ESTUDIO

 

332. Al que pueda ser sabio no le perdonamos que no lo sea.

333. Estudio. -Obediencia: "non multa, sed multum".

334. Oras, te mortificas, trabajas en mil cosas de apostolado..., pero no estudias. -No sirves entonces si no cambias.
El estudio, la formación profesional que sea, es obligación grave entre nosotros.

335. Una hora de estudio, para un apóstol moderno, es una hora de oración.

336. Si has de servir a Dios con tu inteligencia, para ti estudiar es una obligación grave.

337. Frecuentas los Sacramentos, haces oración, eres casto... y no estudias... -No me digas que eres bueno: eres solamente bondadoso.

338. Antes, como los conocimientos humanos -la ciencia- eran muy limitados, parecía muy posible que un solo individuo sabio pudiera hacer la defensa y apología de nuestra Santa Fe.
Hoy, con la extensión y la intensidad de la ciencia moderna, es preciso que los apologistas se dividan el trabajo para defender en todos los terrenos científicamente a la Iglesia.
-Tú... no te puedes desentender de esta obligación.

339. Libros: no los compres sin aconsejarte de personas cristianas, doctas y discretas. -Podrías comprar una cosa inútil o perjudicial.
Cuántas veces creen llevar debajo del brazo un libro... y llevan una carga de basura!

340. Estudia. -Estudia con empeño. -Si has de ser sal y luz, necesitas ciencia, idoneidad.
¿O crees que por vago y comodón vas a recibir ciencia infusa?

341. Está bien que pongas ese empeño en el estudio, siempre que pongas el mismo empeño en adquirir la vida interior.

342. No olvides que antes de enseñar hay que hacer. -"Coepit facere et docere", dice de Jesucristo la Escritura Santa: comenzó a hacer y a enseñar.
-Primero, hacer. Para que tú y yo aprendamos.

343. Trabaja. -Cuando tengas la preocupación de una labor profesional, mejorará la vida de tu alma: y serás más varonil, porque abandonarás ese "espíritu de chinchorrería" que te consume.

344. Educador: el empeño innegable que pones en conocer y practicar el mejor método para que tus alumnos adquieran la ciencia terrena ponlo también en conocer y practicar la ascética cristiana, que es el único método para que ellos y tú seáis mejores.

345. Cultura, cultura! -Bueno: que nadie nos gane a ambicionarla y poseerla.
-Pero, la cultura es medio y no fin.

346. Estudiante: fórmate en una piedad sólida y activa, destaca en el estudio, siente anhelos firmes de apostolado profesional. -Y yo te prometo, con ese vigor de tu formación religiosa y científica, prontas y dilatadas expansiones.

347. Sólo te preocupas de edificar tu cultura. -Y es preciso edificar tu alma. -Así trabajarás como debes, por Cristo: para que El reine en el mundo hace falta que haya quienes, con la vista en el cielo, se dediquen prestigiosamente a todas las actividades humanas, y, desde ellas, ejerciten calladamente -y eficazmente- un apostolado de carácter profesional.

348. Tu desidia, tu dejadez, tu gandulería son cobardía y comodidad -te lo arguye de continuo la conciencia-, pero "no son camino".

349. Queda tranquilo si asentaste una opinión ortodoxa, aunque la malicia del que te escuchó le lleve a escandalizarse. -Porque su escándalo es farisaico.

350. No es suficiente que seas sabio, además de buen cristiano. -Si no corriges las maneras bruscas de tu carácter, si haces incompatibles tu celo y tu ciencia con la buena educación, no entiendo que puedas ser santo. -Y, si eres sabio, aunque lo seas, deberías estar amarrado a un pesebre, como un mulo.

351. Con ese aire de suficiencia resultas un tipo molesto y antipático, te pones en ridículo, y, lo que es peor, quitas eficacia a tu trabajo de apóstol.
No olvides que hasta las "medianías" pueden pecar por demasiado sabias.

352. Tu misma inexperiencia te lleva a esa presunción, a esa vanidad, a eso que tú crees que te da aire de importancia.
-Corrígete, por favor. Necio y todo, puedes llegar a ocupar cargos de dirección (más de un caso se ha visto), y, si no te persuades de tu falta de dotes, te negarás a escuchar a quienes tengan don de consejo. Y causa miedo pensar el daño que hará tu desgobierno.

353. Aconfesionalismo. Neutralidad. -Viejos mitos que intentan siempre remozarse.
¿Te has molestado en meditar lo absurdo que es dejar de ser católico, al entrar en la Universidad o en la Asociación profesional o en la Asamblea sabia o en el Parlamento, como quien deja el sombrero en la puerta?

354. Aprovéchame el tiempo. -No te olvides de la higuera maldecida. Ya hacía algo: echar hojas. Como tú...
-No me digas que tienes excusas. -No le valió a la higuera -narra el Evangelista- no ser tiempo de higos, cuando el Señor los fue a buscar en ella.
-Y estéril quedó para siempre.

355. Los que andan en negocios humanos dicen que el tiempo es oro. -Me parece poco: para los que andamos en negocios de almas el tiempo es gloria!

356. No me explico que te llames cristiano y tengas esa vida de vago inútil. -¿Olvidas la vida de trabajo de Cristo?

357. Todos los pecados -me has dicho- parece que están esperando el primer rato de ocio. El ocio mismo ya debe ser un pecado!
-El que se entrega a trabajar por Cristo no ha de tener un momento libre, porque el descanso no es no hacer nada: es distraernos en actividades que exigen menos esfuerzo.

358. Estar ocioso es algo que no se comprende en un varón con alma de apóstol.

359. Pon un motivo sobrenatural a tu ordinaria labor profesional, y habrás santificado el trabajo.

FORMACIÓN


360. Cómo te reías, noblemente, cuando te aconsejé que pusieras tus años mozos bajo la protección de San Rafael!: para que te lleve a un matrimonio santo, como al joven Tobías, con una mujer buena y guapa y rica -te dije, bromista.
Y luego, qué pensativo te quedaste!, cuando seguí aconsejándote que te pusieras también bajo el patrocinio de aquel apóstol adolescente, Juan: por si el Señor te pedía más.

361. Para ti, que te quejas interiormente, porque te tratan con dureza, y sientes el contraste de ese rigor con la conducta de los de tu sangre, copio estos párrafos de la carta de un alférez médico: "Ante el enfermo, cabe la actitud fría y calculadora, pero objetiva y útil para el paciente, del profesional honrado. Y la ñoñería llorona de la familia. -¿Qué sería de un puesto de socorro, durante un combate, cuando va llegando el chorreo de heridos que se acumulan porque la evacuación no es lo suficientemente rápida, si junto a cada camilla hubiese una familia? Como para pasarse al enemigo".

362. No necesito milagros: me sobra con los que hay en la Escritura. -En cambio, me hace falta tu cumplimiento del deber, tu correspondencia a la gracia.

363. Desilusionado. -Vienes alicaído. Los hombres te acaban de dar una lección! -Creían que no los necesitabas, y rezumaban ofrecimientos. La posibilidad de que tuvieran que ayudarte económicamente -unas pesetillas miserables- convirtió la amistad en indiferencia.
-Confía sólo en Dios y en quienes, por El, están unidos a ti.

364. Ah, si te propusieras servir a Dios "seriamente", con el mismo empeño que pones en servir tu ambición, tus vanidades, tu sensualidad!...

365. Si sientes impulsos de ser caudillo, tu aspiración será: con tus hermanos, el último; con los demás, el primero.

366. Vamos a ver, ¿qué injuria se te hace a ti porque aquél o el otro tengan más confianza con determinadas personas, a quienes conocieron antes o por quienes sienten más afinidades de simpatía, de profesión, de carácter?
-Sin embargo, entre los tuyos, evita cuidadosamente aun la apariencia de una amistad particular.

367. El manjar más delicado y selecto, si lo come un cerdo (que así se llama, sin perdón) se convierte, a lo más, en carne de cerdo!
Seamos ángeles, para dignificar las ideas, al asimilarlas. -Cuando menos, seamos hombres: para convertir los alimentos, siquiera, en músculos nobles y bellos, o quizá en cerebro potente... capaz de entender y adorar a Dios.
Pero... no seamos bestias, como tantos y tantos!

368. ¿Te aburres? -Es que tienes los sentidos despiertos y el alma dormida.

369. La caridad de Jesucristo te llevará a muchas concesiones... nobilísimas. -Y la caridad de Jesucristo te llevará a muchas intransigencias..., nobilísimas también.

