VI.
Himnos para Pasión y Semana
Santa
Común de Pasión
Himnos de la Santa Cruz - 2
El Árbol de la vida fue plantado
Este es un himno de “Exaltación de la Santa Cruz”. El signo de la santa
Cruz aparece bien pronto, como un signo de fe, en la historia cristiana.
El signo de la Cruz con Crucificado (Crucifixum) tardará varios siglos.
La Cruz es el Árbol de la vida,
con toda la evocación del Paraíso. “El árbol de la vida es tu cruz, oh
Señor”. Esta proclamación de fe la hemos recitado tantas veces para entrar
en el salmo 1 del salterio, oficio de lectura de la primera semana, salmo
donde leemos: “Será como un árbol plantado al borde del abismo”.
Nuestros hermanos de la Iglesia
Madre de Jerusalén y de la Iglesia Judeo-Cristiana, acudieron a símbolos
nobles para cantar a Jesús, Hijo de Dios, Salvador: tal el Arado del
campesino palestino, la Nave con su mástil (Bellarmino Bagatti, 1905-1990,
franciscano de la Custodia de Tierra Santa, tuvo un gran mérito al
escribir sobre arqueología y teología en los orígenes de la Iglesia: “Alle
origini della Chiesa”, 2 vol. Editrice Vaticana, 1981-1982).
Cantamos, pues, a la Santa Cruz,
“spes nostra”. La Cruz, símbolo pascual por excelencia, es la llave de la
Trinidad. Adoremos, y nuestro gozo se hunda en la Trinidad.
El Árbol de la vida fue plantado
por Dios mismo en mitad del Paraíso;
el Árbol es la Cruz esplendorosa,
dulcísimo es su fruto, Jesucristo.
Amantes de la vida, aquí saciaos,
comed el santo fruto aquí nacido,
ceñíos a este tronco en fuerte abrazo,
la fresca sombra sea vuestro abrigo.
El árbol de la Cruz al cielo asciende,
¡oh mástil victorioso del navío!,
¡oh arado que abre el surco de la tierra!,
¡oh tálamo del Verbo descendido!
La Cruz que Dios exalta y veneramos
es signo del misterio acontecido;
la Cruz proclama al cuerpo traspasado
y dice que el sepulcro está vacío.
El triunfo del amor está gritando
la Cruz del Hombre Dios, altar del Hijo,
¡oh llave de la santa Trinidad!,
¡oh alma del saber, maná escondido!
Con besos y con cantos y con flores
al Hijo en Cruz gloriosa bendecimos:
¡oh santa Cruz, bendita eternamente,
recibe a los signados con tu signo! Amén.
Jerusalén, solemnidad de la Santa Cruz 1986.
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