EL AÑO LITÚRGICO
EL CAMINO CUARESMAL

P. Rufino María Grández, ofmcap.

 

VI. Himnos para la Hora intermedia


Sexta


Jesús, contigo iremos al desierto



Palabra clave de este himno, que se repite cinco veces, es “contigo”. Con ella queremos expresar el sentido mistérico de la Cuaresma. La cuaresma no es un plan que yo proyecte – ayuno, oración, limosna – empezando desde “mi conversión”. La Cuaresma, indisolublemente unida a la Pascua, es una vivencia espiritual, mística en sentido profundo, de Jesucristo en mí. “Estoy crucificado con Cristo; vivo, pero no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí” (Ga 2,19-20).

Si, en efecto, Cristo vive en mí, es él quien obra en mí – el que me sugiere, el que me impulsa, el que me colma – y, obrando desde él, obro con él: “Contigo”. Los misterios de Jesús de esta manera se cumplen en mí.


Jesús, contigo iremos al desierto
en medio de la villa populosa,
y tú nos brindarás el pan sabroso
que alimentó tu alma silenciosa.

Contigo pasaremos el mar Rojo,
beberemos el agua de la roca;
tú serás el pastor y, en la montaña,
tú serás nuestra gracia esplendorosa.

Contigo humildemente hasta el Calvario,
contigo por la vía dolorosa,
y al final, oh Jesús, por tu promesa,
contigo viviremos en tu gloria. Amén.


(Nota. Como puede apreciarse este himno y otros del tiempo cuaresmal han pasado a la liturgia en la Liturgia de las Horas de las Horas de México y Colombia…)