370. Si no eres malo, y lo pareces, eres tonto. -Y esa tontería -piedra de escándalo- es peor que la maldad.

371. Cuando bullen, "haciendo cabeza" de manifestaciones exteriores de religiosidad, gentes profesionalmente mal conceptuadas, de seguro que sentís ganas de decirles al oído: Por favor, tengan la bondad de ser menos católicos!

372. Si tienes un puesto oficial, tienes también unos derechos, que nacen del ejercicio de ese cargo, y unos deberes.
-Te apartas de tu camino de apóstol, si, con ocasión -o con excusa- de una obra de celo, dejas incumplidos los deberes del cargo. Porque me perderás el prestigio profesional, que es precisamente tu "anzuelo de pescador de hombres".

373. Me gusta tu lema de apóstol: "Trabajar sin descanso".

374. ¿Por qué esa precipitación? -No me digas que es actividad: es atolondramiento.

375. Disipación. -Dejas que se abreven tus sentidos y potencias en cualquier charca. -Así andas tú luego: sin fijeza, esparcida la atención, dormida la voluntad y despierta la concupiscencia.
-Vuelve con seriedad a sujetarte a un plan, que te haga llevar vida de cristiano, o nunca harás nada de provecho.

376. " Influye tanto el ambiente!", me has dicho. -Y hube de contestar: sin duda. Por eso es menester que sea tal vuestra formación, que llevéis, con naturalidad, vuestro propio ambiente, para dar "vuestro tono" a la sociedad con la que conviváis.
-Y, entonces, si has cogido este espíritu, estoy seguro de que me dirás con el pasmo de los primeros discípulos al contemplar las primicias de los milagros que se obraban por sus manos en nombre de Cristo: " Influimos tanto en el ambiente!"

377. Y ¿cómo adquiriré "nuestra formación", y cómo conservaré "nuestro espíritu"? -Cumpliéndome las normas concretas que tu Director te entregó y te explicó y te hizo amar: cúmplelas y serás apóstol.

378. No seas pesimista. -¿No sabes que todo cuanto sucede o puede suceder es para bien?
-Tu optimismo será necesaria consecuencia de tu Fe.

379. Naturalidad. -Que vuestra vida de caballeros cristianos, de mujeres cristianas -vuestra sal y vuestra luz- fluya espontáneamente, sin rarezas, ni ñoñerías: llevad siempre con vosotros nuestro espíritu de sencillez.

380. "Y ¿en un ambiente paganizado o pagano, al chocar este ambiente con mi vida, no parecerá postiza mi naturalidad?", me preguntas.
-Y te contesto: Chocará sin duda, la vida tuya con la de ellos, y ese contraste, por confirmar con tus obras tu fe, es precisamente la naturalidad que yo te pido.

381. No te importe si dicen que tienes espíritu de cuerpo. ¿Qué quieren? ¿Un instrumento delicuescente, que se haga pedazos a la hora de empuñarlo?

382. Al regalarte aquella Historia de Jesús, puse como dedicatoria: "Que busques a Cristo: Que encuentres a Cristo: Que ames a Cristo".
-Son tres etapas clarísimas. ¿Has intentado, por lo menos, vivir la primera?

383. Si te ven flaquear... y eres jefe, no es extraño que se quebrante la obediencia.

384. Confusionismo. -Supe que vacilaba la rectitud de tu criterio. Y, para que me entendieras, te escribí: el diablo tiene la cara muy fea, y, como sabe tanto, no se expone a que le veamos los cuernos. No va de frente.
-Por eso, cuántas veces viene con disfraz de nobleza y hasta de espiritualidad!

385. Dice el Señor: "Un mandato nuevo os doy: que os améis los unos a los otros. En esto conocerán que sois mis discípulos".
-Y San Pablo: "Llevad unos la carga de los otros, y así cumpliréis la ley de Cristo".
-Yo no te digo nada.

386. No olvides, hijo, que para ti en la tierra sólo hay un mal, que habrás de temer, y evitar con la gracia divina: el pecado.

EL PLANO DE TU SANTIDAD


387. El plano de santidad que nos pide el Señor, está determinado por estos tres puntos:
La santa intransigencia, la santa coacción y la santa desverguenza.

388. Una cosa es la santa desverguenza y otra la frescura laica.

389. La santa desverguenza es una característica de la "vida de infancia". Al pequeño, no le preocupa nada. -Sus miserias, sus naturales miserias, se ponen de relieve sencillamente, aunque todo el mundo le contemple...
Esa desverguenza, llevada a la vida sobrenatural, trae este raciocinio: alabanza, menosprecio...: admiración, burla...: honor, deshonor...: salud, enfermedad...: riqueza, pobreza...: hermosura, fealdad...
Bien; y eso... ¿qué?

390. Ríete del ridículo. -Desprecia el qué dirán. Ve y siente a Dios en ti mismo y en lo que te rodea.
Así acabarás por conseguir la santa desverguenza que precisas, oh paradoja!, para vivir con delicadeza de caballero cristiano.

391. ¿Si tienes la santa desverguenza, qué te importa del "qué habrán dicho" o del "qué dirán"?

392. Convéncete de que el ridículo no existe para quien hace lo mejor.

393. Un hombre, un... caballero transigente, volvería a condenar a muerte a Jesús.

394. La transigencia es señal cierta de no tener la verdad. -Cuando un hombre transige en cosas de ideal, de honra o de Fe, ese hombre es un... hombre sin ideal, sin honra y sin Fe.

395. Aquel hombre de Dios, curtido en la lucha, argumentaba así: ¿Que no transijo? Claro!: porque estoy persuadido de la verdad de mi ideal. En cambio, usted es muy transigente...: ¿le parece que dos y dos sean tres y medio? -¿No?..., ¿ni por amistad cede en tan poca cosa?
- Es que, por primera vez, se ha persuadido de tener la verdad... y se ha pasado a mi partido!

396. La santa intransigencia no es intemperancia.

397. Sé intransigente en la doctrina y en la conducta. -Pero sé blando en la forma. -Maza de acero poderosa, envuelta en funda acolchada.
Sé intransigente, pero no seas cerril.

398. La intransigencia no es intransigencia a secas: es "la santa intransigencia".
No olvidemos que también hay una "santa coacción".

399. Si, por salvar una vida terrena, con aplauso de todos, empleamos la fuerza para evitar que un hombre se suicide..., ¿no vamos a poder emplear la misma coacción -la santa coacción- para salvar la Vida (con mayúscula) de muchos que se obstinan en suicidar idiotamente su alma?

400. Cuántos crímenes se cometen en nombre de la justicia! Si tú vendieras armas de fuego y alguien te diera el precio de una de ellas, para matar con esa arma a tu madre, ¿se la venderías?... Pues ¿acaso no te daba su justo precio?...
-Catedrático, periodista, político, hombre de diplomacia: meditad.

401. Dios y audacia! -La audacia no es imprudencia. -La audacia no es osadía.

402. No pidas a Jesús perdón tan sólo de tus culpas: no le ames con tu corazón solamente...
Desagráviale por todas las ofensas que le han hecho, le hacen y le harán..., ámale con toda la fuerza de todos los corazones de todos los hombres que más le hayan querido.
Sé audaz: dile que estás más loco por El que María Magdalena, más que Teresa y Teresita..., más chiflado que Agustín y Domingo y Francisco, más que Ignacio y Javier.

403. Ten todavía más audacia y, cuando necesites algo, partiendo siempre del "Fiat", no pidas: di "Jesús, quiero esto o lo otro", porque así piden los niños.

404. Has fracasado! -Nosotros no fracasamos nunca. -Pusiste del todo tu confianza en Dios. -No perdonaste, luego, ningún medio humano.
Convéncete de esta verdad: el éxito tuyo -ahora y en esto- era fracasar. -Da gracias al Señor y a comenzar de nuevo!

405. ¿Que has fracasado? -Tú -estás bien convencido- no puedes fracasar.
No has fracasado: has adquirido experiencia. - Adelante!

406. Aquello fue un fracaso, un desastre: porque perdiste nuestro espíritu. -Ya sabes que, con miras sobrenaturales, el final (¿victoria?, ¿derrota?, bah!) sólo tiene un nombre: éxito.

