VI. Himnos para la Hora intermedia
Nona
Con fe sincera y alma dolorida
Jesús muere en la cruz a la hora nona, Contemplamos, alzamos la mirada; la
alzamos con fe sincera y alma dolorida.
Las tinieblas escatológicas (Am
8,9) se ciernen sobre la Cruz, sobre toda la tierra. Y en estas tinieblas
hay un juicio. Muere el Hijo de Dios.
Ante la muerte del Hijo de Dios,
¿qué decir? Pecamos, oh Señor, lo confesamos. Esa muerte es el precio de
nuestros pecados. Miramos, y mirándole, nos sobran las palabras. Un gemido
de infinita confianza: ¡piedad, misericordia…,perdónanos, Jesús, por tus
entrañas!
Y en la doxología: ¡eterna
gratitud, oh Compasivo!
Misterios de la Cruz: ¡oh Jesús Salvador!
Con fe sincera y alma dolorida
a Cristo en Cruz alzamos la mirada;
¿a quién vemos morir a la hora nona?.
¿qué juicio en las tinieblas se desata?
Pecamos, oh Señor, lo confesamos,
mirándote nos sobran las palabras;
¡piedad, Señor, por ti, misericordia!,
¡perdónanos, Jesús, por tus entrañas!
¡Eterna gratitud, Crucificado,
amor hecho pedazos sobre el ara,
eterna gratitud, oh Compasivo,
oh Puerta que a los cielos das entrada! Amén.
Jerusalén, 1985.
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