II. Himnos
en torno a los Domingos de Cuaresma
Domingo IV de Cuaresma
(Ciclos A/B/C)
(Jn 9,1-41)
Del seno de su
madre, ciego oscuro
Sobre el significado sacramental del signo del ciego de nacimiento nos
acaba de recordar (en el Miércoles de ceniza de este año 2011, año A)
nuestro Papa Benedicto XVI:
“El Cuarto Domingo nos hace reflexionar sobre la experiencia del “ciego
de nacimiento" (cfr Jn 9,1-41). En el Bautismo somos liberados de las
tinieblas del mal y recibimos la luz de Cristo para vivir como hijos de
la luz. También nosotros debemos aprender a ver la presencia de Dios en
el rostro de Cristo y así la luz. En el camino de los catecúmenos se
celebra el segundo escrutinio”.
Del seno de su
madre, ciego oscuro,
era el hombre mandado a la piscina;
en él no era la luz, era la noche,
la nada, la infinita lejanía.
Jamás humano a humano abrió los ojos,
que la luz es de Aquel que en luz habita;
confiesa: ¿quién lo ha hecho?, ¿quién te puso
la mano milagrosa en las pupilas?
Aquel de nombre santo, que es Jesús,
con la tierra ha mezclado su saliva;
su aliento y corazón, su amor divino
se han hecho con el polvo medicina.
Aquel Jesús untó mis ojos muertos
y ordenó luego: Báñate y confía;
sentí divinidad en la palabra,
y fui, y en Siloé me vi con vida.
Y entonces fue el vidente excomulgado
por los ciegos, diciendo que veían.
despierta al sacramento, tú que duermes
y Cristo Luz será tu nueva vida.
Postrados con el ciego iluminado
a ti te confesamos, Dios Mesías;
viniste para un juicio: ¡Cristo, juzga
y guárdanos contigo en tu gran Día! Amén
Compuesto el 1 abril 1984
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