EL AÑO LITÚRGICO
EL CAMINO CUARESMAL

P. Rufino María Grández, ofmcap.

 

VII
Himnos cuaresmales
sobre el Éxodo


12

El racimo generoso
(Núm 13,23)


Ya traen el racimo generoso,
colgado, dulce peso, de la vara,
primicia de una Tierra prometida,
que mana leche y miel de sus montañas.

Oh bello fruto, fuerza de amadores,
mezclado en nuestra sangre te derramas,
enciendes las pupilas y el semblante
y el alma en el Espíritu se ensancha.

Temible es el camino y duradero
y fieras enemigas nos aguardan;
Racimo deseado, fuego ardiente,
levanta el corazón para la marcha.

Racimo santo, Cristo en el madero,
prensado por la mano que te amaba;
ya cae el rojo amor de tus heridas
y el pecho se abre, si los labios callan.

De Doce Tribus llegan mensajeros,
los Doce son Apóstoles de Pascua;
¡valor para el desierto, caminantes,
que Cristo es el Racimo que embriaga!

¡Jesús, latido y voz de la Escritura,
silencio lleno y paz que te declaras,
contigo hacemos senda por la arena
y a ti te bendecimos cuando hablas! Amén.


Recuérdese a San Gregorio, De vita Mosis II, 268: “El racimo colgado del madero no es más que el racimo colgado del madero en los últimos días, cuya sangre se vuelve una bebida de salvación para los que creen”.