GNOSIS
TEOLOGÍA FUNDAMENTAL

En el sincretismo religioso del mundo grecorromano, el término griego para conocimiento, gnosis (cf ARISTÓTELES, Anal. post. 11, .99b-100b), llegó a utilizarse para referirse a la revelación esotérica que traía la salvación a aquellos que la recibían (Cf IRENEO, Adv. haer. I, 6,2). Basada en la revelación y accesible sólo a los pocos elegidos a quienes les son abiertos los ojos a la naturaleza divina interior que les separa del cosmos material y perceptible, la gnosis afirma una verdad que no se basa en la razón humana o en, las tradiciones religiosas exotéricas de la humanidad (cf Trae. Tri.: CG I, 5, 108,12-114,30; Orig. Mundi: CG 11, 5, 97,24-98,10). ITim 6,20 se refiere á la doctrina de maestros heréticos como una falsa gnosis: La palabra "gnosis" fue utilizada también por algunos escritores para,referirse a la doctrina cristiana (Cf IRENEO,Adv. haer. IV, 33,8).

La carta de Bernabé usa gnosis para referirse a la penetración de la actividad de Dios en la historia de la salvación a través de la exégesis del AT, así como para la comprensión de los mandamientos de Dios (Bernabé, 1,5; 2,3; 6,9; 9,8; 13,7). Esta comprensión es un don del Espíritu (1,2s; 9,9). Perfeccionando la gnosis de sus lectores, el autor aumenta su fe y fomenta su progreso hacia la salvación. Aunque no todas las personas tienen gnosis, las intuiciones de aquellos que la tienen se dirigen a toda la comunidad cristiana. El uso más técnico, que concibe la gnosis como sabiduría para cristianos de elite, maduros o especialmente ilustrados, aparece en el siglo ii. La pretensión de poseer gnosis, -revelada por un redentor celeste por medio de Jesús, caracterizó a varias sectas de cristianos heréticos. Algunos parecen haberse llamado a sí mismos "gnósticos". Otros, mencionados con el nombre de maestros fundadores, como Valentín, Basílides, Marcos, Simón, o por rasgos peculiares de su doctrina, compartían con los autoproclamados "gnósticos" una cosmología mitológica, tradiciones de exégesis, imágenes similares del redentor celeste y de la humanidad caída, así como formas ascéticas y rituales de rechazo del mundo material (cf IRENEO, Adv. haer. I, XI, 1-5; XXV, 6; HIPóLITO, Ref. V, 6,4). En el catálogo de divisiones sectarias, que formaba parte del ataque de Celso contra el cristianismo, aquellos que declaran ser "gnósticos" son distinguidos de 'aquellos que afirman que el Dios cristiano no es el Dios de los judíos, y de los valentinianos, aunque los tres grupos coinciden en que el Dios cristiano es una entidad celeste muy alejada del Dios judío, que es un creador malévolo e ignorante (cf ORíGENES, Contra Celso, V, 61).

La respuesta de Orígenes trata a cada grupo separadamente. A diferencia de su refutación de pasajes exegéticos tomados del comentario del valentiniano Heraclio, en su propio comentario sobre Juan, Orígenes no exige conocimiento detallado de teología cristiana-en este contexto. Primero insiste en que la existencia de sectas dentro del cristianismo no dice más en contra de su verdad que lo que nos dice la existencia de diferentes escuelas de filosofía. Contra aquellos que afirman que el Dios cristiano no es el Dios de los judíos, Orígenes observa que otros pueden demostrar a partir de la Escritura que hay solamente un Dios para judíos y gentiles. San Pablo, por ejemplo, seguía adorando al Dios de sus padres después de hacerse cristiano. La aproximación de Orígenes a los valentinianos se centra en las "clases" de ser humano, aquí "natural" y "espiritual", halladas en sus escritos. La doble división puede haber sido tomada de Celso, pues la antropología valentiniana más común sostiene que la humanidad está dividida en personas materiales, psíquicas y espirituales. Las espirituales son los verdaderos gnósticos. Las psíquicas son a menudo descritas como los cristianos de la corriente principal. Necesitan conversión, arrepentimiento, los sacramentos materiales y alcanzan un nivel inferior de salvación celeste. Las personas materiales jamás alcanzan gnosis o penetración espiritual alguna. Algunos escritos sugieren que estas divisiones son "innatas" en los individuos. Orígenes insiste en que aquellos que pertenecen a la Iglesia jamás aceptarán un determinismo basado en la cuna de las personas. Finalmente, Orígenes compara a los "gnósticos" con los epicúreos. Los últimos no merecen el título de "filósofo" porque rechazan la providencia. Los gnósticos no pueden llamarse cristianos porque introducen nuevas enseñanzas que no es posible armonizar con las doctrinas tradicionales recibidas de Jesús.

