VI. Himnos para la Hora intermedia
Cuando llegó el instante de tu
muerte
Himno para Completas
Al componer este himno para Completas nos acordamos de la muerte de
David, de aquellas palabras sencillas y augustas que le dice a su hijo
Salomón, al darle los últimos consejos: “Yo emprendo el camino de
todos…Ego ingrediar viam universae terrae…” (1Re 2,2). Es el camino de
todos los mortales. Y la palabra mortales resuena por tres veces en este
himno, una en cada estrofa. Es nuestra condición y destino.
El sueño de la noche, cuando el
corazón se abandona a lo infinito, y la muerte, son como dos realidades
paralelas de nuestra finitud.
Ahora bien, detrás está Cristo, y
a ese Cristo inmortal es a quien cantamos en las tres estrofas. Y, al
final, le ofrecemos a Cristo “el sueño necesario” como una oblación de
amor.
Cuando llegó el
instante de tu muerte
inclinaste la frente hacia la tierra,
como todos los mortales;
mas no eras tú el hombre derribado,
sino el Hijo que muerto nos contempla.
Cuando me llegue el tránsito esperado
y siga sin retorno por mi senda,
como todos los mortales,
el sueño de tu rostro será lumbre
y tu gloria mi gloria verdadera.
El silencio sagrado de la noche
tu paz y tu venida nos recuerdan,
Cristo, luz de los mortales;
acepta nuestro sueño necesario
como secreto amor que a ti se llega. Amén
24 noviembre 1980
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