407. No confundamos los derechos del cargo con los de la persona. -Aquellos no pueden ser renunciados.

408. Santurrón es a santo, lo que beato a piadoso: su caricatura.

409. No pensemos que valdrá de algo nuestra aparente virtud de santos, si no va unida a las corrientes virtudes de cristianos.
-Esto sería adornarse con espléndidas joyas sobre los paños menores.

410. Que tu virtud no sea una virtud sonora.

411. Muchos falsos apóstoles, a pesar de ellos, hacen bien a la masa, al pueblo, por la virtud misma de la doctrina de Jesús que predican, aunque no la practiquen.
Pero no se compensa, con este bien, el mal enorme y efectivo que producen matando almas de caudillos, de apóstoles, que se apartan, asqueadas, de quienes no hacen lo que enseñan a los demás.
Por eso, si no quieren llevar una vida íntegra, no deben ponerse jamás en primera fila, como jefes de grupo, ni ellos, ni ellas.

412. Que el fuego de tu Amor no sea un fuego fatuo. -Ilusión, mentira de fuego, que ni prende en llamaradas lo que toca, ni da calor.

413. El "non serviam" de Satanás ha sido demasiado fecundo. -¿No sientes el impulso generoso de decir cada día, con voluntad de oración y de obras, un "serviam" - te serviré, te seré fiel!- que supere en fecundidad a aquel clamor de rebeldía?

414. Qué pena, un "hombre de Dios" pervertido! -Pero cuánta más pena, un "hombre de Dios" tibio y mundano!

415. No hagas mucho caso de lo que el mundo llama victorias o derrotas. - Sale tantas veces derrotado el vencedor!

416. "Sine me nihil potestis facere!" Luz nueva, mejor, resplandores nuevos, para mis ojos, de esa Luz Eterna, que es el Santo Evangelio.
-¿Pueden extrañarme "mis"... tonterías?
-Meta yo a Jesús en todas mis cosas. Y, entonces, no habrá tonterías en mi conducta: y, si he de hablar con propiedad, no diré más mis cosas, sino "nuestras cosas".

AMOR DE DIOS


417. No hay más amor que el Amor!

418. El secreto para dar relieve a lo más humilde, y aun a lo más humillante, es amar.

419. -Niño. -Enfermo. -Al escribir estas palabras, ¿no sentís la tentación de ponerlas con mayúscula?
Es que, para un alma enamorada, los niños y los enfermos son El.

420. Qué poco es una vida, para ofrecerla a Dios!...

421. Un amigo es un tesoro. -Pues... un Amigo!..., que donde está tu tesoro allí está tu corazón.

422. Jesús es tu amigo. -El Amigo. -Con corazón de carne, como el tuyo. -Con ojos, de mirar amabilísimo, que lloraron por Lázaro... Y tanto como a Lázaro, te quiere a ti.

423. Dios mío, te amo, pero... enséñame a amar!

424. Castigar por Amor: este es el secreto para elevar a un plano sobrenatural la pena impuesta a quienes la merezcan.
Por amor de Dios, a quien se ofende, sirva la pena de expiación: por amor al prójimo por Dios, sirva la pena, jamás de venganza, sino de medicina saludable.

425. ¿Saber que me quieres tanto, Dios mío, y... no me he vuelto loco?

426. En Cristo tenemos todos los ideales: porque es Rey, es Amor, es Dios.

427. Señor: que tenga peso y medida en todo... menos en el Amor.

428. Si el Amor, aun el amor humano, da tantos consuelos aquí, ¿qué será el Amor en el cielo?

429. Todo lo que se hace por Amor adquiere hermosura y se engrandece.

430. Jesús, que sea yo el último en todo... y el primero en el Amor.

431. No temas a la Justicia de Dios. -Tan admirable y tan amable es en Dios la Justicia como la Misericordia: las dos son pruebas del Amor.

432. Considera lo más hermoso y grande de la tierra..., lo que place al entendimiento y a las otras potencias..., y lo que es recreo de la carne y de los sentidos...
Y el mundo, y los otros mundos, que brillan en la noche: el Universo entero. -Y eso, junto con todas las locuras del corazón satisfechas..., nada vale, es nada y menos que nada, al lado de este Dios mío! - tuyo!- tesoro infinito, margarita preciosísima, humillado, hecho esclavo, anonadado con forma de siervo en el portal donde quiso nacer, en el taller de José, en la Pasión y en la muerte ignominiosa... y en la locura de Amor de la Sagrada Eucaristía.

433. Vive de Amor y vencerás siempre -aunque seas vencido- en las Navas y los Lepantos de tu lucha interior.

434. Deja que se vierta tu corazón en efusiones de Amor y de agradecimiento al considerar cómo la gracia de Dios te saca libre cada día de os lazos que te tiende el enemigo.

435. "Timor Domini sanctus". -Santo es el temor de Dios. -Temor que es veneración del hijo para su Padre, nunca temor servil, porque tu Padre-Dios no es un tirano.

436. Dolor de Amor. -Porque El es bueno. -Porque es tu Amigo, que dio por ti su Vida. -Porque todo lo bueno que tienes es suyo. -Porque le has ofendido tanto... Porque te ha perdonado... El!... a ti!!
-Llora, hijo mío, de dolor de Amor.

437. Si un hombre hubiera muerto por librarme de la muerte!...
-Murió Dios. Y me quedo indiferente.

438. Loco! -Ya te vi -te creías solo en la capilla episcopal- poner en cada cáliz y en cada patena, recién consagrados, un beso: para que se lo encuentre El, cuando por primera vez "baje" a esos vasos eucarísticos.

439. No olvides que el Dolor es la piedra de toque del Amor.

CARIDAD


440. Cuando hayas terminado tu trabajo, haz el de tu hermano, ayudándole, por Cristo, con tal delicadeza y naturalidad que ni el favorecido se dé cuenta de que estás haciendo más de lo que en justicia debes.
- Esto sí que es fina virtud de hijo de Dios!

441. Te duelen las faltas de caridad del prójimo para ti. ¿Cuánto dolerán a Dios tus faltas de caridad -de Amor- para El?

442. No admitas un mal pensamiento de nadie, aunque las palabras u obras del interesado den pie para juzgar así razonablemente.

443. No hagas crítica negativa: cuando no puedes alabar, cállate.

444. Nunca hables mal de tu hermano, aunque tengas sobrados motivos. -Ve primero al Sagrario, y luego ve al Sacerdote, tu padre, y desahoga también tu pena con él.
-Y con nadie más.

445. La murmuración es roña que ensucia y entorpece el apostolado. -Va contra la caridad, resta fuerzas, quita la paz, y hace perder la unión con Dios.

446. Si eres tan miserable, ¿cómo te extraña que los demás tengan miserias?

447. Después de ver en qué se emplean, íntegras!, muchas vidas (lengua, lengua, lengua con todas sus consecuencias), me parece más necesario y más amable el silencio. -Y entiendo muy bien que pidas cuenta, Señor, de la palabra ociosa.

448. Es más fácil decir que hacer. -Tú..., que tienes esa lengua tajante -de hacha-, ¿has probado alguna vez, por casualidad siquiera, a hacer "bien" lo que, según tu "autorizada" opinión, hacen los otros menos bien?

449. Eso se llama: susurración, murmuración, trapisonda, enredo, chisme, cuento, insidia..., ¿calumnia?, ¿vileza?
-Es difícil que la "función de criterio", de quien no tiene por qué ejercitarla, no acabe en "faena de comadres".

450. Cuánto duele a Dios y cuánto daña a muchas almas -y cuánto puede santificar a otras- la injusticia de los "justos"!

451. No queramos juzgar. -Cada uno ve la cosas desde su punto de vista... y con su entendimiento, bien limitado casi siempre, y oscuros o nebulosos, con tinieblas de apasionamiento, sus ojos, muchas veces.
Además, lo mismo que la de esos pintores modernistas, es la visión de ciertas personas tan subjetiva y tan enfermiza, que trazan unos rasgos arbitrarios asegurándonos que son nuestro retrato, nuestra conducta...
Qué poco valen los juicios de los hombres! -No juzguéis sin tamizar vuestro juicio en la oración.

452. Esfuérzate, si es preciso, en perdonar siempre a quienes te ofendan, desde el primer instante, ya que, por grande que sea el perjuicio o la ofensa que te hagan, más te ha perdonado Dios a ti.

453. ¿Murmuras? -Pierdes, entonces, el buen espíritu y, si no aprendes a callar, cada palabra es un paso que te acerca a la puerta de salida de esa empresa apostólica en la que trabajas.

