EL AÑO LITÚRGICO
ADVIENTO

P. Rufino María Grández, ofmcap.

 

 Himnos de Adviento

Días feriales -
12


Los pobres, los humildes, anawim
(Adviento 2008 / 5)



Jesús amó la pobreza. Jesús, Verbo de Dios, se encarnó en un pueblo que él rescató con la Bienaventuranza de la pobreza. (Bienaventurados los pobres, porque de ellos es el Reino de los cielos! Que entendemos así: sólo de ellos..., de los que son pobres hasta la raíz del corazón.

Y metidos ene esta dirección, confesaremos: el Verbo de Dios no pudo encarnarse sino en pobreza. Mysterium paupertatis. Sólo la pobreza es digna del acto amoroso de la Encarnación. La pobreza es al esposa del verbo Encarnado.

Honremos, pues, el Dios que va viniendo, habiéndose preparado Dios, por medio de los profetas, a un pueblo pobre y humilde, los anawim de Yahvé, los Pobres del Señor.


Los pobres, los humildes, anawim,
a él brindaron cálida posada,
su casa espiritual y compañía,
y en Nazaret la virgen pobre estaba.

Que el Dios excelso tiene su querencia,
que Dios, el Creador, es Dios de gracia;
que él ama la humildad como su cuna,
que Dios nació de Madre inmaculada.

Altísimo Señor que vienes cerca,
y estás metido adentro de mi nada,
adéntrame en la casa que escogiste
en esta estirpe tuya que soñabas.

Pureza y humildad, las dos unidas,
rendida contrición y paz callada;
tal era el hogar de corazones
que el Verbo entre los hombres se buscaba.

Divina es la pobreza, pan de Dios,
esposa por el Hijo acariciada,
y un pobre corazón es lo que busca
el Rey del universo a su llegada.

¡Oh Dios de los designios escondidos,
autor del Evangelio de esperanza,
descúbrenos tu rostro, tu presencia,
y ven, oh dulce amor y mi alabanza! Amén.


Puebla, 5 de diciembre de 2008
(en el día en que cumplí 72 años).