II. Himnos
en torno a los Domingos de Cuaresma
Domingo V de Cuaresma (A)
(Jn 11,1-45)
Yo soy la resurrección
(Cántico de
comunión)
“Finalmente, el Quinto Domingo nos presenta la resurrección de Lázaro (cfr
Jn 11,1-45). En el Bautismo hemos pasado de la muerte a la vida y somos
hechos capaces de gustar a Dios, de hacer morir el hombre viejo para
vivir del Espíritu del Resucitado. Para los catecúmenos, se celebra el
tercer escrutinio y durante la semana se les entrega la oración del
Señor, el Padrenuestro” (Catequesis de Benedicto XVI, explicando el
sentido bautismal de la Cuaresma el Miércoles de Ceniza de 2011).
Este himno – o, mejor, canto de
comunión – recoge la proclamación central del signo de la resurrección
de Lázaro.
“Jesús le dijo:
- Tu hermano resucitará.
Marta respondió:
- Sé que resucitará en le resurrección del último día.
Jesús le dijo:
- Yo soy la resurrección y la vida” (Jn 11,23-25)
1. Yo soy la
Resurrección,
clama el Amor victorioso
ante la tumba de Lázaro,
humedecidos los ojos.
¡Oh Cristo, Hombre y ternura,
Dios inmortal y piadoso!
“Yo soy la Resurrección”,
y yo a tus plantas me arrojo.
2. Rompe la Vida sepulcros,
yace la Muerte en despojo;
manda vivir al amigo,
quita el sayal tenebroso.
¡Oh Cristo, brazo del Padre,
tan tierno cuan poderoso!
“Yo soy la Resurrección”,
y yo a tus plantas me arrojo.
3. María, alma doliente,
alegra tu bello rostro;
Jesús presente te llama,
para escuchar tu sollozo.
¡Oh Jesús, amor y vida,
mis lágrimas son tu lloro!
“Yo soy la Resurrección”,
y yo a tus plantas me arrojo.
4. Salid, oh muertos, vivid,
que yo al Padre le imploro,
vivid de la comunión
la vida y el pleno gozo.
Amor-victoria, Jesús,
que mata pecado y odio.
“Yo soy la Resurrección”,
y yo a tus plantas me arrojo.
5. No pudo la muerte impía
dar muerte a Jesús hermoso,
y ya presagia en Betania
la Pascua que brilla pronto.
¡Oh mi Jesús comulgado,
mi amor, y mi triunfo todo!
“Yo soy la Resurrección”,
y yo a tus plantas me arrojo.
Cuautitlán Izcalli, 13 febrero 2005
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