EL AÑO LITÚRGICO |
VI.
Himnos para Pasión y Semana
Santa
Ante un acontecimiento de tal magnitud en la historia de las religiones “no podía faltar el cuestionamiento de la teología moderna… No se puede creer que (Jesús) ‘fuera capaz’ de tanto. … Así las cosas, una buena parte de teología actual cuestiona que las palabras de la institución se remonten realmente a las palabras de Jesús. Dado que lo que aquí está en juego es el núcleo del cristianismo y el aspecto central de la figura de Jesús, hemos de examinar la cuestión más detenidamente” (En la edición de Planeta-Encuentro, 141-142). El Padre quiere perdonar incondicionalmente (Peter Fiedler); esto es verdad. Entonces no es posible con la “expiación”, que suponen las palabras de Jesús, al decir que da su vida “por vosotros, por muchos”, por todos. “Aquí reside el verdadero motivo por el que una buena parte de los teólogos modernos (y no solo los exegetas) no admiten que las palabras de la última Cena provengan de Jesús” (o. c., 143). El Papa explicará cómo es posible el perdón incondicional de Dios , anunciado desde el principio, y la expiación que Jesús atribuye a su vida, no solo en el mensaje de Jerusalén, sino ya desde el principio. “…Es comprensible por tanto que haya en la exégesis un amplio debate sobre cuáles sean las palabras originarias de Jesús. Rudolph Pesch ha mostrado que, en un primer momento, surgen aquí cuarenta y seis posibilidades que, intercambiando cada una de las respectivas introducciones, pueden ser el doble… Nosotros partimos del presupuesto de que la transmisión de las palabras de Jesús no existe sin su recepción por parte de la Iglesia naciente… Así se podía percibir en las palabras de Jesús tanto el eco de Éxodo 24 como de Jeremías 31, y acentuar más un contenido u otro” (pp. 152-153).
(Nota. Estas páginas son de un
teólogo profesional, y no se entienden con una mera lectura informativa
de corrido)
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