POLICARPO DE ESMIRNA, San
(ca. 69-155)
DicEc
 

En el momento de su martirio, Policarpo, obispo de Esmirna, proclamó haber estado sirviendo al Señor 86 años. Dado que su martirio se ha fechado por lo general el 155, el comienzo de su vida se remonta a la época de los apóstoles; estudios recientes señalan como fecha de su muerte el 23 de febrero del 167. Lo cierto es que su propio testimonio y el de otros apuntan al hecho de que conoció a Juan y a otras personas que habían visto al Señor; de hecho, hay una tradición, recordada por Tertuliano, según la cual habría sido nombrado obispo por Juan. Sabemos por Eusebio que visitó Roma con motivo de la controversia sobre la fecha de la Pascua (>Controversia cuartodecimana). Aparte de Eusebio, conocemos a Policarpo indirectamente por las cartas que le escribió >Ignacio de Antioquía, por su propia Carta a los filipenses y por las Actas de su martirio. Son varios los temas eclesiológicos que aparecen en estos textos. La carta de Ignacio da consejos al joven Policarpo: para la salvaguardia de la unidad de la Iglesia, para que emplee el tiempo en la oración y en la predicación, para que proteja a las viudas, para que extreme sus servicios y esté atento a los herejes. La carta del mismo Policarpo a los filipenses muestra un gran conocimiento de casi todos los libros del Nuevo Testamento, pero poco del Antiguo Testamento. Los pone en guardia frente a la avaricia y presenta el oficio episcopal como un oficio profundamente pastoral, cuya misión consiste en procurar que todos eviten el pecado y se esfuercen en obtener la santidad. La estructura de esta Iglesia se basa claramente en los presbíteros y diáconos, en torno a un único obispo. Aunque es habitual comentar el carácter pedestre de la carta, convendría no pasar por alto su celo pastoral, su interés por los destinatarios, sus palabras de aliento y esperanza. Las Actas del martirio de Policarpo son el primer relato de un martirio cristiano fuera del Nuevo Testamento. Se les concedió claramente una importancia que excedía a la Iglesia de Esmirna, ya que se enviaron copias a otras Iglesias. Son temas notables los siguientes: hay un paralelismo implícito con la muerte del Señor —la sala elevada, la marcha a lomos de un asno, la oración antes de morir—; el martirio es de acuerdo con el evangelio, no cuestión de ofrecimiento voluntario; la Iglesia de Esmirna saluda a la Iglesia «católica», que aquí significa «universal», aunque en otros lugares tiene el sentido de «verdadera», frente a la de los herejes; el día de su martirio se celebrará como el día de su nacimiento —primera indicación de una conmemoración (¿litúrgica?)—; existe un sentido de intercesión por todas las Iglesias. Estos textos de Policarpo, o acerca de él, son un testimonio importante sobre la vida de la Iglesia; el lugar preeminente que le reconoce Eusebio de Cesarea es una prueba más de la significación de alguien que probablemente conoció a los apóstoles y vivió hasta mediados del siglo II.