Epistolario espiritual

San Juan de Ávila


II

 

Carta del proprio autor para un religioso predicador, consolándole en una persecución que se le avía levantado, y enséñale la confiança que el predicador ha de tener en Dios en medio de sus persecuciones, y como se avrá en ellas, y los medios para entender la Escriptura

 

Charissime:

A quien dessea saber qué cosa es el hombre quando Dios le ayuda y regala, enseñarle ía yo una carta de Vuestra Reverencia, que los días passados me embió, y á quien quissiesse conocer la flaqueza del hombre quando anda por sí enseñarle ía esta que agora me embió. ¡O válame Dios y quán de verdad es Dios nuestra gloria, y el que levanta nuestra pesada cabeça, y la salud de su pueblo, y la lumbre de nuestro rostro, y el báculo de nuestra vejez, y todo nuestro bien; y quán grande abismo de miseria es el hombre, y quán pocas cosas lo derriban, y quán presto se muda, como una flaca ceniza delante de un viento! La letra de sus cartas es una, la firma un hombre suena; mas ¡ó poderoso Dios, y qué va del fulano de la una al fulano de la otra! ¿Quien dirá que es todo uno, el hombre que en una no echa menos á nadie con el favor y regalo de Dios, y en otra le da la agua hasta la barva y á peligro de se ahogar? Es en la una llevado por la mano de Dios, y enseñado familiarmente de su sancta voluntad, y en la otra paresce que duda de lo que su misma conciencia y Dios le han enseñado, y anda como á tienta paredes aun en la luz del medio día. ¿Qué diré sino que el hombre con Dios es como Dios, y el hombre sin Dios es grandíssimo tonto y loco?

Pregúntame Vuestra Reverencia si pienso que vive, pues no le escrivo. Respóndole que no lo olvido, mas guardava mi carta para este tiempo porque en el otro no era menester. San Antón se quexó de Nuestro Señor porque en el tiempo de la batalla no veía á Nuestro Señor, y respóndele que allí estava; mas estava mirando cómo peleava para hazerle reinar. ¿Pensava Vuestra Reverencia que no avía de andar á solas sin carretilla y sin que mano agena le tuviesse por la suya? ¿Y cómo, padre, avía de aprender á andar? ¿Todo avía de ser comer manjar de niños, papitas y leche? ¿Y cómo avía de ser perfecto varón? ¡O padre mío!, y si no fuesse porque veo á V. R. penado, y quán de buena gana, oyéndole quexar y temblar, me reiría yo, como quien oye á un niño llorar y temblar, porque le han asombrado con un león de paja ó con una máscara! ¿Qué ha, padre, qué ha? ¿Assí se le ha olvidado lo que dijo Moisén, siendo rogado que sacrificasse al Señor en Egipto, y no se fuesse al desierto, dexando á los gitanos? Quiéroselo acordar: Abominationes Aegyptiorum immolabimus Deo nostro. Quod si mactaverimus en quae colunt Aegyptii coram eis, lapidibus nos obruent. Pues si V. R. con la fuerça de Dios ha muerto lo que los mundanos adoran, y esto delante de ellos mismos, ¿espántase que lo quieran apedrear? Ellos adoran honra, juizio proprio, spíritu proprio, duplicidad, tibieza, proprio amor, y propria fuzia, et alia idola similia his quae a Moyse abominationes vocantur. Tu autem, homo Dei, non idola vana, quae salvare non possunt, sed ipsum qui vere adorandus est adorasti.

¿Qué maravilla que aya contienda donde tanta diversidad de paresceres y fines ay?: mas esta contienda levántanla los hijos de ella, y súffrenla los hijos de la paz; los unos mordiendo como canes, y los otros suffriendo, y orando, y amando como corderos. Sed, Christo duce, vencerán los corderos á los perros y aun á los lobos, que para esso los embía Dios; Tamquam agnos inter lupos.