Aunque gnosis es frecuentemente identificada con su uso en las sectas heréticas, tanto Clemente de Alejandría como Orígenes utilizan "gnosis" para referirse al conocimiento acerca de la doctrina cristiana que sólo es posible para algunos cristianos. Ambos sostienen que, desde una perspectiva pedagógica, algunas enseñanzas han de ser ocultadas a aquellos cuya fe sencilla les hace incapaces de comprender el significado de tal doctrina. La definición de Clemente del verdadero cristiano gnóstico concuerda con la tradición hallada en Bernabé: una persona que conoce ciertas verdades, que es espiritualmente madura y que trae a otros a la gnosis (Strom. II, 10,46). Porque la gnosis está basada en la revelación por parte de la verdad misma, la gnosis es más cierta que cualquier otra cosa que la razón humana que utiliza los instrumentos de la filosofía griega pudiera haber descubierto (Strom. VI, 9,78). Clemente adopta una tradición con raíces tanto en la obra apocalíptica judía como en la filosofía platónica de que la meta de la gnosis es el ascenso del alma a través de esferas celestes hasta el descanso de una visión de lo divino. El alma que alcanza esa visión es, ella misma, afín a lo divino (Strom. VII, 10,57).

Clemente describe la gnosis como instrucción del Señor a los apóstoles que ha sido transmitida de forma oral (Strom. VI, 7,61). Las distinciones entre verdadera y falsa gnosis están basadas en las doctrinas de la Iglesia (Strom. VI, 97,5; 125,2; 141,3). La falsa gnosis concibe al Dios creador del AT como inferior al Dios de los cristianos, rechaza la creación como la obra de un demiurgo malo y ataca las legítimas expresiones de las pasiones, como el temor de Dios y el matrimonio (Strom. III, 9,1; 103,1; IV 147,1; 163,1). Los verdaderos cristianos rechazarán también la afirmación de que la gnosis sólo viene a algunos seres humanos que están capacitados por naturaleza para recibirla. Clemente insiste en que la gnosis, la perfección de la fe, pertenece a un sendero de progreso libremente elegido desde un estado bueno a otro mejor. Depende de la libre elección de los individuos, del estudio, disciplina ascética y de la gracia de Dios (Strom. I, 16,3; IV, 92,2).

Mientras Clemente entiende las tradiciones y doctrinas recibidas como medios de evaluar las afirmaciones acerca de lo que pertenece a la gnosis cristiana, Orígenes liga la gnosis a la interpretación de la Escritura. La Escritura tiene un sentido tipológico, en el que los acontecimientos sucedidos en el AT prefiguran las realidades de la nueva alianza. Tienen también un sentido espiritual y moral, por el que los cristianos son instruidos en la vida virtuosa. Sin embargo, su sentido oculto, gnóstico, no puede ser universalmente compartido. Tiene que ver con el destino del alma, su ascenso al mundo espiritual, y el origen, su descenso desde ese mundo (Hom. Num. XXVII, 24). La gnosis sólo puede hallarse en la tradición de aquellos maestros que saben cómo interpretar la Escritura. Enfrentado a comentarios heréticos sobre la Escritura que pretendían reflejar su significado oculto, esotérico, Orígenes ataca sus interpretaciones en cuanto violan la lógica de lo que la Escritura revela en otra parte (p.ej., Comm. in Jo. 2,2).

