PRIMATES
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a) Origen
de los primates
El primer fósil de primate puede que sea un molar del Mesozoico, época
en la que todavía vivían los dinosaurios. Procede de Montana y fue bautizado
con el nombre de purgatorius ceratops.
El Purgatorius se asigna al grupo de los plesiadapiformes,
para unos primates y para otros no. El hecho de que se haya encontrado esta
especie en Norteamérica y Europa indica que los dos continentes estuvieron
unidos antes de la formación del Océano Atlántico, y cuando Africa era una
gran isla en todo el Cenozoico.
Los euprimates aparecieron en el
Eoceno hacia el 55-36 m.a, y estuvieron representados por los adapiformes y los
omomíidos de Africa.
Finalmente, se han ido identificando como simios
algunos fósiles chinos del Eoceno. Del Oligoceno, cabe resaltar algunos fósiles
de simios del 30 m.a. En adelante, cabe resaltar:
-la
Branisella boliviana, del 27 m.a,
-el
Morotopithecus, Afropithecus, Kenyapithecus,
del 23 al 14 m.a,
-el
Dryopithecus, Sivapithecus, Lufengpithecus,
Ankarapithecus, Graecopithecus, del 13 m.a,
-el
Dryopithecus laietanus, del 9 m.a,
-el
Gigantopithecus, del 7 m.a.
La principal división de los primates se basa en la forma de la nariz y
del labio superior. Así pues, tenemos:
-los
estrepsirrinos,
-los haplorrinos.
En los estrepsirrinos los orificios
nasales están rodeados por un área de piel desnuda y húmeda, continuada por
un labio dividido en dos en su línea media. Entre ellos se encuadran:
-los
lémures, indris y el aye-aye, de Madagascar, algunos de ellos nocturnos y
otros diurnos,
-los
loris, asiáticos,
-los
galagos, los potos, africanos y todos nocturnos.
Los haplorrinos se dividen en tres
grupos:
-los
tarseros, de Filipinas, Borneo, Sumatra y Sureste asiático, pequeños
primates nocturnos con ojos enormes y extremidades adaptadas al salto,
-los
catarrinos, entre los que se encuentra nuestra especie y los monos
americanos,
-los
platirrinos, llamados monos americanos.
Los dos últimos son los llamados simios antropoideos, de los que viene nuestra especie. Tienen posición frontal de los ojos, visión en 3 dimensiones, cerebro grande, el mismo número de dientes.
No existe una cantidad infinita de formas, sino un número limitado de tipos
biológicos. Parece ser que, si un nuevo modelo de organismo tuvo éxito,
éste se lanzara a fabricar diferentes variantes dentro de la misma gama. Las
especies pueden así agruparse en categorías progresivamente más amplias.
Un grupo de especies tiene un antepasado común tanto más alejado en el
tiempo cuanto más amplia sea la categoría que los agrupa. Los primates constan
de 180 especies vivientes, la mayoría
mamíferos de bosques tropicales húmedos y cálidos. Entre ellos, cabe destacar
a:
-los
papiones, que desarrollan su existencia en las sábanas de Africa, y acuden
a los árboles para pasar la noche;
-los
gelada, que viven en los Altiplanos etíopes, lejos de los árboles;
-los
macaos, que forman especies asiáticas y viven en los bosques fríos del
Himalaya o Japón;
-los
patas, mono que llega a recorrer 55 km/h.
Los primates son bastantes variados en cuanto a tipo de dieta,
con especies vegetarianas, omnívoras y mamíferas.
Como resultado de una larga historia evolutiva arborícola, los primates comparten:
-un
primer dedo de los pies grande y muy móvil,
-uñas
planas en lugar de garras,
-cuatro
grupos de dientes: incisivos, caninos, premolares y molares
Descartando
que todo esqueleto se modifique drásticamente, y aun sin saber cómo se
produjeron las grandes transformaciones anatómicas, el bipedismo evolucionó:
-con
la modificación inicial del ala
ilíaca, que haría mirar más lateralmente,
-por
un ilion
corto y ancho
-cuando
la diáfasis
o ejes femulares empezaron a dirigirse oblicuamente desde las caderas hasta las
rodillas
-por
la base del cráneo por donde salía la médula espinal, o plano
nucal, que empezó a orientarse más hacia adelante.
En general, ¿para qué sirvió? En un principio, se pensaba que la
ventaja estribaba en que:
-liberaba
las manos,
-permitía
la fabricación de instrumentos.
Sin embargo, se trata de algo más complejo, pues supuso una reorganización
del esqueleto muy completa, de numerosos segmentos articulados, cuyos
centros de gravedad estaban situados en el mismo plano.
La forma de andar pasó, pues, de la sinuosa de los chimpancés[5]
a la rectilínea de los humanos.
Los beneficios de esta postura
erguida no se hicieron esperar, pues:
-el
bípedo recibía menos radiación solar que los cuadrúpedos,
-el
bípedo podía transportar cosas en sus manos.
Laetoli se encuentra no lejos del parque nacional del Serengeti. En una
de sus erupciones, el volcán Sadiman arrojó cenizas y una lluvia las convirtió
en barro, en el que se fosilizaron las pisadas de animales.
Las huellas reflejaron un caminar igual al nuestro. El pie de un chimpancé
es plano, y su primer dedo es más corto. En Laetoli, el pie adelantado se
apoyaba primero sobre el talón, y se flexionaba sobre los dedos para despegar
el pie del suelo.
La explicación es que hace 3.5 m.a hubo dos tipos de homínidos en el
este de Africa, otros enigmáticos homínidos y una especie con una gran
variabilidad.
c.4)
El caso de Lucy
Medía 1,05 m. y pesaba 30 kg, contando con que fósiles de su entorno
eran de 1,35 m. x 45 kg, y con que
las hembras eran más pequeñas que los machos.
Tenía las piernas cortas, con un coeficiente
del 85%
entre longitud del humero-brazos y fémur-piernas[6].
Estas proporciones sugieren que Lucy todavía podía trepar por los árboles. No
obstante, las falanges de sus manos están curvadas.
Tenía abreviado el segmento lumbar de la columna vertebral, lo que hacía que sus costillas últimas estuviesen muy próximas a la pelvis. Por todo ello, Lucy tenía una gran capacidad de giro de la cintura.
Manuel
Arnaldos
Mercabá,
diócesis de Cartagena-Murcia
más
información
Diccionario
Mercabá de Arqueología
Indice
general de Enciclopedia Mercabá de Historia
________
[1]
Perdiendo algunos de ellos a lo largo de la evolución.
[2]
Abducción favorecida.
[3]
Capacidad de extensión reducida.
[4]
Caso sucedido en los autrolopithecus, no en chimpancés.
[5]
De subidas y bajadas, y desplazamientos laterales.
[6]
El de los
humanos es del 71%,
y el de los orangutanes del 129%.