TEOLOGÍA DEL CUERPO

Libertad, Verdad, Regalo, Comunión, Dignidad, Amor…

Libertad, verdad, regalo, comunión, dignidad, amor, persona, sentido: todos estos son temas encontrados continuamente en todos los escritos de Juan Pablo II. Estaban presentes incluso antes de que el se convirtiera en Papa. Como Cardenal, Karol Wojtyla fue una influencia en los escritos de muchos documentos del Vaticano II, siendo Gaudium et Spes – La constitución Pastoral de la Iglesia en el Mundo Moderno – uno de los documentos del cual nunca ceso de citar en sus tantas encíclicas y cartas apostólicas.

“El Hombre, única criatura terrestre a la que Dios ha amado por si mismo, no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de si mismo a los demás.” (Gaudium et Spes 24)

Primero debemos conocer el propósito de nuestra existencia y el para que fuimos creados si es que queremos vivir una significativa vida plena. Juan Pablo II exploro el propósito de nuestra existencia en su Teología del Cuerpo, la cual consiste en sus primeras 129 audiencias generales de los Miércoles dadas por el durante los primeros cinco años de su pontificado.

Anterior a su elección pontifica, Juan Pablo II escribió un libro, Amor y Responsabilidad. En Amor y Responsabilidad Karol Wojtyla presento las enseñanzas de la Iglesia Católica acerca del amor y sexualidad de una manera que hace sentido a la humanidad moderna. Wojtyla dio énfasis a la dignidad de la persona y mostró la importancia de vivir nuestra sexualidad de una manera que afirma y sostiene a la otra persona. De hecho, el verdadero amante jamás utilizara a la otra persona o la tratara como un objeto para sus deseos.

En su Teología del Cuerpo Juan Pablo II ahondo profundamente en el significado de la existencia de la persona humana basado en las Escrituras. Como personas con cuerpo y alma, creados a imagen y semejanza de Dios, encontramos el sentido de la vida a través del descubrimiento del significado de ser imagen de Dios y lo que nuestro cuerpo tiene en relación con esta semejanza. No solamente imitamos a Dios a través del regalo de la libre voluntad, sino también a través de estar en comunión con otros.

“Ser humanos significa estar llamados a la comunión interpersonal” Por que? Porque Dios mismo es una comunión de personas en la Trinidad. Juan Pablo II explicaba, “El hombre se hizo imagen y semejanza de Dios no solo a través de su misma humanidad, sino también a través de la comunión de personas que el hombre y la mujer formaron desde el inicio.” (Teología del Cuerpo, Noviembre 14, 1979)

“El hombre no puede vivir sin Amor”

Una “comunión de personas” ocurre cuando dos personas se dan libremente a si mismos y aceptan al otro en el amor. De hecho, el amor verdadero consiste precisamente en este regalo mutuo de si mismo. Así como lo vemos en los Evangelios, el propósito principal de la vida Cristiana es el Amor.

Otra de las citas favoritas de Juan Pablo II de Gaudium et Spes nos dice, “Cristo…enteramente revela el hombre al hombre mismo y hace claro su llamado supremo.” Que es lo que Cristo revela sino, “Nadie tiene amor mas grande, que aquel que da la vida por sus amigos”? (Jn 15:13) Es Cristo mismo quien nos revela nuestra vocación básica como personas al darse a si mismo a nosotros en su muerte en la Cruz.

A través de su Teología del Cuerpo, Juan Pablo II busco presentarnos el mensaje de amor del Evangelio de un modo nuevo y profundo. El supo que es el amor lo que toda persona busca. Y fue tan lejos como para decir, “El hombre no puede vivir sin Amor. El permanece siendo un ser que es incomprendido por si mismo, y su vida no tiene sentido si el amor no le es revelado, si no encuentra el amor, si no experimenta el amor y lo hace suyo, si no participa íntimamente en el.” (De la encíclica Redemptor Hominis – “El Redentor del Hombre”)

Que tiene que ver el cuerpo humano con todo esto? En un mundo en donde muy frecuentemente se representa al cuerpo como un objeto para el placer propio o como una maquina que no tiene mucho que ver con nuestro lado espiritual, Juan Pablo II busco de nuevo presentar la verdad tal como se encuentra en la Escritura.

El cuerpo no es solo una cosa más en la creación. Por el contrario, es una parte vital de lo que somos como seres humanos. Por que? Porque el cuerpo físico revela la parte espiritual de la persona. Por ejemplo, uno puede saber cuando una persona esta contenta a través de su sonrisa en el rostro. La felicidad no es algo físico, tangible o visible, por lo que necesitamos una señal física para expresarla.

“Adán y Eva pudieron ver…ellos fueron llamados a la unión y comunión.”

De la misma manera, Adán y Eva pudieron ver las diferencias en sus cuerpos (recuerda que estaban desnudos) y ver que estaban llamados a la unión y comunión, llamados a AMARSE, para darse como un regalo a si mismos, tanto en cuerpo como en alma, de la manera física mas completa posible para un ser humano, es decir, la unión sexual.

Esta unión física indica y expresa una unión espiritual mas profunda. De la misma manera en que una sonrisa esta vacía si la persona no esta verdaderamente contenta, la unión sexual esta vacía sin una unión espiritual. No solo su comunión física indica una comunión invisible entre hombre y mujer, pero en verdad nos enseña que el amor, el darse a si mismo, es a lo que estamos todos llamados, y para lo que fuimos creados.