454. No juzguéis sin oír a las dos partes. -Muy fácilmente, aun las personas que se tienen por piadosas, se olvidan de esta norma de prudencia elemental.

455. ¿Sabes el daño que puedes ocasionar al tirar lejos una piedra si tienes los ojos vendados?
-Tampoco sabes el perjuicio que puedes producir, a veces grave, al lanzar frases de murmuración, que te parecen levísimas, porque tienes los ojos vendados por la desaprensión o por el acaloramiento.

456. Hacer crítica, destruir, no es difícil: el último peón de albañilería sabe hincar su herramienta en la piedra noble y bella de una catedral.
-Construir: ésta es la labor que requiere maestros.

457. ¿Quién eres tú para juzgar el acierto del superior? -¿No ves que él tiene más elementos de juicio que tú; más experiencia; más rectos, sabios y desapasionados consejeros; y, sobre todo, más gracia, una gracia especial, gracia de estado, que es luz y ayuda poderosa de Dios?

458. Esos choques con el egoísmo del mundo te harán estimar en más la caridad fraternal de los tuyos.

459. Tu caridad es... presuntuosa. -Desde lejos, atraes: tienes luz. -De cerca, repeles: te falta calor. - Qué lástima!

460. "Frater qui adjuvatur a fratre quasi civitas firma" -El hermano ayudado por su hermano es tan fuerte como una ciudad amurallada.
-Piensa un rato y decídete a vivir la fraternidad que siempre te recomiendo.

461. Si no te veo practicar la bendita fraternidad, que de continuo te predico, te recordaré aquellas palabras entrañables de San Juan: "Filioli mei, non diligamus verbo neque lingua, sed opere et veritate" -Hijitos míos, no amemos con la palabra o con la lengua, sino con obras y de verdad.

462. Poder de la caridad! -Vuestra mutua flaqueza es también apoyo que os sostiene derechos en el cumplimiento del deber si vivís vuestra fraternidad bendita: como mutuamente se sostienen, apoyándose, los naipes.

463. Más que en "dar", la caridad está en "comprender". -Por eso busca una excusa para tu prójimo -las hay siempre-, si tienes el deber de juzgar.

464. ¿Sabes que aquella persona está en peligro para su alma? -Desde lejos, con tu vida de unión, puedes serle ayuda eficaz. - Hala, pues!, y no te intranquilices.

465. Esas desazones que sientes por tus hermanos me parecen bien: son prueba de vuestra mutua caridad. -Procura, sin embargo, que tus desazones no degeneren en inquietud.

466. De ordinario, la gente es muy poco generosa con su dinero -me escribes-. Conversación, entusiasmos bulliciosos, promesas, planes. -A la hora del sacrificio, son pocos los que "arriman el hombro". Y, si dan, ha de ser con una diversión interpuesta -baile, tómbola, cine, velada- o anuncio y lista de donativos en la prensa.
-Triste es el cuadro, pero tiene excepciones: sé tú también de los que no dejan que su mano izquierda, cuando dan limosna, sepa lo que hace la derecha.

467. Libros. -Extendí la mano, como un pobrecito de Cristo, y pedí libros. Libros!, que son alimento, para la inteligencia católica, apostólica y romana de muchos jóvenes universitarios.
-Extendí la mano, como un pobrecito de Cristo... y me llevé cada chasco!
-¿Por qué no entienden, Jesús, la honda caridad cristiana de esa limosna, más eficaz que dar pan de buen trigo?

468. Eres excesivamente candoroso. - Que son pocos los que practican la caridad! -Que tener caridad no es dar ropa vieja o monedas de cobre...
-Y me cuentas tu caso y tu desilusión.
-Sólo se me ocurre esto: vamos tú y yo a dar y a darnos sin tacañería. Y evitaremos que quienes nos traten adquieran tu triste experiencia.

469. "Saludad a todos los santos. Todos los santos os saludan. A todos los santos que viven en Efeso. A todos los santos en Cristo Jesús, que están en Filipos." -¿Verdad que es conmovedor ese apelativo - santos!- que empleaban los primeros fieles cristianos para denominarse entre sí?
-Aprende a tratar a tus hermanos.

LOS MEDIOS


470. Pero... ¿y los medios? -Son los mismos de Pedro y de Pablo, de Domingo y Francisco, de Ignacio y Javier: el Crucifijo y el Evangelio...
-¿Acaso te parecen pequeños?

471. En las empresas de apostolado, está bien -es un deber- que consideres tus medios terrenos (2 + 2 = 4), pero no olvides nunca! que has de contar, por fortuna, con otro sumando: Dios + 2 + 2...

472. Sirve a tu Dios con rectitud, séle fiel... y no te preocupes de nada: porque es una gran verdad que "si buscas el reino de Dios y su justicia, El te dará lo demás -lo material, los medios- por añadidura."

473. Echa lejos de ti esa desesperanza que te produce el conocimiento de tu miseria. -Es verdad: por tu prestigio económico, eres un cero..., por tu prestigio social, otro cero..., y otro por tus virtudes, y otro por tu talento...
Pero, a la izquierda de esas negaciones, está Cristo... Y qué cifra inconmensurable resulta!

474. Que eres... nadie. -Que otros han levantado y levantan ahora maravillas de organización, de prensa, de propaganda. -¿Que tienen todos los medios, mientras tú no tienes ninguno?... Bien: acuérdate de Ignacio:
Ignorante, entre los doctores de Alcalá. -Pobre, pobrísimo, entre los estudiantes de París. -Perseguido, calumniado...
Es el camino: ama y cree y sufre!: tu Amor y tu Fe y tu Cruz son los medios infalibles para poner por obra y para eternizar las ansias de apostolado que llevas en tu corazón.

475. Te reconoces miserable. Y lo eres. -A pesar de todo -más aún: por eso- te buscó Dios.
-Siempre emplea instrumentos desproporcionados: para que se vea que la "obra" es suya.
-A ti sólo te pide docilidad.

476. Cuando te "entregues" a Dios no habrá dificultad que pueda remover tu optimismo.

477. ¿Por qué dejas esos rincones en tu corazón? -Mientras no te des tú del todo, es inútil que pretendas llevarle a otro.
-Pobre instrumento eres.

478. ¿Pero, a estas alturas!, va a resultar que necesitas la aprobación, el calor, los consuelos de los poderosos, para seguir haciendo lo que Dios quiere?
-Los poderosos suelen ser volubles, y tú has de ser constante. Sé agradecido, si te ayudan. Y continúa, imperturbable, si te desprecian.

479. No hagas caso. -Siempre los "prudentes" han llamado locuras a las obras de Dios.
- Adelante, audacia!

480. ¿Ves? Un hilo y otro y muchos, bien trenzados, forman esa maroma capaz de alzar pesos enormes.
-Tú y tus hermanos, unidas vuestras voluntades para cumplir la de Dios, seréis capaces de superar todos los obstáculos.

481. Cuando sólo se busca a Dios, bien se puede poner en práctica, para sacar adelante obras de celo, aquel principio que asentaba un buen amigo nuestro: "Se gasta lo que se deba, aunque se deba lo que se gaste".

482. ¿Qué importa que tengas en contra al mundo entero con todos sus poderes? Tú... adelante!
-Repite las palabras del salmo: "El Señor es mi luz y mi salud, ¿a quién temeré?... "Si consistant adversum me castra, non timebit cor meum" -Aunque me vea cercado de enemigos, no flaqueará mi corazón."

483. Animo! Tú... puedes. -¿Ves lo que hizo la gracia de Dios con aquel Pedro dormilón, negador y cobarde..., con aquel Pablo perseguidor, odiador y pertinaz?

484. Sé instrumento: de oro o de acero, de platino o de hierro..., grande o chico, delicado o tosco...
-Todos son útiles: cada uno tiene su misión propia. Como en lo material: ¿quién se atreverá a decir que es menos útil el serrucho del carpintero que las pinzas del cirujano?
-Tu deber es ser instrumento.

485. Bien. ¿Y qué? -No entiendo cómo te puedes retraer de esa labor de almas -si no es por oculta soberbia: te crees perfecto-, porque el fuego de Dios que te atrajo, además de la luz y del calor que te entusiasman, dé a veces el humo de la flaqueza de los instrumentos.

486. Trabajo... hay. -Los instrumentos no pueden estar mohosos. -Normas hay también para evitar el moho y la herrumbre. -Basta ponerlas en práctica.

