EL AÑO LITÚRGICO
EL CAMINO CUARESMAL

P. Rufino María Grández, ofmcap.

 

Inicio de Cuaresma - 2

Domingo I de Cuaresma
(y otros momentos)


Oh hermoso y venerable Sacramento


El primer domingo de Cuaresma es el comienzo del venerable sacramento de la observancia cuaresmal anual. Así se expresa la Carta circular de la Congregación para el Culto Divino, sobre la preparación y celebración de las fiestas pascuales, de 16 de enero de 1988 (en el n.23). En este himno queremos destacar y grabar muy fijo en nuestros corazones esta expresión: venerable sacramento: ¡Oh hermoso y venerable Sacramento!

En realidad, tal expresión no es de la Congregación del Culto Divino, sino que viene directamente de la liturgia, de las oraciones del primer domingo de Cuaresma. En efecto, allí se dice: venerabilis sacramenti celebramus exordium, celebramos el comienzo del venerable sacramento (Super oblata), annua quadragesimalis exercitia sacramenti, los ejercicios anuales del sacramento cuaresmal (Colecta).

Si decimos que la Cuaresma es Sacramento decimos que el centro de la Cuaresma no soy yo (yo he pecado, yo me convierto, yo hago penitencia, yo oro, yo doy limosna...), sino que el eje, el centro, el protagonista es Cristo, solo Cristo. Yo quedo asumido en el desierto de Cristo, en la oración de Cristo cara a cara ante el Padre, llevado por el Espíritu; yo quedo asumido en la penitencia de Cristo.

San Agustín, como teólogo y pastor, Doctor del Cuerpo Místico, lo expresó así: Reconócete a ti mismo tentado en él, y reconócete también a ti mismo victorioso en él (Lectura patrística del primer domingo de Cuaresma).


¡Oh hermoso y venerable Sacramento
que, paso a paso, lleva hasta la Pascua,
Cuaresma de la Iglesia, esposa y madre,
que a Cristo nos conduce, enamorada!

¡Oh hermoso y venerable Sacramento,
por Cristo, que es presencia aquí actuada!
Tú eres, oh Jesús, en vida y gloria
ayer, y hoy y siempre, toda gracia.

¡Oh hermoso y venerable Sacramento,
mirando a nuestro Padre cara a cara,
desierto de oración en la verdad
que el corazón humano limpia y sana!

¡Oh hermoso y venerable Sacramento,
de ayuno, de limosna y de plegaria!
Condúcenos, oh Cristo, nuestro hermano,
oh guía fiel de tu familia humana.

¡Oh hermoso y venerable Sacramento
oh suave disciplina que nos salva!
Venid con frente humilde, hermanos todos,
que a todos juntos nuestro Dios aguarda.

¡Honor a ti, Orante en el desierto,
solícito vigía en la atalaya!
¡Venciste, mi Jesús, al enemigo,
y hoy reinas, oh Señor; a ti las gracias! Amén.


Domingo I de Cuaresma, 5 de marzo de 2006