RELATIVISMO TEOLÓGICO
TEOLOGÍA FUNDAMENTAL

Conviene no confundir relativismo y pluralismo, tal como se le describe en el artículo pluralismo. El relativismo teológico refleja un cambio en la mentalidad y en la conciencia de los siglos xix y xx. La sociedad moderna desconfía de toda afirmación o posición que intente captar el absoluto. Los hombres, prisioneros hasta ahora de su rincón de tierra y de su tradición particular, han desembocado de pronto en una proliferación de religiones y de sabidurías. De ahí toda una cascada .de conflictos, de exclusivas, de oposiciones. Y se llega entonces a posiciones divergentes que se tratan como si fueran iguales. Estamos así en pleno relativismo.

El relativismo, en sentido general, es una "forma de pensamiento según la cual el hombre posee tan sólo pensamientos que no valen más que en función de un conjunto determinado y definido (a saber: la totalidad de su experiencia vivida en un momento dado), al lado del cual existen otros conjuntos igualmente válidos" (K. Rahner, Vorgrimler). Semejante relativismo es absurdo, ya que un sistema concreto puede ser rechazado inmediatamente corno falso por su opuesto.

Un relativismo. que afirma al mismo tiempo la validez de una afirmación y la validez de su contrario engendra teologías que se sitúan no codo con codo, sino frente a frente. El relativismo tiene apariencias seductoras, ya que parece "reconciliar" las religiones y los sistemas teológicos opuestos: todos tienen razón y ninguno tiene razón de una manera exclusiva.

El relativismo teológico choca, sin embargo, con una dificultad de fondo, a saber: que los enunciados teológicos recaen sobre unos objetos reales: lo que es decisivo para la fe y la salvación son unas realidades objetivas en relación con el hombre, que no son -ni las unas ni el otrosimples tesis o afirmaciones abstractas. De este modo, la afirmación de que Cristo ha resucitado realmente no puede conciliarse con la afirmación de gue no ha resucitado. Podemos decir, por el contrario, que conocemos a Dios "por t analogía", lo cual justifica aproximaciones y formulaciones diferentes, que expresan cada vez mejor la riqueza de la realidad e impiden aferrarse a una sola formulación, como si ésta fuera la realidad misma. El pluralismo mantiene la identidad de la realidad afirmada en el seno de la diversidad de las expresiones, que tienen todas ellas el mismo objetivo.

Durante los últimos decenios se han podido observar dos momentos en los que el pluralismo parecía "flirtear" con el relativismo. La encíclica Humani generis, de 1950, percibe signos de relativismo dogmático radical o moderado dentro de la "nueva teología". Algunos pretenden -dice la encíclica- que "nunca los misterios de la fe pueden expresarse en términos verdaderos, sino sólo en términos aproximativos y siempre cambiables, que indican la verdad en cierta medida, pero que también la deforman necesariamente. Por eso no creen absurdo, sino al contrario necesario, que la teología, según las diversas filosoflas que ha utilizado como instrumentos a lo largo de los siglos, sustituya las antiguas nociones por las nuevas, de tal forma que exprese de manera humana las mismas verdades divinas bajo modos diversos y en cierta medida opuestos, pero equivalentes según ellos" ("AAS" 42 [1950] 566). Una segunda forma de relátivismo, más generalizada, aparece en la época posconciliar, concretamente en eclesiología y en cristología. A propósito de la Iglesia se dirá: "Poco importa la Iglesia que uno adopte, ya que todas valen; todas son una respuesta a la búsqueda de salvación que anida en todo hombre". En cristología se declarará uno cristiano afirmando, por una parte, que Cristo es sólo un hombre, o, por otra parte, que es Dios encarnado.

En teología fundamental, el encuentro con el relativismo ha tenido lugar principalmente con la teología del kerigma desarrollada por l R. Bultmann. Bultmann conserva las grandes categorías del cristianismo, como revelación, fe, milagro, resurrección, salvación, pero a través de la desmitologización las vacía de su sustrato histórico y les da un sentido totalmente distinto. Bultmann cree necesaria esta interpretación del cristianismo en clave existencial para hacerlo aceptable al hombre contemporáneo, alérgico a la visión neotestamentaria de Cristo y de su obra.

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R. Latourelle