487. No te desvele el conflicto económico que se avecina a tu empresa de apostolado. -Aumenta la confianza en Dios, haz humanamente lo que puedas, y verás qué pronto el dinero deja de ser conflicto!

488. No dejes de hacer las cosas por falta de instrumentos: se comienza como se puede. -Después, la función crea el órgano. Algunos, que no valían, resultan aptos. Con los demás se hace una operación quirúrgica, aunque duela - buenos "operadores" fueron los santos!-, y se sigue adelante.

489. Fe viva y penetrante. Como la fe de Pedro. -Cuando la tengas -lo ha dicho El- apartarás los montes, los obstáculos, humanamente insuperables, que se opongan a tus empresas de apóstol.

490. Rectitud de corazón y buena voluntad: con estos dos elementos y la mirada puesta en cumplir lo que Dios quiere, verás hechos realidad tus ensueños de amor y saciadas tus hambres de almas.

491. "Nonne hic est fabri filius? Nonne hic est faber, filius Mariae?" -¿Acaso éste no es hijo del artesano? ¿No es el artesano hijo de María?
-Esto, que dijeron de Jesús, es muy posible que lo digan de ti, con un poco de pasmo y otro poco de burla, cuando "definitivamente" quieras cumplir la Voluntad de Dios, ser instrumento: Pero, ¿no es éste aquél?...
-Calla. Y que tus obras confirmen tu misión.

LA VIRGEN


492. El amor a nuestra Madre será soplo que encienda en lumbre viva las brasas de virtudes que están ocultas en el rescoldo de tu tibieza.

493. Ama a la Señora. Y Ella te obtendrá gracia abundante para vencer en esta lucha cotidiana. -Y no servirán de nada al maldito esas cosas perversas, que suben y suben, hirviendo dentro de ti, hasta querer anegar con su podredumbre bienoliente los grandes ideales, los mandatos sublimes que Cristo mismo ha puesto en tu corazón. -" Serviam!"

494. Sé de María y serás nuestro.

495. A Jesús siempre se va y se "vuelve" por María.

496. Cómo gusta a los hombres que les recuerden su parentesco con personajes de la literatura, de la política, de la milicia, de la Iglesia!...
-Canta ante la Virgen Inmaculada, recordándole:
Dios te salve, María, hija de Dios Padre: Dios te salve, María, Madre de Dios Hijo: Dios te salve, María, Esposa de Dios Espíritu Santo... Más que tú, sólo Dios!

497. Di: Madre mía -tuya, porque eres suyo por muchos títulos-, que tu amor me ate a la Cruz de tu Hijo: que no me falte la Fe, ni la valentía, ni la audacia, para cumplir la voluntad de nuestro Jesús.

498. Todos los pecados de tu vida parece como si se pusieran de pie. -No desconfíes. -Por el contrario, llama a tu Madre Santa María, con fe y abandono de niño. Ella traerá el sosiego a tu alma.

499. María Santísima, Madre de Dios, pasa inadvertida, como una más entre las mujeres de su pueblo.
-Aprende de Ella a vivir con "naturalidad".

500. Lleva sobre tu pecho el santo escapulario del Carmen. -Pocas devociones -hay muchas y muy buenas devociones marianas- tienen tanto arraigo entre los fieles, y tantas bendiciones de los Pontífices. -Además es tan maternal ese privilegio sabatino!

501. Cuando te preguntaron qué imagen de la Señora te daba más devoción, y contestaste -como quien lo tiene bien experimentado- que todas, comprendí que eras un buen hijo: por eso te parecen bien -me enamoran, dijiste- todos los retratos de tu Madre.

502. María, Maestra de oración. -Mira cómo pide a su Hijo, en Caná. Y cómo insiste, sin desanimarse, con perseverancia. -Y cómo logra.
-Aprende.

503. Soledad de María. Sola! -Llora, en desamparo.
-Tú y yo debemos acompañar a la Señora, y llorar también: porque a Jesús le cosieron al madero, con clavos, nuestras miserias.

504. La Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, aquietará tu corazón, cuando te haga sentir que es de carne, si acudes a Ella con confianza.

505. El amor a la Señora es prueba de buen espíritu, en las obras y en las personas singulares.
-Desconfía de la empresa que no tenga esa señal.

506. La Virgen Dolorosa. Cuando la contemples, ve su Corazón: es una Madre con dos hijos, frente a frente: El... y tú.

507. Qué humildad, la de mi Madre Santa María! -No la veréis entre las palmas de Jerusalén, ni -fuera de las primicias de Caná- a la hora de los grandes milagros.
-Pero no huye del desprecio del Gólgota: allí está, "juxta crucem Jesu" -junto a la cruz de Jesús, su Madre.

508. Admira la reciedumbre de Santa María: al pie de la Cruz, con el mayor dolor humano -no hay dolor como su dolor-, llena de fortaleza.
-Y pídele de esa reciedumbre, para que sepas también estar junto a la Cruz.

509. María, Maestra del sacrificio escondido y silencioso!
-Vedla, casi siempre oculta, colaborar con el Hijo: sabe y calla.

510. ¿Veis con qué sencillez? -"Ecce ancilla!..." -Y el Verbo se hizo carne.
-Así obraron los santos: sin espectáculo. Si lo hubo, fue a pesar de ellos.

511. "Ne timeas, Maria!" - No temas, María!... -Se turbó la Señora ante el Arcángel.
- Para que yo quiera echar por la borda esos detalles de modestia, que son salvaguarda de mi pureza!

512. Oh Madre, Madre!: con esa palabra tuya -"fiat"- nos has hecho hermanos de Dios y herederos de su gloria. - Bendita seas!

513. Antes, solo, no podías... -Ahora, has acudido a la Señora, y, con Ella, qué fácil!

514. Confía. -Vuelve. -Invoca a la Señora y serás fiel.

515. ¿Que por momentos te faltan las fuerzas? -¿Por qué no se lo dices a tu Madre: "consolatrix afflictorum, auxilium christianorum..., Spes nostra, Regina apostolorum"?

LA IGLESIA


516. Madre! -Llámala fuerte, fuerte. -Te escucha, te ve en peligro quizá, y te brinda, tu Madre Santa María, con la gracia de su Hijo, el consuelo de su regazo, la ternura de sus caricias: y te encontrarás reconfortado para la nueva lucha.

517. "Et unam, sanctam, catholicam et apostolicam Ecclesiam!..." Me explico esa pausa tuya, cuando rezas, saboreando: creo en la Iglesia, Una, Santa, -Católica y Apostólica...

518. Qué alegría, poder decir con todas las veras de mi alma: amo a mi Madre la Iglesia santa!

519. Ese grito -"serviam!"- es voluntad de "servir" fidelísimamente, aun a costa de la hacienda, de la honra y de la vida, a la Iglesia de Dios.

520. Católico, Apostólico, Romano! -Me gusta que seas muy romano. Y que tengas deseos de hacer tu "romería", "videre Petrum", para ver a Pedro.

521. Qué bondad la de Cristo al dejar a su Iglesia los Sacramentos! -Son remedio para cada necesidad.
-Venéralos y queda, al Señor y a su Iglesia, muy agradecido.

522. Ten veneración y respeto por la Santa Liturgia de la Iglesia y por sus ceremonias particulares. -Cúmplelas fielmente. -¿No ves que los pobrecitos hombres necesitamos que hasta lo más grande y noble entre por los sentidos?

523. Canta la Iglesia -se ha dicho- porque hablar no sería bastante para su plegaria. -Tú, cristiano -y cristiano escogido-, debes aprender a cantar litúrgicamente.

524. Hay que romper a cantar!, decía un alma enamorada, después de ver las maravillas que el Señor obraba por su ministerio.
-Y yo te repito el consejo: canta! Que se desborde en armonías tu agradecido entusiasmo por tu Dios.

525. Ser "católico" es amar a la Patria, sin ceder a nadie mejora en ese amor. Y, a la vez, tener por míos los afanes nobles de todos los países. Cuántas glorias de Francia son glorias mías! Y, lo mismo, muchos motivos de orgullo de alemanes, de italianos, de ingleses..., de americanos y asiáticos y africanos son también mi orgullo.
- Católico!: corazón grande, espíritu abierto.