Tanto para Clemente como para Orígenes, la búsqueda de la gnosis es la señal de un cristiano espiritualmente maduro. La gnosis capacita al alma para captar su verdadera semejanza con Dios, pero no es una condición necesaria para la salvación. Los herejes gnósticos, en cambio, conciben la gnosis como el despertar espiritual de la ignorancia y la ilusión. Sólo entonces es uno consciente de su origen y destino divinos (p.ej., Ev. Verit.: CG 1, 3, 22,3-20). El Ev. Phil. (CG II, 3, 76,17-77,31) funda la afirmación de que el conocimiento de la verdad gnóstica acerca del yo es necesaria para la salvación en una interpretación de Jn 3,1-12, Jn 8,34 y 1Cor 8,1, así como en alusiones al tratamiento que del bautismo hace Pablo en Rom 6. La gnosis proporciona al gnóstico una comprensión del verdadero significado de ritos tradicionales cristianos como el bautismo, la eucaristía y la unción.

Sin la gnosis los ritos sacramentales no surten efecto. Algunos gnósticos se opusieron al modo tradicional de entender los sacramentos como canales de salvación (cf Adv. haer.1, 21,4; Testim. Tr.: CG IX, 3, 69,7-32). Puesto que las mitologías gnósticas atribuyen los orígenes del mundo material a una pérdida de "luz" del mundo divino y su subsiguiente aprisionamiento en la materia por obra del Dios inferior malo o ignorante, ni el judaísmo ni el cristianismo ortodoxo, que adoran a ese Dios, ni la filosofía, que carece de revelación divina, pueden alcanzarla verdad. Sólo el descenso de un redentor desde el mundo celeste puede traer la gnosis a quienes están atrapados en la ignorancia de este cosmos. Fragmentos hímnicos de una secta gnóstica judeocristiana celebran a Jesús como a aquel que trae el conocimiento a este mundo y sin embargo permanece sin estar manchado por la inmundicia del mundo (cf 1 Apoc. Jas.: CG V, 3, 28,7-20; 2 Apoc. Jas.: CG V, 4, 47,8-20). Las enseñanzas del revelador eran transmitidas a los apóstoles en secreto. Consecuentemente, esa enseñanza no se encuentra explícitamente formulada en las tradiciones evangélicas que provienen de los círculos de los doce (cf Ap. Jas.: CG I, 2, 1,1-2,39; 1 Apoc. Jas. 42,20-24). Mientras los textos canónicos presentan al Señor resucitado restableciendo la comunidad de discípulos y encomendándoles proclamar el evangelio, los escritos gnósticos afirman con frecuencia que Jesús reveló la gnosis durante el período que corre entre la resurrección y la ascensión (cf Ap. Jn Ap. Jas., Soph. Jes. Chr., PÚL Soph.). La auténtica comprensión de los dichos del Jesús terreno requiere su posterior revelación.

Los mitos gnósticos sobre los orígenes de los reinos celestes, con sus numerosos seres divinos y el antitipo terrestre de los cielos gobernado por un demiurgo ciego que pretende ser el verdadero Dios, atribuyen todas las cosas a la revelación del Padre o Padre-Madre único, desconocido, divino. Pero el mito sirve para fijar un rígido dualismo cósmico. Sólo la chispa de luz atrapada en las almas gnósticas puede ser despertada y ascender a la unión con su equivalente celeste. Todo lo propio del mundo material, sensible, será puesto al desnudo y en última instancia destruido cuando todo lo que pertenece a lo divino haya vuelto a su verdadero hogar (cf Orig. Mundi: CG II, 5, 124,33-127,17). El salvador que trae esta revelación es normalmente identificado como el equivalente de la figura femenina de la sabiduría divina, cuya actividad condujo a la aparición de los mundos inferiores a partir del divino (cf Soph. Jes. Chr.: CG III, 4, 112, 4-114,25). La figura de la sabiduría divina juega un papel revelador en el mito cosmológico. Reprende al arrogante diossoberano por vanagloriarse de su superioridad y revela el arquetipo celeste de la humanidad. Movido por un apasionado deseo de la belleza del Adán celeste, el dios-soberano y sus ángeles crearon los cuerpos psíquicos y materiales de los seres humanos, que están sujetos a ignorancia y muerte (cf Orig. Mundi: CG II, 5, 103,1116 8). Frecuentemente se. dice que la verdadera Eva, "madre de los vivientes", había abierto los ojos a Adán con la gnosis acerca de la superioridad de los humanos con respecto a los dioses inferiores en los acontecimientos que los relatos del Génesis ponen en relación con el árbol del conocimiento.

