VII
Himnos cuaresmales
sobre el Éxodo
11
Cara a cara
(Ex 33,11)
La cita era en la Tienda del
Encuentro,
allí donde se hablaban cara a cara;
porque era Moisés, quien entre todos
tenía la confianza de la casa.
«Abiertamente y no en visiones tenues
y no como a profeta de embajadas;
será de faz a faz, de boca a boca:
así a mi siervo amigo mi Palabra».
Mas luego que el varón de hablar volvía,
sentía que su rostro se apagaba,
que aquella luz divina, poco a poco,
al Dios de la hermosura retornaba.
De ti, Jesús, la luz está manando
y tú desde tus ojos nos la mandas,
y a ti mirando estamos los discípulos
y en esa tu mirada tú nos bañas.
Y vamos reflejando tu figura,
la gloria incandescente de tu cara,
sin velo, sin temores, confiados,
pues eres tú, Señor, quien mira y habla.
¡La gloria llene el santo Tabernáculo
y sea allí la límpida alabanza,
y a rostro descubierto entre la Iglesia
cantando a su Señor enamorada! Amén.
“Yahveh hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo”
(Ex 33,11). Para componer el himno pensamos en Num 12,6-8 y en lo que
Pablo expone en 2Co 3,18.
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