526. Si no tienes veneración suma por el estado sacerdotal y el religioso, no es cierto que ames a la Iglesia de Dios.

527. Aquella mujer que en casa de Simón el leproso, en Betania, unge con rico perfume la cabeza del Maestro, nos recuerda el deber de ser espléndidos en el culto de Dios.
-Todo el lujo, la majestad y la belleza me parecen poco.
-Y contra los que atacan la riqueza de vasos sagrados, ornamentos y retablos, se oye la alabanza de Jesús: "opus enim bonum operata est in me" -una buena obra ha hecho conmigo.

SANTA MISA


528. Una característica muy importante del varón apostólico es amar la Misa.

529. La Misa es larga, dices, y añado yo: porque tu amor es corto.

530. ¿No es raro que muchos cristianos, pausados y hasta solemnes para la vida de relación (no tienen prisa), para sus poco activas actuaciones profesionales, para la mesa y para el descanso (tampoco tienen prisa), se sientan urgidos y urjan al Sacerdote, en su afán de recortar, de apresurar el tiempo dedicado al Sacrificio Santísimo del Altar?

531. " Tratádmelo bien, tratádmelo bien!", decía, entre lágrimas, un anciano Prelado a los nuevos Sacerdotes que acababa de ordenar.
- Señor!: Quién me diera voces y autoridad para clamar de este modo al oído y al corazón de muchos cristianos, de muchos!

532. Cómo lloró, al pie del altar, aquel joven Sacerdote santo que mereció martirio, porque se acordaba de un alma que se acercó en pecado mortal a recibir a Cristo!
-¿Así le desagravias tú?

533. Humildad de Jesús: en Belén, en Nazaret, en el Calvario... -Pero más humillación y más anonadamiento en la Hostia Santísima: más que en el establo, y que en Nazaret y que en la Cruz.
Por eso, qué obligado estoy a amar la Misa! ("Nuestra" Misa, Jesús...)

534. Cuántos años comulgando a diario! -Otro sería santo -me has dicho-, y yo siempre igual!
-Hijo -te he respondido-, sigue con la diaria Comunión, y piensa: ¿qué sería yo, si no hubiera comulgado?

535. Comunión, unión, comunicación, confidencia: Palabra, Pan, Amor.

536. Comulga. -No es falta de respeto. -Comulga hoy precisamente, cuando acabas de salir de aquel lazo.
-¿Olvidas que dijo Jesús: no es necesario el médico a los sanos, sino a los enfermos?

537. Cuando te acercas al Sagrario piensa que El!... te espera desde hace veinte siglos.

538. Ahí lo tienes: es Rey de Reyes y Señor de Señores. -Está escondido en el Pan.
Se humilló hasta esos extremos por amor a ti.

539. Se quedó para ti. -No es reverencia dejar de comulgar, si estás bien dispuesto. -Irreverencia es sólo recibirlo indignamente.

540. Qué fuente de gracias es la Comunión espiritual! -Practícala frecuentemente y tendrás más presencia de Dios y más unión con El en las obras.

541. Hay una urbanidad de la piedad. -Apréndela. -Dan pena esos hombres "piadosos", que no saben asistir a Misa -aunque la oigan a diario-, ni santiguarse -hacen unos raros garabatos, llenos de precipitación-, ni hincar la rodilla ante el Sagrario -sus genuflexiones ridículas parecen una burla-, ni inclinar reverentemente la cabeza ante una imagen de la Señora.

542. No me pongáis al culto imágenes "de serie": prefiero un Santo Cristo de hierro tosco a esos Crucifijos de pasta repintada que parecen hechos de azúcar.

543. Me viste celebrar la Santa Misa sobre un altar desnudo -mesa y ara-, sin retablo. El Crucifijo, grande. Los candeleros recios, con hachones de cera, que se escalonan: más altos, junto a la cruz. Frontal del color del día. Casulla amplia. Severo de líneas, ancha la copa y rico el cáliz. Ausente la luz eléctrica, que no echamos en falta.
-Y te costó trabajo salir del oratorio: se estaba bien allí. ¿Ves cómo lleva a Dios, cómo acerca a Dios el rigor de la liturgia?

COMUNIÓN DE LOS SANTOS


544. Comunión de los Santos. -¿Cómo te lo diría? -¿Ves lo que son las transfusiones de sangre para el cuerpo? Pues así viene a ser la Comunión de los Santos para el alma.

545. Vivid una particular Comunión de los Santos: y cada uno sentirá, a la hora de la lucha interior, lo mismo que a la hora del trabajo profesional, la alegría y la fuerza de no estar solo.

546. Hijo: qué bien viviste la Comunión de los Santos, cuando me escribías: "ayer "sentí" que pedía usted por mí"!

547. Otro que sabe de esa "comunicación" de bienes sobrenaturales, me dice: "la carta me ha hecho mucho bien: se conoce que viene impregnada de las oraciones de todos!... y yo necesito mucho que recen por mí."

548. Si sientes la Comunión de los Santos -si la vives-, serás gustosamente hombre penitente. -Y entenderás que la penitencia es "gaudium, etsi laboriosum" -alegría, aunque trabajosa: y te sentirás "aliado" de todas las almas penitentes que han sido, son y serán.

549. Tendrás más facilidad para cumplir tu deber al pensar en la ayuda que te prestan tus hermanos y en la que dejas de prestarles, si no eres fiel.

550. "Ideo omnia sustineo propter electos" -todo lo sufro, por los escogidos, "ut et ipsi salutem consequantur" -para que ellos obtengan la salvación, "quae est in Christo Jesu" -que está en Cristo Jesús.
- Buen modo de vivir la Comunión de los Santos!
-Pide al Señor que te dé ese espíritu de San Pablo.

DEVOCIONES


551. Huyamos de la "rutina" como del mismo demonio. -El gran medio para no caer en ese abismo, sepulcro de la verdadera piedad, es la continua presencia de Dios.

552. Ten pocas devociones particulares, pero constantes.

553. No olvides tus oraciones de niño, aprendidas quizá de labios de tu madre. -Recítalas cada día con sencillez, como entonces.

554. No dejes la Visita al Santísimo. -Luego de la oración vocal que acostumbres, di a Jesús, realmente presente en el Sagrario, las preocupaciones de la jornada. -Y tendrás luces y ánimo para tu vida de cristiano.

555. Verdaderamente es amable la Santa Humanidad de nuestro Dios! -Te "metiste" en la Llaga santísima de la mano derecha de tu Señor, y me preguntaste: "Si una Herida de Cristo limpia, sana, aquieta, fortalece y enciende y enamora, qué no harán las cinco, abiertas en el madero?"

556. El Vía Crucis. - Esta sí que es devoción recia y jugosa! Ojalá te habitúes a repasar esos catorce puntos de la Pasión y Muerte del Señor, los viernes. -Yo te aseguro que sacarás fortaleza para toda la semana.

557. Devoción de Navidad. -No me sonrío cuando te veo componer las montañas de corcho del Nacimiento y colocar las ingenuas figuras de barro alrededor del Portal. -Nunca me has parecido más hombre que ahora, que pareces un niño.

558. El Santo Rosario es arma poderosa. Empléala con confianza y te maravillarás del resultado.

559. San José, Padre de Cristo, es también tu Padre y tu Señor. -Acude a él.

560. Nuestro Padre y Señor San José es Maestro de la vida interior. -Ponte bajo su patrocinio y sentirás la eficacia de su poder.

561. De San José dice Santa Teresa, en el libro de su vida: "Quien no hallare Maestro que le enseñe oración, tome este glorioso Santo por maestro, y no errará en el camino". -El consejo viene de alma experimentada. Síguelo.

562. Ten confianza con tu Ángel Custodio. -Trátalo como un entrañable amigo -lo es- y él sabrá hacerte mil servicios en los asuntos ordinarios de cada día.

563. Gánate al Ángel Custodio de aquel a quien quieras traer a tú apostolado. -Es siempre un gran "cómplice".

564. Si tuvieras presentes a tu Ángel y a los Custodios de tus prójimos evitarías muchas tonterías que se deslizan en la conversación.

565. Te pasmas porque tu Ángel Custodio te ha hecho servicios patentes. -Y no debías pasmarte: para eso le colocó el Señor junto a ti.

566. ¿Que hay en ese ambiente muchas ocasiones de torcerse? -Bueno. Pero, ¿acaso no hay también Custodios?

567. Acude a tu Custodio, a la hora de la prueba, y te amparará contra el demonio y te traerá santas inspiraciones.

568. Gustosamente harían su oficio los Santos Ángeles Custodios con aquella alma que les decía: "Ángeles Santos, yo os invoco, como la Esposa del Cantar de los Cantares, "ut nuntietis ei quia amore langueo" -para que le digáis que muero de amor".

