo que queremos cantar llenos de adoración: “Verdad de criatura trepidante, del pobre que ante Dios siempre es pequeño, verdad del solidario con nosotros: es esa la verdad de tu descenso”.

Que el bautismo de Jesús nos adentre en su verdad admirable y estremecedora. Desde él intuiremos el hondo misterio de nuestra verdad.


En él no está el pecado, nunca estuvo,
no pudo verlo el ojo fariseo;
ni el rayo acusador de la pupila
halló en su corazón al hombre viejo.

Bañado en el misterio de su Padre
surgía sin pecado, el hombre entero,
sin mancha contagiada por la estirpe,
varón para crear a Adán de nuevo.

Él era la verdad del plan pensado,
el Hijo amado, germen y modelo
del hombre que vendría, sano y limpio,
al dar el Padre tiempo al pensamiento.

¿Por qué, Jesús, desciendes al abismo,
te hundes en maldad no tuya inmerso?,
¿y cómo si en tu vida nada es falso
ha sido tu bautismo el verdadero?

Verdad de criatura trepidante,
del pobre que ante Dios siempre es pequeño,
verdad del solidario con nosotros:
es esa la verdad de tu descenso.

¡Oh Santo sumergido en el bautismo,
ungido con la fuerza y el consuelo,
honrado por la Voz y la Paloma,
a ti te proclamamos Cristo y Verbo! Amén


Burlada (Navarra), enero 1983

RUFINO MARÍA GRÁNDEZ (letra) – FIDEL AIZPURÚA (música), capuchinos, Himnario de las Horas. Editorial Regina, Barcelona 1990, pp. 39-42.