KÜNG, Hans
(n. 1928)
DicEc
 

Hans Küng nació cerca de Lucerna (Suiza) en 1928. Obtuvo la licenciatura en teología en la Universidad Gregoriana de Roma, estudiando también en Alemania y Francia. Su primera obra importante fue una tesis doctoral (1957) en la que trataba de mostrar que no había conflicto entre la doctrina del concilio deTrento y la teología de K.Barth en torno a la justificación.

Cuando se anunció la celebración del Vaticano II, se apresuró a escribir un libro, con imperfecciones pero muy influyente, El concilio, la reforma y la reunificación, que alertó a muchas personas sobre las posibilidades de un concilio. Puede decirse que fue una contribución importantísima a la Iglesia de su tiempo. Durante el concilio, en el que él fue peritus, fue llamado por el Santo Oficio en relación con su libro sobre las estructuras de la Iglesia. Fue tratado con indulgencia y se le dijo simplemente que se adhiriera más estrechamente a la enseñanza de la Iglesia.

Un encuentro con Kásemann lo condujo a realizar intensos estudios escriturísticos, fruto de los cuales fue su grueso volumen La Iglesia. Pero fue su cuestionamiento, o más bien rechazo, de la infalibilidad lo que más poderosamente llamó sobre él la atención. ¿Infalible? Una pregunta tuvo partidarios y críticos, muy especialmente K. Rahner. Los historiadores en particular se han mostrado críticos con esta y otras obras suyas, especialmente Estructuras de la Iglesia. Algunos de sus críticos han entablado un diálogo constructivo con él, señalando puntos filosóficos débiles así como problemas en el método, que se limita demasiado al aspecto histórico-crítico, al tiempo que en la Escritura tiende a ver un canon dentro del canon. El libro sobre la infalibilidad provocó en Roma una reacción hostil, llevándolo a la pérdida del título de teólogo católico. Conservó su puesto universitario en el Instituto Ecuménico de Tubinga. Sigue siendo sacerdote católico y ha continuado escribiendo abundantemente, volviendo también recientemente su atención sobre el diálogo con las religiones mundiales. Se retiró de la enseñanza en 1996.

Su obra tiene evidentemente puntos fuertes: escribe con claridad, con pasión por presentar adecuadamente la revelación a la sociedad contemporánea; escribe sobre los temas candentes de cada momento; provoca a otros a reconsiderar cuestiones que él aborda de manera más bien tosca y brusca. Pero, por otro lado, se muestra afectivamente ajeno a la Iglesia oficial, y sus obras muestran una aspereza y una tendenciosidad que hacen un flaco favor a su causa.