Gran enojo tomaron los reyes comarcanos á Gabaón porque los de aquella ciudad se avían confederado con Josué, capitán del pueblo de Dios, y por el mismo hecho se juntan cinco reyes á pelear contra ellos, porque les parecía gran pérdida perder una ciudad tan grande, y real, y que se acrecentase aquel favor y gente á Josué su enemigo: y assí han hecho los demonios y mundanos con Vuestra Reverencia, viéndole darse á Jesu Cristo, capitán embiado por el Padre para meter al pueblo de Dios en el cielo prometido; y lloran amargamente, y páranse á contar las calidades del que han perdido, como con ellas se le acrece mucha ganancia al partido de Jesu Cristo: huelen ya la fuerça que Dios le ha dado para herir coraçones la palabra de Dios, y lloran tanto doblado por lo que ellos pierden y Jesu Cristo gana. De aquí es la contradicción en todo y de todos; de aquí el combate de los cinco que á una se juntan y con una voz dizen lo que dizen y hazen lo que hazen: mas si el combatido embiare mensajeros á su capitán de devota, humilde y perseverante oración, como lo embiaron los otros á su Josué, verná á él Jesu Cristo, y hará que vença á sus contrarios, y que les ponga el pie sobre la cabeça, porque hará que desprecie lo que ellos hablan, y meterlos ha en la cueva con una piedra á la puerta para que viva sin miedo de ellos.¿Por ventura es Vuestra R. el primer atribulado porque se passó á Cristo? ¿O será el primer desamparado de los que padecen por Cristo? ¿No vee, padre mío, que la causa porque somos perseguidos no es nuestra sino de Dios? ¿No vee que le va á él la honra en ella? Dígame ¿por qué antes tenía tantos pacíficos, y agora tantos contrarios? Numquid quia Christo Domino adhaesisti? ¿Pues qué rey avría que no tomasse por muy grande injuria que por sólo averse uno offrecídosele por criado, y él recebídole, uviesse quien le despreciasse y persiguiesse? Por ventura no es deshonra del rey perseguir á quien le quiere servir, sólo porque entró á vivir con él? ¿No toca esto al rey? ¿No es causa suya?: es por cierto. Y por esso dixo David: Exurge Deus, judica causam tuam: memor esto improperiorum tuorum, [eorum] quae ab insipiente sunt tota die. Causa es de Dios y deshonras son de Dios aquellas que al servidor de Dios se hazen, como es honra de Dios y causa suya quando á sus chiquitos hazemos bien y los honramos.

Acuérdese, pues, Vuestra Reverencia de la palabra de Dios que fue hecha sobre el levita Jazihel confortando al pueblo de Judá que salía á la guerra, en el qual y por el qual manda Dios que no teman; y la causa es Quia «non est vestra pugna sed Dei»; ideo «non eritis vos qui dimicabitis, sed tantummodo confidenter state et videbitis auxilium domini super vos.» Y si los que persiguen piensan que no offenden á Dios en ello ¿qué se me quita á mí de mi confiança?: pues expressamente están amonestados los servidores de Dios que han de ser perseguidos de gente [que] credant «se obsequium praestare Deo», en los perseguir. Ellos padecen por Dios, y porque se llegaron á Dios, y la persecución es contra Dios. Si los perseguidores otra cosa piensan, quiçá disminuyen algo su culpa mas no nuestra corona: ysi ellos engañados piensan que sirven á Dios, nosotros desengañados perseveremos en servir a Dios.

¿Qué se le da, padre, de pareceres de hombres ciegos pues está él certificado ser de Dios la doctrina que predica, y ser bueno el modo con que la predica según por el fructo parece: Noli esse humilis in sapientia tua» ait Scriptura. Ose despreciar los vanos ídolos con conocimiento y amor del verdadero Dios, y hállese tan rico con el tesoro abscondido que Dios le ha manifestado, que no tenga por daño perder quanto tenía por lo alcançar. No estime á Dios en tan poco que quiera dar poco él, pues Dios le estimó á él en tanto que no quiso dar menos que [á sí] por él. Amado fué en cruz, ame en cruz; caro costó á Cristo y con gemido le parió y le ganó, no quiera él offrecer á Dios sacrificium gratuitum; pues David no lo quiso hazer. ¡Qué mayor honra, padre mío, que padecer por Cristo, verdadera gloria! Felix injuria (ait Augustinus) cui Deus est in causa.

Negocio es este de amor, y militiae spe[c]ies est amor: no son admitidos aqui los covardes; immo secundum praeceptum Domini excludebantur a pr[o]elio.

¿Que se quexa, padre, de palabras y estimas de hombres y juizios de ciegos? Ecce in coelo est testis tuus, juder tuus qui te justificat; ¿quis est qui te condemnet? Quia minimum est te ab omni humano die judicari, si tu pro minimo haberes a minimis judicari, quia omnes ut vestimentum veterascent, et tinea comedet eos, et ille vere commendatus erit quem Deus commendat, etiam si omnes reprobent. ¿Quare, pater mi, tam parva movent te, pues qu[e] magnus magna pertulit pro te et magna tibi dabit et hic et in futuro? ¿Nunquid «usque ad sanguinem restitisti»? ¿Nunquid satius es Apostoli, qui ait «quotidie morior»? ¿Nunquid narrare poteris persecutiones contumelias, ictus lapidum, verbera, carceres, quae ill[e] narrat pro Christo pertulisse? ¿Quare, pater, delicatum, agis militem in praelio Domini, habens dominum cujus facien posuit Pater «ut adamantem et silicem», ut nullis contumeliis, alapis, cedere noscat ab incepto opere? Deponamus ergo omne pondus et circunstans nos peccatum et curramus per pa[t]ientiam ad propositum nobis certamen, aspicientes in actorem et consumatorem fidei Jesum, qui proposito sibi gaudio, sustinuit crucem, confusione contempla, etc. Y acuérdese de su palabra, qu[e] non est servus major Domino suo: y assí como le halla verdadero en las persecuciones que le profetiza, assí le espere verdadero en los galardones que promete. Cruz le manda llevar, reino eterno le promete; y si es dura palabra permanere cum illo «in tentationibus», dulcíssima es sedere ad mensam suam cum eo in regno ejus. ¡O padre, y ¿por qué hemos de irnos á sentar á aquella mesa de perseguidos, deshonrados, sectorum, tentatorum et gladio occisorum, no aviendo nosotros padecido nada? ¡Que vergüença sería parecer predicadores delicados delante aquellos que con tantas persecuciones y derramamiento de sangre lo fueron? Llevemos algo de que gloriarnos, traigamos alguna impressa de amor por nuestro verdadero amador, para que no sea nuestro amor de pura palabra. Hollemos esta vívora de la tribulación; passemos adelante, aparejándonos á mayores cosas; que á la medida de lo que padecemos nos dará Dios los consuelos en el ánima nuestra y el fructo en las agenas. No se dexan tomar estas truchas sin que se moje el pescador, pues el Señor de todo aun no quiso ser desto exempto.