Esta cosmología mitológica fue claramente desarrollada en círculos judíos, donde la especulación en torno a la creación de Adán y las historias de los ángeles caídos jugaban un papel fundamental. En muchos textos, el Set celeste es la fuente de la revelación para las almas gnósticas, que contienen su semilla (cf Ev. Eg.). El mito de los orígenes cosmológicos, el alma caída y su redención por obra de una figura celeste como la de la Sabiduría/Adán/Set inmortales parece ser totalmente independiente del que habían adoptado los gnósticos cristianos. Al comparar a Cristo con uno de los seres celestes del mito, permitía a los gnósticos afirmar que esta historia mítica constituye la gnosis salvadora que Cristo enseñó.

El énfasis sobre el dualismo de esta historia mítica convierte en irrelevantes al "Jesús histórico", así como las afirmaciones acerca del significado redentor de la muerte de Jesús en la cruz. Para el gnóstico, "Jesús" es sólo el material necesario, vehículo psíquico a través del cual el redentor divina puede entrar en el mundo para establecer contacto con las almas gnósticas perdidas. Los cristianos gnósticos explicaban la cruz en términos docetas. Los ignorantes y demoníacos dirigentes del cosmos pensaban que habían crucificado al salvador. Todo lo que habían hecho realmente era colgar un cuerpo abandonado en la cruz. El salvador inmortal jamás estuvo sujeto a la muerte. Los cristianos ortodoxos, que afirman encontrar salvación en la cruz, no en la gnosis, han sido engañados al poner su esperanza en un ser humano muerto más que en el salvador viviente (cf Apoc. Pet.:'CG VII, 3, 81,15-84,6). De modo similar, la creencia ortodoxa en la resurrección como la futura transformación corporal de las personas a imagen de Cristo fue atacada como una esperanza perdida, basada en el apego al mundo material. El verdadero significado de la resurrección debe hallarse en el despertar del alma a su naturaleza divina interior (cf De Res. CG 1, 4, 45,14-48 2).

Otra línea de desarrollo, evidente en la oposición de Plotino a los gnósticos (Enn. II, 9), combinaba el mito del retorno del alma a lo divino con la especulación platónica sobre el ascenso del alma a una divinizadora visión de Dios. La tríada neoplatónica vida-mente-existencia se utiliza para describir a la deidad en los escritos procedentes de esta escuela (cf Allogenes, Steles Seth, Marsanes y Zostr). Para el gnóstico platónico ortodoxo, el dualismo y la especulación mitológica son tan ultrajantes como lo son para el cristiano ortodoxo. El dualismo gnóstico rompe la conexión entre el mundo material y los arquetipos celestes. La belleza y el orden, en cuanto figuras de lo divino en este mundo, no permiten ya al alma ascender a la contemplación racional de lo divino. La especulación mitológica constituye el fundamento de los bautismos rituales ligados a la purificación y ascenso del alma .que aparecen en estos escritos gnósticos, así como a su especulación sobre los nombres angélicos y la multiplicación de seres celestes.