569. Sé que te doy una alegría copiándote esta oración a los Santos Angeles Custodios de nuestros Sagrarios:
Oh Espíritus Angélicos que custodiáis nuestros Tabernáculos, donde reposa la prenda adorable de la Sagrada Eucaristía, defendedla de las profanaciones y conservadla a nuestro amor.

570. Bebe en la fuente clara de los "Hechos de los Apóstoles": en el capítulo XII, Pedro, por ministerio de Ángeles libre de la cárcel, se encamina a casa de la madre de Marcos. -No quieren creer a la criadita, que afirma que está Pedro a la puerta. "Angelus ejus est!" - será su Ángel!, decían.
-Mira con qué confianza trataban a sus Custodios los primeros cristianos.
-¿Y tú?

571. Las ánimas benditas del purgatorio. -Por caridad, por justicia, y por un egoísmo disculpable - pueden tanto delante de Dios!- tenlas muy en cuenta en tus sacrificios y en tu oración.
Ojalá, cuando las nombres, puedas decir: "Mis buenas amigas las almas del purgatorio..."

572. Me dices que por qué te recomiendo siempre, con tanto empeño, el uso diario del agua bendita. -Muchas razones te podría dar. Te bastará, de seguro, esta de la Santa de Ávila: "De ninguna cosa huyen más los demonios, para no tornar, que del agua bendita".

573. Gracias, Dios mío, por el amor al Papa que has puesto en mi corazón.

574. ¿Quién te ha dicho que hacer novenas no es varonil? -Varoniles serán esas devociones, cuando las ejercite un varón..., con espíritu de oración y de penitencia.

FE


575. Algunos pasan por la vida como por un túnel, y no se explican el esplendor y la seguridad y el calor del sol de la fe.

576. Con qué infame lucidez arguye Satanás contra nuestra Fe Católica!
Pero, digámosle siempre, sin entrar en discusiones: yo soy hijo de la Iglesia.

577. Sientes una fe gigante... -El que te da esa fe, te dará los medios.

578. Te lo dice san Pablo, alma de apóstol: "Justus ex fide vivit." -El justo vive de la fe.
-¿Qué haces que dejas que se apague ese fuego?

579. Fe. -Da pena ver de qué abundante manera la tienen en su boca muchos cristianos, y con qué poca abundancia la ponen en sus obras.
-No parece sino que es virtud para predicarla, y no para practicarla.

580. Pide humildemente al Señor que te aumente la fe. -Y luego, con nuevas luces, juzgarás bien las diferencias entre las sendas del mundo y tu camino de apóstol.

581. Con qué humildad y con qué sencillez cuentan los evangelistas hechos que ponen de manifiesto la fe floja y vacilante de los Apóstoles!
-Para que tú y yo no perdamos la esperanza de llegar a tener la fe inconmovible y recia que luego tuvieron aquellos primeros.

582. Qué hermosa es nuestra Fe Católica! -Da solución a todas nuestras ansiedades, y aquieta el entendimiento y llena de esperanza el corazón.

583. No soy "milagrero". -Te dije que me sobran milagros en el Santo Evangelio para asegurar fuertemente mi fe. -Pero me dan pena esos cristianos -incluso piadosos, " apostólicos!"- que se sonríen cuando oyen hablar de caminos extraordinarios, de sucesos sobrenaturales. -Siento deseos de decirles: sí, ahora hay también milagros: nosotros los haríamos si tuviéramos fe!

584. Enciende tu fe. -No es Cristo una figura que pasó. No es un recuerdo que se pierde en la historia.
Vive!: "Jesus Christus heri et hodie: ipse et in saecula!" -dice San Pablo- Jesucristo ayer y hoy y siempre!

585. "Si habueritis fidem, sicut granum sinapis!" - Si tuvierais fe tan grande como un granito de mostaza!...
- Qué promesas encierra esa exclamación del Maestro!

586. Dios es el de siempre. -Hombres de fe hacen falta: y se renovarán los prodigios que leemos en la Santa Escritura.
-"Ecce non est abbreviata manus Domini" - El brazo de Dios, su poder, no se ha empequeñecido!

587. No tienen fe. -Pero tienen supersticiones. Risa y verguenza nos dio aquel poderoso que perdía su tranquilidad al oír una determinada palabra, de suyo indiferente e inofensiva -que era, para él, de mal aguero- o al ver girar la silla sobre una pata.

588. "Omnia possibilia sunt credenti" -Todo es posible para el que cree. -Son palabras de Cristo.
-¿Qué haces, que no le dices con los apóstoles: "adauge nobis fidem!" - auméntame la fe!?

HUMILDAD


589. Cuando percibas los aplausos del triunfo, que suenen también en tus oídos las risas que provocaste con tus fracasos.

590. No quieras ser como aquella veleta dorada del gran edificio: por mucho que brille y por alta que esté, no importa para la solidez de la obra.
-Ojalá seas como un viejo sillar oculto en los cimientos, bajo tierra, donde nadie te vea: por ti no se derrumbará la casa.

591. Cuanto más me exalten, Jesús mío, humíllame más en mi corazón, haciéndome saber lo que he sido y lo que seré, si tú me dejas.

592. No olvides que eres... el depósito de la basura. -Por eso, si acaso el Jardinero divino echa mano de ti, y te friega y te limpia... y te llena de magníficas flores..., ni el aroma ni el color, que embellecen tu fealdad, han de ponerte orgulloso.
-Humíllate: ¿no sabes que eres el cacharro de los desperdicios?

593. Cuando te veas como eres, ha de parecerte natural que te desprecien.

594. No eres humilde cuando te humillas, sino cuando te humillan y lo llevas por Cristo.

595. Si te conocieras, te gozarías en el desprecio, y lloraría tu corazón ante la exaltación y la alabanza.

596. No te duela que vean tus faltas; la ofensa de Dios y la desedificación que puedas ocasionar, eso te ha de doler.
-Por lo demás, que sepan cómo eres y te desprecien. -No te cause pena ser nada, porque así Jesús tiene que ponerlo todo en ti.

597. Si obraras conforme a los impulsos que sientes en tu corazón y a los que la razón te dicta, estarías de continuo con la boca en tierra, en postración, como un gusano sucio, feo y despreciable... delante de ese Dios!, que tanto te va aguantando.

598. Qué grande es el valor de la humildad! -"Quia respexit humilitatem..." Por encima de la fe, de la caridad, de la pureza inmaculada, reza el himno gozoso de nuestra Madre en la casa de Zacarías:
"Porque vio mi humildad, he aquí que, por esto, me llamarán bienaventurada todas las generaciones".

599. Eres polvo sucio y caído. -Aunque el soplo del Espíritu Santo te levante sobre las cosas todas de la tierra y haga que brille como oro, al reflejar en las alturas con tu miseria los rayos soberanos del Sol de Justicia, no olvides la pobreza de tu condición.
Un instante de soberbia te volvería al suelo, y dejarías de ser luz para ser lodo.

600. ¿Tú..., soberbia? -¿De qué?

601. ¿Soberbia? -¿Por qué?... Dentro de poco -años, días- serás un montón de carroña hedionda: gusanos, licores malolientes, trapos sucios de la mortaja..., y nadie, en la tierra, se acordará de ti.

602. Tú, sabio, renombrado, elocuente, poderoso: si no eres humilde, nada vales. -Corta, arranca ese "yo", que tienes en grado superlativo -Dios te ayudará- y entonces podrás comenzar a trabajar por Cristo, en el último lugar de su ejército de apóstoles.

603. Esa falsa humildad es comodidad: así, tan humildico, vas haciendo dejación de derechos... que son deberes.

604. Reconoce humildemente tu flaqueza para poder decir con el Apóstol: "cum enim infirmor, tunc potens sum" -porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

605. Padre: ¿cómo puede usted aguantar esta basura? -me dijiste, luego de una confesión contrita.
-Callé, pensando que si tu humildad te lleva a sentirte eso -basura: un montón de basura!-, aún podremos hacer de toda tu miseria algo grande.

606. Mira qué humilde es nuestro Jesús, un borrico fue su trono en Jerusalén!...

607. La humildad es otro buen camino para llegar a la paz interior. -"El" lo ha dicho: "Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón... y encontraréis paz para vuestras almas".