Offrezca, padre, su vida y honra en las manos del crucificado, y hágale donación de ella, que Él la pondrá en cobro como ha hecho otras. «Scio cui credidi», ait Paulus, y no le fué de ello mal. Poco es y momentaneo lo que se padece, y á quien grande parece es porque él es chico en el amor y tiene pesos faltos. Cre[s]ce et manducabis, cibus enim est Christus grandium. Y aunque se dilate su socorro él verná y amansará la mar, y reñirá por la poca fee que en el tiempo de la tempestad tuvo su discípulo, que, pues estava de ello avisado, no se avía tanto de turbar, y, pues avía comido de la mesa del monte Tabor, avía de tener esfuerço para comer de la del monte Calvario; que para esso mantienen al jumento, para echarle la carga; y mientras mayor la refección, mayor carga espere. Sed dic, pater mi ¿quál quiere más, abraços de Dios con añadidura de pedradas de hombres, ó carecer de entrambas cosas? Ayamos vergüença de quexarnos, pues emos recibido de Dios de que tanto gozarnos in re in spe. Demostróle su amigo la luz, y luego encerrola en su mano; mas él la tornará á abrir y la tornará á enseñar con tan grande alegría qu[e] lapides torrentis dulces tibi sint et flagellatus gaudeas, quia dignus hab itus es Pro Jesu contumelias pati. Provarlo ha querido Nuestro Señor, no dexarle: escondiose la madre tras del paño y está oyendo llorar al niño, que no se halla sin ella; mas ella saldrá, que no se lo suffrirá el coraçón, y tomará al niño en los braços y darle la leche, y estará él tan contento que olvide los trabajos passados como si no uvieran passado, y muchos de los que agora persiguen seguirán, según la promesa de Dios: Venient ad te qui detrahebant tibi. Y si el que á Dios conoce con amor tornasse á trás por la persecución de ellos, será acusado el día postrero, y ellos serán los que más gravemente le acusen, diziendo: si te perseguimos no teníamos conocimiento, y tú que lo tenías fuera razón que no lo dexaras; que si nosotros conociéramos lo que tú, no lo dexáramos por persecución de quien no conocía: dañaste á ti y á nós, porque, á perseverar en la virtud, viniéramos en conocimiento de ella. Y por esso, padre mío, dévese esforçar en el Señor, y creer de muy cierto que, si persevera «et per Christum abundat» tribulatio tua, ita per ipsum abundabit «consolatio» tua, y que le pagará el Señor con ganancia de ánimas lo que pierde en essotras cosas en los ojos de los mundanos.

Muy bien me parece la ida á alguna parte donde vacasse á sí solo algún día. Y en lo de la Scriptura Sagrada, le digo que la da NuestroSeñor á trueco de buena vida y persecuciones: Vobis inquit ipse datum est nosse mysterium regni Dei, caeteris autem in parabolis. Sed qui sunt isti vobis? Vobis discipulis meis diligentibus Deum, ut ait glossa, segregatis a mundo, tribulatis pro me, factis periissima huius mundi. Parecíame á mí que en leyendo á Sant Juan y á Sant Pablo, y á Isaías, que luego avían de saber la Escriptura, y veo á muchos leerlos, y no saben nada de ella. Y assí veo qu[e] si «aperit» ille «qui habet clavem» doctorum, nullo alio reserante, scripturae pandentur, ut Hieronymus ait. Yo no sé más que dezille, sino que lea á estos, y quando no los entendiere, vea algún intérprete sancto sobre ellos, y especialmente lea á Sant Augustín Contra Pellagianos y contra otros de aquella secta, y tome un crucifixo delante y aquel entienda en todo, porque Él es el todo y todo predica á éste: ore y medite y estudie. Acuérdese V. Reverencia del ciego que el Señor sanó con lodo, que después quando dezían si era él el que primero era ciego y mendigava, y otros dezían que no era él, respondió, no tomando la honra falsa mas confessando su enfermedad y pobreza passada, y dixo: «Yo era aquel pobre ciego y agora veo.» No avemos de aver por malo que nos digan quien fuimos, porque á gloria de Cristo pertenece esta confessión de nuestra enfermedad y á grande provecho nuestro; porque ya aquí se celebra nuestro juizio y assí escapamos del de allá; y no se canse en tornar por sí ni dar muchas disculpas de su inocencia: Vos tacebitis et Dominus pugnabit pro vobis.