El día a día de la Cuaresma a la escucha de la Palabra

 

Directrices

       En este capítulo nos vamos a referir tan sólo a la Palabra de Dios del día a día de la Cuaresma. Hay otros elementos del ejercicio cuaresmal que merecen cuidadosa atención y que posteriormente los veremos.

       Jesús en el desierto responde al Tentador que no de sólo pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios. Masticar y rumiar la Palabra de Dios es una ocupación privilegiada de la Cuaresma. Una palabra inseminada en el corazón, regada y cultivada, puede transformar la vida entera. Hay tres opciones que se han tomado para el acceso a la palabra divina durante los días feriales de Cuaresma.

       La primera es privilegiar las ferias de Cuaresma sobre las celebraciones de los santos. Si damos un repaso al calendario de la Iglesia encontramos esta nota a destacar: la Cuaresma ha quedado libre, en lo posible, de celebraciones obligatorias. Por ejemplo, en el mes de marzo, se han conservados las dos solemnidades de recia raigambre -San José y la Anunciación del Señor-, pero fuera de ellas no ocurre más que una memoria obligatoria, las santas mártires Perpetua y Felicidad, cuyo recuerdo se va a reducir en la misa a una simple conmemoración; pero el leccionario será obligatoriamente de Cuaresma.

       La segunda observación no deja de causar sorpresa. Y es que la primera lectura de la misa siempre será del Antiguo Testamento. A los cristianos nos hace mucho bien leer el Antiguo Testamento cuando lo sabemos leer no con curiosidad sino con profundidad e indagación de creyentes. Las eternas ansiedades y deseos del corazón humano están ahí. El Concilio ha dedicado un capítulo al Antiguo Testamen­to, el capítulo IV de la constitución sobre La revelación divina, que no debemos ignorar. Los libros del Antiguo Testamento -nos dice el Concilio - expresan un vivo sentido de Dios, contienen enseñanzas sublimes sobre Dios y una sabiduría salvadora acerca del hombre, encierra tesoros de oración y esconden el misterio de nuestra salvación (SC 15).

       La tercera observación es que perícopa del Antiguo Testamento y pasaje de los Evangelios están escogidos armónicamente para que de un modo natural y sencillo captemos la unidad del mensaje. Se facilita así nuestra meditación cuaresmal, al unificar nuestro corazón al abrigo de una palabra convergente.

       Hemos de añadir que en las semanas I, II y III la sección escogida de los Evangelios es de los Sinópticos. Y así teniendo a izquierda y derecha Antiguo Testamento y Evangelios vamos meditando sobre temas cruciales de la vida cristiana: conversión, limosna, perdón de los pecados, fidelidad a los preceptos divinos, etc. En las semanas posteriores, la IV y la V, el Evangelio se toma de San Juan, y asistiremos estremecidos a ese enfrentamiento entre Jesús y su pueblo -más bien, las autoridades de su pueblo- que no le reciben. Es, nos decían los catequistas de la liturgia, como si asistiéramos a la Pasión interna de Jesús, a la Pasión de su corazón, antes de llegar a la Pasión cruenta.

 

Elenco de las lecturas feriales de Cuaresma

       Veamos ahora cómo se distribuye, paso a paso en las ferias de Cuaresma, ese mensaje de Dios que escuchamos en la Eucaristía, para ver en concreto por dónde debe respirar nuestra catequesis cristiana.

       Es norma actual en los leccionarios litúrgicos anteponer, en letra roja, una frase de la misma lectura que pedagógicamente podemos tomarla como resu­men acentuado del contenido de la lectura. Si acudimos al Lecccionario VII, que es el leccionarios de los cuatro tiempos específicos (Adviento y Navidad, Cuaresma y Pascua), encontraremos antes de cada lectura una frase paradig­má­tica, que es la frase aquí transcrita después de la referencia bíblica. Damos además un título genérico a cada día, que de alguna manera englobe el sentido de ambas lecturas.

       Días después del Miércoles de Ceniza

       Jueves: Podemos elegir la vida o la muerte.

Dt 30,15-20: Hoy te pongo delante bendición y maldición.

Lc 9,22-25: El que pierda su vida por mi causa la salvará.

       Viernes: El ayuno cuaresmal.

Is 58,1-9a: El ayuno que quiere el Señor.

Mt 9,14-15: Cuando se lleven al novio, entonces ayunarán.

       Sábado: El ayuno y el cambio de vida.

Is 58,9b-14 (continuación): Cuando partas tu pan con el hambriento..., brillará tu luz en las tinieblas.

Lc 5,27-32: No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan.

 

       Primera semana de Cuaresma

       Lunes: El código de la verdadera religión.

Lv 19,1-2.11-18: Juzga con justicia a tu conciudadano.

Mt 25,31-46: cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.

       Martes: Unámonos a la voluntad de Dios que debe hacer en el mundo.

Is 55,10-11: Mi palabra hará mi voluntad.

Mt 6,7-15: Vosotros rezad así (El Padre nuestro).

       Miércoles: Debemos convertirnos.

Jon 3,1-10: Los ninivitas se convirtieron de su mala vida.

Lc 11,29-32: A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás.

       Jueves: La fuerza de la oración.

       Est 14,1.3-5.12-14: No tengo otro auxilio fuera de ti, Señor.

       Mt 7,7-12: Quien pide recibe.

       Viernes: Volverse de verdad a Dios y reconciliarse con el hermano.

       Ez 18,21-28: ¿Acaso quiero yo la muerte del malvado, y no que se convierta de su conducta y viva?

       Mt 5,20-26: Vete primero a reconciliarte con tu hermano.

       Sábado: Vivamos responsablemente como pueblo elegido y consagrado.