La especulación platónica se muestra más acogedora con la antropología tripartita de muchos escritos gnósticos que el cristianismo ortodoxo. Los escritores cristianos protestan con frecuencia de que la división de los seres humanos en personas espirituales, psíquicas y materiales hace que la salvación dependa de la naturaleza de uno más que del libre albedrío que responde a la gracia de Dios (cf Exc. Theod. 45,1; Adv. haer. I,4,1; Trae. Tri.: CG1,5, 62,2-5). Otros escritos gnósticos, menos influenciados por la antropología filosófica, describen a los gnósticos como pertenecientes a una "raza" diferente, la de Set o el hombre inmortal. Aunque escritores gnósticos pueden describir el despertar a la gnosis como una respuesta a la "llamada" divina, y en ese sentido una experiencia de la gracia o elección divinas (cf Exeg. Animae: CG II, 6, en que se narra el cuento del retorno arrepentido del alma a Dios), la mayor parte de su mitología especulativa realmente supone que sólo unas pocas personas poseen naturalezas capaces de gnosis. Varias escuelas difieren en su tratamiento de los "psíquicos", que los valentinianos identifican con los cristianos ortodoxos. Algunos sostienen que alcanzan una forma de salvación en una región inferior de los cielos. Sin embargo, el elemento más llamativo de la antropología gnóstica es su exaltación del ser humano sobre el Dios creador y sus ángeles (cf Ev. PU.: CG II, 3, 71,35-72,4). La identificación con la propia naturaleza divina interior no sólo.hace al gnóstico superior a las autoridades religiosas,y culturales que deciden cómo vive la mayoría de la humanidad; hace al gnóstico superior incluso al divino creador de este mundo.

Este motivo de huida del cosmos, de sus dioses y autoridades es fundamental para el lenguaje simbólico y mítico del gnosticismo. Los gnósticos se describen a sí mismos como miembros de una raza "sin rey", extraños al demiurgo y sus poderes (cf Apoc. Ad:. CG V, 5, 65,18-19; 69,17-18; 76,5-6). Las historias bíblicas del diluvio, Sodoma y Gomorra y la destrucción de la tierra por el fuego eran frecuentemente leídas como intentos por parte del demiurgo de destruir la raza gnóstica, que estaba custodiada por los poderes angélicos (cf Apoc. Ad. CG V, 5, 75,9-28; 76,8-15; Ev.Eg.: CG 111, 2, 63,4-8). Siempre que la revelación aparecía en el mundo, se agitaban sus gobernantes e intentaban destruir a aquellos que habían sido ilustrados. Los gnósticos entendían la oposición que ellos soportaban por parte de las autoridades de la Iglesia como otra manifestación más de esta norma (cf Trae. Seth: CG VII, 2, 58,14-60,12).

Aunque los padres de la Iglesia cuentan que algunos grupos gnósticos demostraban su libertad frente a la restricciones del mundo por medio de prácticas rituales libertinas (cf IRENEO, Adv. haer. I, 23,3; EPtFANio, Pan. 26), los escritores gnósticos supervivientes muestran una tendencia decididamente ascética. Las pasiones, especialmente las relacionadas con la sexualidad, eran estratagemas . utilizadas por poderes demoníacos para esclavizar el alma e impedir su reintegración en el mundo celeste. La inclusión generalizada de mujeres en sectas gnósticas parece haberse predicado con la pretensión de que, a través de la práctica ritual y ascética, pudieran "convertirse en varones" (p.ej., Ev. Thom. 114). El alma caída se describe siempre como "femenina", que busca reunirse con su equivalente "masculino" celeste. El rito central de los valentinianos, la cámara nupcial, aparentemente representaba esta reunificación (cf Ev. Phil.: CG II, 3, 86,4-18).

El ascetismo, las prácticas rituales y el desarrollo de modelos de interpretación de la Escritura en el contexto de una única forma de especulación mitológica son todos evidentes en las más primitivas formas de tradición gnóstica, que se han desarrollado claramente en una atmósfera de sectarismo apocalíptico judío. Los maestros gnósticos del siglo n relacionaron los materiales tradicionales con la especulación platónica central acerca del Dios desconocido, la emanación del mundo y la divina providencia, así como con el cristianismo naciente. Este último proporcionó un contexto social y religioso al amplio desarrollo de las sectas gnósticas. Donde los escritores ortodoxos insistían en que la verdadera gnosis requería exégesis que profundizara en la fe y que estuviera de acuerdo con las tradiciones doctrinales de la Iglesia, los gnósticos rechazaban toda interpretación que no estuviera formulada para expresar simbólicamente la historia revelada de los orígenes celestes del alma caída en el mundo y su restauración a través de la gnosis. Para el gnóstico, la historia de salvación ha sido escrita de nuevo en el plano mítico. Las narraciones de la historia de Israel o la vida terrena y las enseñanzas de Jesús no tienen poder revelador en sí mismas. El Cristo divino de la especulación gnóstica es un ser mítico intacto en su descenso al mundo humano.

