WESLEY, John
(1703-1791)
DicEc
 

No es posible valorar la figura de John Wesley sin hacer referencia al >metodismo. Nació en Epworth en 1703. Se convirtió en fellow de Oxford en 1726, donde empezó a tomar parte en encuentros espirituales. En esta época estuvo muy influido por el místico anglicano W. Law (1686-1761) y otros autores espirituales. Emprendió una breve y frustrada misión en Georgia, EE.UU. (1735-1737). En 1738, bajo la influencia del moravo P. Bbhler, experimentó una profunda conversión religiosa. Su objetivo fue desde entonces «promover, en la medida en que sea capaz, la práctica vital de la religión y, por la gracia de Dios, engendrar, preservar y acrecentar la vida de Dios en las almas de los hombres».

Pasó el resto de su vida evangelizando a través del movimiento metodista, junto a su hermano Charles, uno de los escritores de himnos cristianos en lengua inglesa con más talento. Las grandes dotes de John para la organización dieron al movimiento una fuerza y una cohesión que él se preocupó de afianzar por medio de constantes viajes.

La eclesiología de Wesley es básicamente anglicana (>Anglicanismo), con algunas diferencias de acento. Sus ideas se encuentran desarrolladas en sus numerosas obras, casi todas escritos ocasionales, como sermones, cartas y panfletos. En su revisión de los Treinta y nueve artículos anglicanos para América, retuvo el artículo 19, numerándolo como décimotercero: «La Iglesia visible es una congregación de los fieles en la cual es predicada la pura palabra de Dios y se administran debidamente los sacramentos de acuerdo con las ordenanzas de Cristo en todas aquellas cosas requeridas necesariamente para los mismos». En su revisión omitió la declaración de que la Iglesia de Roma y las otras Iglesias estaban equivocadas. Encontramos el desarrollo de sus ideas en un sermón sobre la Iglesia de 1786. Aunque su ministerio podría llevar a pensar que subrayaba sobre todo la primera parte del artículo, insistió también siempre en la segunda. No se mostraba dispuesto a establecer límites acerca de los lugares en que podía encontrarse a la Iglesia, pero parecía excluir a los pecadores públicos de ella. Los «verdaderos miembros de la Iglesia» han de «ver que caminan santos e irreprochables en todas las cosas». En otro lugar señala tres cosas que dice el artículo que son esenciales para la Iglesia visible: «Primero: una fe viva, sin la cual, en efecto, no puede haber en modo alguno Iglesia, ni visible ni invisible. Segundo: predicación y, por consiguiente, audición de la pura palabra de Dios, sin lo cual la fe languidecería y moriría. Y tercero: la debida administración de los sacramentos, que son los medios ordinarios por los que Dios acrecienta la fe».

La brecha más importante con el anglicanismo se abrió con motivo de sus controvertidas ordenaciones, aunque existía ya antipatía hacia Wesley a nivel parroquial, por parte de sacerdotes anglicanos que desaprobaban o veían con disgusto o con temor su predicación de tipo renovador. Wesley quería que el metodismo permaneciera como un movimiento de renovación dentro de la Iglesia de Inglaterra. A partir de un estudio sobre la Iglesia primitiva en Alejandría, llegó a la convicción de que él, como sacerdote, podía ordenar, y, ante una situación pastoral que él consideraba desastrosa, puso manos a la obra. Este acto iba a crear una fisura con la Iglesia de Inglaterra, una fisura que había alcanzado ya unas dimensiones de las que el mismo Wesley no era consciente. El quiso morir como miembro de la Iglesia de Inglaterra. La separación tuvo lugar después de su muerte.

Para su tiempo, Wesley fue muy ecuménico, como muestra la conocida Letter to a Roman Catholic (1749). El deseaba que el amor y el entendimiento prevalecieran entre protestantes (metodistas) y católicos. En sí misma la carta es un estupendo ejemplo de intento de diálogo. La aportación de los Wesley —John y Charles— a la Ecumene es un cristianismo práctico, manifestado en un compromiso social y caritativo unido a una honda vida de piedad, bien revelada en los himnos, profundamente impregnados del espíritu metodista. John Wesley fue un reformador hondamente enraizado en la tradición espiritual tanto de Oriente como de Occidente. Inició una serie de textos clásicos para sus predicadores con el nombre de The Christian Library. Estaba enamorado de las enseñanzas del Pseudo-Macario, un autor sirio del siglo IV. Su vida y su doctrina son un testimonio permanente de que la evangelización, la reforma y la espiritualidad han de nutrirse de la tradición para aportar a la Iglesia beneficios duraderos.