608. No es falta de humildad que conozcas el adelanto de tu alma. -Así lo puedes agradecer a Dios.
-Pero no olvides que eres un pobrecito, que viste un buen traje... prestado.

609. El propio conocimiento nos lleva como de la mano a la humildad.

610. Tu reciedumbre, para defender el espíritu y las normas del apostolado en que trabajas, no debe flaquear por falsa humildad. -Esa reciedumbre no es soberbia: es virtud cardinal de fortaleza.

611. Por soberbia. -Ya te ibas creyendo capaz de todo, tú solo. -Te dejó un instante, y fuiste de cabeza. -Sé humilde y su apoyo extraordinario no te faltará.

612. Ya puedes desechar esos pensamientos de orgullo: eres lo que el pincel en manos del artista. -Y nada más.
-Dime para qué sirve un pincel, si no deja hacer al pintor.

613. Para que seas humilde, tú, tan vacío y tan pagado de ti mismo, te basta considerar aquellas palabras de Isaías: eres "gota de agua o de rocío que cae en la tierra, y apenas se echa de ver".

OBEDIENCIA


614. En los trabajos de apostolado no hay desobediencia pequeña.

615. Templa tu voluntad, viriliza tu voluntad: que sea, con la gracia de Dios, como un espolón de acero.
-Sólo teniendo una fuerte voluntad sabrás no tenerla para obedecer.

616. Por esa tardanza, por esa pasividad, por esa resistencia tuya para obedecer, cómo se resiente el apostolado y cómo se goza el enemigo!

617. Obedeced, como en manos del artista obedece un instrumento -que no se para a considerar por qué hace esto o lo otro-, seguros de que nunca se os mandará cosa que no sea buena y para toda la gloria de Dios.

618. El enemigo: ¿obedecerás... hasta en ese detalle "ridículo"? -Tú, con la gracia de Dios: obedeceré... hasta en ese detalle "heroico".

619. Iniciativas. -Tenlas, en tu apostolado, dentro de los términos del mandato que te otorguen.
-Si se salen de estos límites o tienes duda, consulta al superior, sin comunicar antes a nadie tus pensamientos.
-Nunca olvides que eres solamente ejecutor.

620. Si la obediencia no te da paz, es que eres soberbio.

621. Qué lástima que quien hace cabeza no te dé ejemplo!... -Pero, ¿acaso le obedeces por sus condiciones personales?... ¿O el "obedite praepositis vestris" -"obedeced a vuestros superiores", de San Pablo, lo traduces, para tu comodidad, con una interpolación tuya que venga a decir..., siempre que el superior tenga virtudes a mi gusto?

622. Qué bien has entendido la obediencia cuando me has escrito: "obedecer siempre es ser mártir sin morir"!

623. Te mandan una cosa que crees estéril y difícil. -Hazla. -Y verás que es fácil y fecunda.

624. Jerarquía. -Cada pieza en su lugar. -¿Qué quedaría de un cuadro de Velázquez si cada color se fuera por su sitio, cada hilo de la tela se soltase, cada trozo, de madera del bastidor se separase de los otros?

625. Tu obediencia no merece ese nombre si no estás decidido a echar por tierra tu labor personal más floreciente, cuando quien puede lo disponga así.

626. ¿Verdad, Señor, que te daba consuelo grande aquella "sutileza" del hombrón-niño que, al sentir el desconcierto que produce obedecer en cosa molesta y de suyo repugnante, te decía bajito: Jesús, que haga buena cara!?

627. Tu obediencia debe ser muda. Esa lengua!

628. Ahora, que te cuesta obedecer, acuérdate de tu Señor, "factus obediens usque ad mortem, mortem autem crucis" - obediente hasta la muerte, y muerte de cruz!

629. Oh poder de la obediencia! -El lago de Genesaret negaba sus peces a las redes de Pedro. Toda una noche en vano.
-Ahora, obediente, volvió la red al agua y pescaron "piscium multitudinem copiosam" -una gran cantidad de peces.
-Créeme: el milagro se repite cada día.

POBREZA


630. No lo olvides: aquel tiene más que necesita menos. -No te crees necesidades.

631. Despégate de los bienes del mundo. -Ama y practica la pobreza de espíritu: conténtate con lo que basta para pasar la vida sobria y templadamente.
-Si no, nunca serás apóstol.

632. No consiste la verdadera pobreza en no tener, sino en estar desprendido: en renunciar voluntariamente al dominio sobre las cosas.
-Por eso hay pobres que realmente son ricos. Y al revés.

633. Si eres hombre de Dios, pon en despreciar las riquezas el mismo empeño que ponen los hombres del mundo en poseerlas.

634. Tanta afición a las cosas de la tierra! -Pronto se te irán de las manos, que no bajan con el rico al sepulcro sus riquezas.

635. No tienes espíritu de pobreza si, puesto a escoger de modo que la elección pase inadvertida, no escoges para ti lo peor.

636. "Divitiae, si affluant, nolite cor apponere" -Si vienen a tus manos las riquezas, no pongas en ellas tu corazón. -Anímate a emplearlas generosamente. Y, si fuera preciso, heroicamente.
-Sé pobre de espíritu.

637. No amas la pobreza, si no amas lo que la pobreza lleva consigo.

638. Cuántos recursos santos tiene la pobreza! -¿Te acuerdas? Tú le diste, en horas de agobio económico para aquella empresa apostólica, hasta el último céntimo de que disponías.
-Y te dijo -Sacerdote de Dios-: "yo te daré también todo lo que tengo". -Tú, de rodillas. Y... "la bendición de Dios Omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ti y permanezca siempre", se oyó.
-Aún te dura la persuasión de que quedaste bien pagado.

DISCRECIÓN


639. De callar no te arrepentirás nunca: de hablar, muchas veces.

640. ¿Cómo te atreves a encarecer que te guarden el secreto..., si esta advertencia es la señal de que no has sabido guardarlo tú?

641. Discreción no es misterio, ni secreteo. -Es, sencillamente, naturalidad.

642. Discreción es... delicadeza. -¿No sientes una inquietud, un malestar íntimo, cuando los asuntos -nobles y corrientes- de tu familia salen del calor del hogar a la indiferencia o a la curiosidad de la plaza pública?

643. No pongas fácilmente de manifiesto la intimidad de tu apostolado: ¿no ves que el mundo está lleno de egoístas incomprensiones?

644. Calla: No olvides que tu ideal es como una lucecica recién encendida. -Puede bastar un soplo para apagarla en tu corazón.

645. Qué fecundo es el silencio! -Todas las energías que me pierdes, con tus faltas de discreción, son energías que restas a la eficacia de tu trabajo.
-Sé discreto.

646. Si fueras más discreto no te lamentarías interiormente del mal sabor de boca que te hace sufrir después de muchas de tus conversaciones.

647. No pretendas que te "comprendan". -Esa incomprensión es providencial: para que tu sacrificio pase oculto.

648. Si callas lograrás más eficacia en tus empresas de apóstol - a cuántos se les va "la fuerza" por la boca!- y te evitarás muchos peligros de vanagloria.

649. Siempre el espectáculo! -Me pides fotografías, gráficos, estadísticas.
-No te envío ese material, porque -me parece muy respetable la opinión contraria- creería luego que hacía una labor con vistas a encaramarme en la tierra..., y donde quiero encaramarme es en el cielo.

650. Hay mucha gente -santa- que no entiende tu camino. -No te empeñes en hacérselo comprender: perderás el tiempo y darás lugar a indiscreciones.

651. "No se puede ser raíz y copa, sino siendo savia, espíritu, cosa que va por dentro".
-El amigo tuyo que escribió esas palabras sabía que eras noblemente ambicioso. -Y te enseñó el camino: la discreción, el sacrificio, ir por dentro!

652. Discreción, virtud de pocos. -¿Quién calumnió a la mujer diciendo que la discreción no es virtud de mujeres?
- Cuántos hombres, bien barbados, tienen que aprender!

653. Qué ejemplo de discreción nos da la Madre de Dios! Ni a San José comunica el misterio.
-Pide a la Señora la discreción que te falta.

654. Ha afilado tu lengua el despecho. Calla!

655. Nunca te habré ponderado con bastante encarecimiento la importancia de la discreción.
-Si no es el filo de tu arma de combate, te diré que es la empuñadura.

656. Calla siempre cuando sientas dentro de ti el bullir de la indignación. -Y esto, aunque estés justísimamente airado.
-Porque, a pesar de tu discreción, en esos instantes siempre dices más de lo que quisieras.