SUBSISTIT
DicEc
 

En los primeros borradores de la constitución sobre la Iglesia (LG) del Vaticano II se seguía afirmando la identificación de la Iglesia católica con el cuerpo místico propuesta por >Pío XII (>Una). Tras el rechazo del primer borrador en el primer período de sesiones, se añadió en el segundo un inciso importante: «Fuera de su estructura total pueden encontrarse muchos elementos de santificación».

Para la recta comprensión del significado de LG 8, es esencial tener en cuenta el hecho de que en el siguiente borrador no se quiso mantener la identificación entre la Iglesia de Cristo y la Iglesia católica, incluso con el reconocimiento de que fuera de sus límites había muchos elementos de santificación. Precisamente para aclarar este último punto, la Comisión teológica sustituyó est (es) por subsistit: «Se han cambiado algunas palabras: en lugar de "es" se ha puesto "subsiste", de modo que la expresión concuerde mejor con la afirmación de que hay elementos eclesiales en otros lugares». La modificación sería finalmente aprobada, quedando el texto del siguiente modo: «Esta Iglesia [de Cristo]... subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él, si bien fuera de su estructura se encuentren muchos elementos de santidad y verdad que, como bienes propios de la Iglesia de Cristo, impelen hacia la unidad católica» (LG 8).

Es importante determinar el significado de la palabra «subsiste» y las consecuencias ecuménicas derivadas de la elección de esta palabra en lugar de «es». El primer paso sería reconocer que se ha producido efectivamente un cambio y que, sea cual sea el significado de «subsiste», no significa simplemente «es». La palabra latina subsistit tiene como significados básicos: «perdura, permanece, continúa, etc». Se ha puesto de manifiesto que las interpretaciones en línea con las advertencias hechas por la Congregación para la doctrina de la fe tienden a identificar «subsiste» con «es» y a negar que la Iglesia de Cristo subsista de algún modo fuera de la Iglesia católica.

Se ve claro por sus actas que el Vaticano II pretendía afirmar que el misterio de la Iglesia «existe en la sociedad católica concreta bajo el sucesor de Pedro y los obispos en comunión con él». Lo que el concilio quería, más que contradecir las afirmaciones de Pío XII, era tratar de abrirlas. El punto crucial está, pues, en determinar si se puede decir que la Iglesia de Cristo subsiste de algún modo, aunque sea imperfectamente, fuera de la Iglesia católica. La postura de la Congregación para la doctrina de la fe parece negarlo; lo único que subsistiría serían «muchos elementos de santidad y verdad» (LG 8).

Podría proponerse una modificación cuidadosamente matizada. No en el sentido de apoyar los planteamientos radicales que parece negar el magisterio infalible de la Iglesia en virtud de la sustitución del «es» por el «subsiste»`. Ni en el sentido de la solución que podría venir de cierta filosofía de la subsistencia. Se trataría más bien de tomar en serio el decreto sobre ecumenismo (UR), que Pablo VI consideró como una clave de interpretación de la Lumen gentium. En UR 2 encontramos la autoconciencia de la Iglesia católica y la conciencia que tiene esta de su unidad. En UR 4 encontramos lo siguiente: «Cristo concedió desde el principio a su Iglesia esta unidad. Y creemos que subsiste indefectible en la Iglesia católica» —donde «creemos» se usa en un sentido técnico—. La palabra «subsiste» vuelve a aparecer luego, en relación con la Comunión Anglicana: «Entre aquellas en las que las tradiciones y estructuras católicas continúan subsistiendo en parte, ocupa lugar especial la Comunión Anglicana» (UR 13). Aunque estos dones estén presentes en otras Iglesias, «únicamente por medio de la Iglesia católica de Cristo (...) puede alcanzarse la total plenitud de los medios de salvación» (UR 3). Pero el concilio habla también de otras «Iglesias y comunidades eclesiales»: a las Iglesias ortodoxas se las llama con razón Iglesias en el pleno sentido teológico de la palabra; el concilio no determina que otros organismos pueden recibir el nombre de Iglesias, pero afirma que la realidad plena de la eucaristía es condición necesaria para ser Iglesia (UR 22).

Sin embargo, una interpretación estrecha de los «muchos elementos de santidad y verdad» existentes fuera de la Iglesia católica es difícil de compaginar con la afirmación de que el Espíritu no sólo se sirve de ellos, sino también de las instituciones en las que estos se encuentran (UR 3) Asumiendo el planteamiento del concilio, que evita hablar de la pertenencia o no a la Iglesia, prefiriendo expresarse en términos de comunión plena o comunión imperfecta ordenada a la plena unidad (LG 13-15), podemos afirmar que la Iglesia de Cristo subsiste verdaderamente en la Iglesia católica, sin la perfección, sin embargo, propia de los tiempos escatológicos; la Iglesia de Cristo subsiste también en otras Iglesias y comunidades eclesiales de manera menos perfecta. La importancia de esta presencia de la Iglesia de Cristo variará según los elementos que se encuentren; el sagrado bautismo en las distintas Iglesias denota cierta presencia real, aunque de grado inferior, de la Iglesia de Cristo.

Uno ha de coincidir plenamente con la interpretación de la Congregación para la doctrina de la fe en la medida en que esta afirma que la Iglesia de Cristo subsiste plenamente sólo en la Iglesia católica. Lo que no está tan claro es que haya que negar que la Iglesia de Cristo subsiste de un modo real, aunque imperfecto, en otras Iglesias y comunidades eclesiales.

[En la declaración Do/ninus lesus de la >Congregación para la doctrina de la fe sobre la unicidad y la universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia (6 de agosto de 2000), en la nota 56 se escribe lo siguiente: «Es, por lo tanto, contraria al significado auténtico del texto conciliar la interpretación de quienes deducen de la fórmula subsistit in la tesis según la cual la única Iglesia de Cristo podría también subsistir en otras Iglesias cristianas». «El Concilio había escogido la palabra subsistit precisamente para aclarar que existe una sola subsistencia de la verdadera Iglesia, mientras que fuera de su estructura visible existen sólo elemento Ecclesiae, los cuales siendo elementos de la misma Iglesia tienden y conducen a la Iglesia católica». Con todo, el mismo D. Valentini, consultor de la Congregación para la doctrina de la fe, en su comentario en L'Osservatore Romano escribe matizadamente que «a mi parecer, una minoría de teólogos da a la expresión el sentido filosófico de subsistencia, mientras que la mayoría la traduce por "está presente"».]