EL AÑO LITÚRGICO
EL CAMINO CUARESMAL

P. Rufino María Grández, ofmcap.

 

VI. Himnos para Pasión y Semana Santa
Común de Pasión


Viernes Santo
 

Clavados se han quedado nuestros ojos


Himno de contemplación del Crucificado, tranquilo el corazón…, mirando con amor, feliz mirando.

El que contempla aprende en silencio; se deja invadir por la sabiduría que le llega desde la Cruz. La Cruz lo ha dicho todo y nada queda que Dios pueda decir más hondo y santo. “Porque en darnos, como nos dio, a su Hijo – que es una Palabra suya, que no tiene otra – todo nos lo dio junto, y no tiene más que hablar” (San Juan de la Cruz).

En el cuerpo del Crucificado está todo, infinitamente todo, en su ser concreto: la Sabiduría, el Amor, la Vida pura, oh centro y espiral del universo.

La contemplación va al encuentro - oh cuerpo del encuentro, Dios dulcísimo - . Y el encuentro es unión, es sacramento, es Dios en el hombre y el hombre en Dios: oh cuerpo de tocar y de comerlo, a pecho abierto Dios al hombre dado.

Así contempla la Iglesia, ardorosa de pasión, a su Señor Crucificado. Te adoramos: tal es la última palabra de la doxología.



Clavados se han quedado nuestros ojos
al cuerpo que en la Cruz está clavado;
tranquilo el corazón en su deseo,
mirando con amor, feliz mirando.

La Cruz lo ha dicho todo y nada queda
que Dios pueda decir más hondo y santo;
no tiene más palabra que ofrecernos,
no tiene más amor que regalarnos.

La Vida pura es carne magullada,
es muerte en ese rostro, en esos brazos;
la Vida se halla expuesta en el patíbulo
y ahí está la muerte que aguardamos.

Los ojos se han quedado llenos, quietos,
prendidos en su cuerpo y fascinados;
oh centro y espiral del universo,
oh Dios inmenso, Dios en tal tamaño.

Oh cuerpo del encuentro, Dios dulcísimo,
la gracia desbordada en el pecado;
oh cuerpo de tocar y de comerlo,
a pecho abierto dios al hombre dado.

¡Jesús de Nazaret, Hijo del Padre
y lleno del Espíritu Paráclito,
a ti, testigo, amor, verdad, camino,
a ti, crucificado, te adoramos! Amén.


Año 1985.

RUFINO MARÍA GRÁNDEZ (letra) – FIDEL AIZPURÚA (música), capuchinos, Himnario de las Horas. Editorial Regina, Barcelona 1990, pp. 69-72.