       Dt 26,16-19: Serás el pueblo santo del Señor.

       Mt 5,43-48. Sed perfectos como vuestro Padre celestial.

       Segunda semana de Cuaresma

       Lunes: El perdón.

       Dn 9,4b-10: Hemos pecado, hemos cometido crímenes y delitos.

       Lc 6,36-38: Perdonad, y seréis perdonados.

       Martes: Hacer el bien con toda la verdad del corazón.

       Is 1,10.16-20: Aprended a obrar el bien, buscad el derecho.

       Mt 23,1-12: No hacen lo que dicen.

       Miércoles: Dispuestos a seguir a Jesús en su destino de Pasión.

       Jr 18,18-20: Venid, lo heriremos en su lengua.

       Mt 20,17-28: Lo condenarán a muerte.

       Jueves: Poner la confianza y esperanza en los verdaderos valores.

       Jr 17,5-10: Maldito quien confía en el hombre; bendito quien confía en el Señor.

       Lc 16,19-31: Recibiste tus bienes, y Lázaro males; por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces.

       Viernes: Acoger a Jesús, enviado de Dios.

       Gn 37,3ss: Ahí viene el de los sueños, vamos a matarlo.

       Mt 21,33-43.45-46: Este es el heredero; venid, lo mataremos.

       Sábado: Levantémonos y volvamos al Padre, que nos ha perdonado.

       Mi 7,14-15.18-20: Arrojará a lo hondo del mar todos nuestros delitos.

       Lc 15,1-3.11-32: Este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido.

 

       Tercera semana de Cuaresma

       Lunes: Lecciones de conversión de Elías y Eliseo.

       2R 5,1-15a: Muchos leprosos había en Israel, sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.

       Lc 4,24-30: Jesús, igual que Elías y Eliseo, no ha sido enviado únicamente a los judíos.

       Martes: Dios nos perdona, perdonemos.

       Dn 3,25.34-43: Acepta nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde.

       Mt 18,21-35: Si cada cual no perdona de corazón a su hermano, tampoco el Padre os perdonará.

       Miércoles: El cumplimiento de la Ley de Dios.

       Dt 4,1.5-9: poned por obra los mandatos.

       Mt 5,17-19: Quien cumpla y enseñe será grande.

       Jueves: No nos cerremos a la salvación que Dios nos envía.

       Jr 7,23-28: Aquí está la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios.

       Lc 11,14-23: El que no está conmigo está contra mí.

       Viernes: Quitar los ídolos y amar a Dios.

       Os 14,2-10: No volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras manos.

       Mc 12,28b-34: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y lo amarás.

       Sábado: Ante Dios con un corazón humilde.

       Os 6,1-6: Quiero misericordia, y no sacrificios.

       Lc 18,9-14: El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no.

 

       Cuarta semana de Cuaresma

       Lunes: Nueva creación y vida.

       Is 65,17-21: Ya no se oirán gemidos ni llantos.

       Jn 4,43-54: Anda, tu hijo está curado.

       Martes: El agua vivificante.

       Ez 47,1-9.12: Vi que manaba agua del lado derecho del templo, y habrá vida dondequiera que llegue la corriente.

       Jn 5,1-3.5-16: Al momento aquel hombre quedó sano.

       Miércoles: El proyecto de Dios con el Siervo y el Hijo.

       Is 49,8-15: Te he constituido alianza del pueblo, para restaurar el país.

       Jn 5,17-30 (continuación): Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.

       Jueves: Moisés intercesor es el que acusa.

       Ex 32,7-14: Arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo.

       Jn 5,31-47 (continuación): Hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza.

       Viernes: El camino del justo perseguido.

       Sb 2,1a.12-22: Lo condenaremos a muerte ignominiosa.

       Jn 7,1-2.10.25-30: Intentaban agarrarlo, pero todavía no había llegado su hora.

 

       Sábado: ¿Quién es Jesús, que así se le persigue?

       Jr 11,18-20: Yo, como cordero manso, llevado al matadero.

       Jn 7,40-53: ¿Es que de Galilea va a venir el Mesías?

 

       Quinta semana de Cuaresma

       Lunes: Dios salva al inocente y al desvalido

       Dn 13,1ss: Ahora tengo que morir, siendo inocente.

       Jn 8,1-11: El que esté sin pecado, que tire la primera piedra.

       Martes: Mirar al signo levantado en alto.

       Nm 21,4-9: Los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirar a la serpiente de bronce.

       Jn 8,21-30: Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy.

       Miércoles: La liberación que Dios nos concede.

       Dn 3,14-20.91-92.95: Envió un ángel a salvar a sus siervos.

       Jn 8,31-42: Si el hijo os hace libres, seréis realmente libres.

       Jueves: Abraham y Jesús.

       Gn 17,3-9: Serás padre de muchedumbre de pueblos.

       Jn 8,51-59: Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día.

       Viernes: El Padre está con Jesús y en Jesús.

       Jr 20,10-13: El Señor está conmigo, como fuerte soldado.

       Jn 10,31-42: Intentaron detenerlo, pero se les escabulló de las manos.

       Sábado: La reunión de los hijos de Dios dispersos.

       Ez 37,21-28: Los haré un solo pueblo.

       Jn 11,45-57: Para reunir a los hijos de Dios dispersos.

       En la Iglesia la escucha de la palabra va envuelta en oración. En este índice tras de cada sección del Antiguo Testamento habría que poner un salmo. El salmo meditativo que va desgranando el salmista, al tiempo que la asamblea responde con su intervención a la plegaria proferida. El ritmo sálmico se entrelaza con el anuncio de la Palabra; la revelación y la enseñanza se reciben orando con gratitud o con gemidos y deseos.