El rechazo de la gnosis de la especulación mitológica y de la revelación individual llevó a los cristianos ortodoxos a insistir sobre 1a especial condición revelada de las narraciones de los evangelios y Hechos. En lugar de la historia de salvación gnóstica de inversión y oposición al Dios del judaísmo, el ortodoxo insistía en que el Padre del cielo revelado por Jesús era el mismo Dios que había creado este mundo y que había sido revelado en el AT. El ascetismo y la búsqueda de una experiencia religiosa de la unión del alma con Dios pertenece a la práctica religiosa del cristianismo ortodoxo. Pero no se les permitía establecer las condiciones de salvación de modo que la muerte expiatoria de Cristo o los sacramentos perdieran su poder de comunicar la salvación al creyente. La fe y la gracia, más que la gnosis, son los términos básicos con que los cristianos describen la salvación. La experiencia de san Agustín de la última gran expresión de la gnosis en los tiempos patrísticos, el maniqueísmo, jugó un papel importante en la configuración de su modo de entender el leal y la gracia en la experiencia humana.

BIBL.: TEXTOS. Ediciones de textos aislados de Nag Hammadi, junto con traducciones, notas y comentario están apareciendo en las series: Nag Hammadi Studies, Brill, Leiden, y Bibliothéque Copte de Nag Hammadi, Les Presses de 1'Université Laval, Quebec. Para una traducción inglesa de todos los textos de la colección Nag Hammadi, ver J.M. RoBINSON (ed.), The Nag Hammadi Library in English, Harper y Row, San Francisco 1988, tercera edición revisada. Colecciones que contienen extenso material de informes patrísticos del gnosticismo junto con selecciones de textos gnósticos supervivientes: FOERSTER W., Gnosis, vol 1: Patristic Evidence, (trad. R. Me¡. Wilson), Clarendon, Oxford 1972; ID, Gnosis, vol. 2: Coptic and Mandáic Sources, Clarendon, Oxford 1974; LAYTON B., The Gnostic Scriptures, Doubleday, Garden City 1987. En castellano: R. KUNTZMANN y J.-D. Duaols, Nag Hammadi. Textos gnósticos, Verbo Divino, Estella 1988.

FUENTES SECUNDARIAS: Tratamientos del gnosticismo dentro del contexto del desarrollo teológico del pensamiento cristiano: DANIELOU J., Nueva Historia de la Iglesia 1976; EDWARDS M.J., Gnostics and Valentinians in the Church Tradttion, en "JTS" 40 (1989) 26-47; PELIKAN J., The Christian Tradition, vol. 1: The Emergence of the Catholic Tradition (100-600), University of Chicago, Chicago 1971. Tratamientos del gnosticismo como un fenómeno religioso: JONAS H., The Gnostic Religion, Beacon, Boston 19622; RUDOLPH K., Gnosis (trad. R.McL. Wilson), Harper y Row San Francisco 1983; STROUMSA G., Another Seed: Studies in Gnostic Mythology (NHS 24), Brill, Leiden 1984. Colecciones de ensayos de destacados investigadores: ALANO B. (ed.), Gnosis. Festschrift für Hans Jonas, Vandenhoeck y Ruprecht, Gotinga 1978; HEDRICK C.W. y HODGSON R. (eds.), Nag Hammadi, Gnosticism and Early Christianity, MA: Hendrickson, Peabody 1986; LAYTON B. (ed.), The Rediscovery of Gnosticism, vol. 1: The School of Valentinus (SHR 12), Brill, Leiden 1980 ID, The Rediscovery of Gnosticism, vol. 2: Sethian Gnosticism (SHR 12), Brill, Leiden 1981.

Ph. Perkins