Juan Pablo II dijo que Dios creo nuestros cuerpos de la manera que lo hizo específicamente para mostrarnos que estamos llamados a amar, que la razón de nuestro existir es amar, para ser un regalo de nosotros mismos hacia los demás (no solamente a través del completo y permanente regalo de nosotros mismos en cada una de nuestras vocaciones, sino también en el día a día con cada persona que interactuemos). El llama a esto “El significado nupcial (esponsal) de nuestros cuerpos.”

El explicaba, “El cuerpo humana ha tenido desde un inicio…la capacidad de expresar el amor, ese amor en donde la persona se transforma en un regalo y a través de este regalo cumple el significado de su ser y su existencia.” (Teología del Cuerpo Enero 16, 1980)

“A través de la unión sexual el cuerpo habla un ‘lenguaje’…este lenguaje debe ser hablado en la verdad”

Tal ves aun mas sorprendente para muchos, Juan Pablo II prosiguió diciendo que la unión conyugal en si tiene el propósito de ser una señal del deseo de Dios de unirse por completo a nosotros (el cual es intimo, mas no sexual). Es una señal del amor de Cristo a su novia, la Iglesia. Que tan crucial pues es que las parejas vivan sus relaciones de la manera para la cual fueron destinadas, de tal forma que de manera precisa puedan ser imagen para el mundo del plan eterno de Dios para la humanidad.

San Pablo instruye, “Maridos, amen a sus esposas como Cristo amo a la Iglesia y se entrego a ella…” El después se refiere al inicio, así como Cristo lo hace en los Evangelios y dijo, “Por esta razón, el hombre dejara a su padre y a su madre para unirse con su esposa, y los dos serán una sola carne. Este es un gran misterio, y lo digo con respecto a Cristo y la Iglesia.” (Efesios 5:25, 31-32)

Juan Pablo II explicaba que a través de la unión sexual el cuerpo habla un “lenguaje” y que este lenguaje debe ser hablado en la verdad. Desde la misma naturaleza del acto conyugal creado por Dios, se incluye tanto la unión interpersonal de la pareja como el potencial de procrear, el hombre y la mujer no pueden tener una contracepción en su unión sin violar su dignidad como personas y la dignidad del acto conyugal en si mismo.

Por esta continua preocupación por lo que es realmente valioso para el hombre, Juan Pablo II utilizo la Teología del Cuerpo para mas adelante explicar las razones detrás de la controversial encíclica del Papa Pablo VI con respecto a la contracepción, Humanae Vitae: “El hombre y la mujer llevan en el lenguaje del cuerpo ese dialogo, el cual, de acuerdo con Génesis 2:24,25, tuvo su inicio en el día de la creación.

“Este lenguaje del cuerpo es algo más que una simple reacción sexual. Tal como un lenguaje de personas, es sujeto a las demandas de la verdad, esto es, a normas morales objetivas. Precisamente en el nivel de este lenguaje, el hombre y la mujer recíprocamente se expresan de la manera mas profunda posible para ellos…el hombre y la mujer se expresan en la medida de la verdad entera de las personas humanas.” (Teología del Cuerpo Agosto 22, 1984)

“Una Manera Realmente Valiosa para la Persona”

Si el aspecto procreador de la unión conyugal es excluido, entonces la verdad de la persona y del acto en si es destruida. Por fuera pareciera que el hombre y la mujer se están dando completamente a si mismos, pero en realidad no lo están, ya que rechazaron aceptar todo lo que el otro es, incluyendo su fertilidad.

Por el contrario, ejercitar el auto control de si mismo y el promover el respeto del uno a otro y hacia el acto conyugal, las parejas están llamadas a practicar la paternidad responsable y de esta manera actuar de una forma verdaderamente valiosa para la persona.

La otra manera de vivir el regalo de si mismo al cual todos y cada uno estamos llamados, es a través de la vocación del celibato. La persona célibe muestra al resto del mundo a lo que ultimadamente estamos llamados y destinados en el cielo: una unión completa con Dios.

Contrario a lo que mucha gente piensa, el celibato no es una represión de la propia sexualidad. Sino que el hombre o la mujer célibes, son llamados a usar su energía sexual para ser un regalo a los demás en diferentes maneras: en servir, en evangelizar, en ser padres espirituales, por nombrar solo algunas.

Juan Pablo II supo que vivir cualquiera de estos llamados no es fácil. Ni siquiera es posible sin la gracia redentora de Cristo. Pero, a través del poder de su muerte y resurrección, vivir en verdadera pureza de corazón en nuestras relaciones es realmente posible, y no solo posible, sino necesario!

Juan Pablo II nos dice que no podemos dejar que la lujuria nos aplaste!

Juan Pablo II nos dice que no podemos dejar que la lujuria nos aplaste! Cristo no nos condena sino que nos llama a la purificación. “[El hombre] es llamado precisamente a ese valor supremo que es amor. Es llamado como persona en la verdad de su humanidad, por tanto también en la verdad de su masculinidad o feminidad, en la verdad de su cuerpo. Es llamado en esa verdad que ha sido su herencia desde el inicio, la herencia de su corazón, la cual es mas profunda que la herencia del pecado, mas profunda que la lujuria…Las palabras de Cristo, puestas en toda la realidad de la creación y redención, reactivan esa herencia mas profunda y le da poder real a la vida humana.” (Teología del Cuerpo Octubre 29, 1980)

Cristo atrae nuestros corazones y nos llama a elegir libremente una vida de acuerdo con nuestra dignidad como personas creadas a imagen y semejanza de Dios.

Solo al vivir nuestra verdadera dignidad como hombres y mujeres creados a imagen de Dios podremos realizarnos completamente, podremos ser felices profundamente, porque es este tipo de vida a la que fuimos diseñados y creados a vivir desde un inicio.

— Anastasia Northrop, Presidente, TOBIA