EL AÑO LITÚRGICO
ADVIENTO

P. Rufino María Grández, ofmcap.

 

 

ADVIENTO


Común de Adviento


Adviento interior
Rima meditativa de Adviento


El punto final de la historia es el adviento de Dios, en el cual se manifestará el Hijo, asociado a la gloria del Padre (Mc 13,24-27; 14,62). El Reino del Padre será, por el Espíritu, el Reino del Hijo. Este misterio trinitario, en el cual se funden los tiempos, místicamente podemos vivirlo en el alma. Es el Adviento interior.


1. Mi Dios inmanente,
candor de belleza,
tu esencia amorosa
es ser la presencia.
¡Oh Dios de la zarza,
que ardía en la estepa
y no se apagaba,
pues tú mismo eras!

2. ¡Oh fuego secreto,
oh brasa y hoguera!,
se anuncia en el alma
que Dios está cerca.
Dios es nuestro hogar
y dentro se asienta,
ninguno más íntimo
que a mí más me quiera.

3. El día primero
de Adán y de Eva,
Dios puso su nido
en un alma bella.
Del mismo pecado,
que trajo su huella,
por obra del Padre
se alzó la promesa.

4. El Verbo Encarnado,
por ser carne nuestra,
más pura, indeleble,
dejó huella impresa.
Su sangre divina
palpita en mis venas;
su Adviento es latido,
mi origen y meta.

5. Vivir el Adviento
con alma despierta,
es ir hacia adentro
cerrando la puerta.
Mi Dios viene entonces
y el diálogo empieza;
mi Dios que me ama
es Dios que me espera.

6. Yo soy el que soy
y el tiempo en su esfera,
es punto que junta
edades enteras.
Yo soy unidad
y llego a tu puerta;
no midas los años
por astros y reglas.

7. Yo soy anticipo
de la hora postrera;
yo hago el instante
historia completa.
En ti yo me instalo,
mi Dios y mi fiesta,
mi Adviento dulcísimo,
ni gozo y tarea.

8. Jesús asociado
a la hora paterna;
su triunfo es el tuyo,
su gloria, tu herencia.
A ti me presento
con gran reverencia;
tu amor es mi amor,
tu gracia en mí sea. Amén.


Puebla, lunes de la primera semana de Adviento,
28 noviembre 2011.