VI. Himnos para la Hora intermedia
Tercia - Sexta - Nona
Ojos de aquel publicano
El himno evoca la escena que pintó Jesús en la parábola del fariseo y el
publicano (Lc 17, 9-14). “El publicano, en cambio, quedándose atrás, no
se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el
pecho, diciendo: ¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador” (v. 13).
Prestamos atención a aquellos ojos, a aquella mano, a aquella lengua que
ora en bajo murmullo…
La mención del “octavo día” acaso
aconseje este himno para los domingos.
Ojos de aquel
publicano
hasta la tierra caídos,
el Dios de la luz os mira,
miradle con regocijo.
Mano que pide clemencia
hiriendo el pecho contrito,
el Señor te abre la puerta
de su pecho compasivo.
Lengua que en bajo murmullo
dices tu dolor sentido,
el Juez que sabe juzgar
ha escuchado complacido.
Padre del octavo día,
glorioso siendo propicio,
perdónanos, purifícanos,
por el honor de tu Hijo. Amén.
Miranda de Arga (Navarra), enero de 1977
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