1.4.- LA PERSONALIDAD INESTABLE O CICLOTIMICA.

Este trastorno de la personalidad se caracteriza esencialmente por la inestabilidad  del estado de ánimo. Son personas que pasan, con extraordinaria facilidad, de sentirse alegres y contentas, al abatimiento y al desánimo. El término ciclotímico se refiere precisamente a estas oscilaciones de aparición cíclica, en el terreno de lo timérico; es decir, en el campo de lo emocional y sentimental, de lo afectivo.

 Estas personas pasan de estar muy alegres, activas, simpáticas, cariñosas, ilusionadas y optimistas, con alta autoestima, a sentirse abatidas, tristes, desgraciadas, desilusionadas, irritables, hipersensibles, descorazonadas, inútiles y fracasadas.

Estos cambios suceden de un modo brusco y se experimentan en períodos de tiempo muy recortados, de horas o, a lo sumo, de poco más de un día, motivados por pequeños acontecimientos de la vida diaria, incluso, en algunos casos, sin que exista ninguna causa que aparentemente los justifique.

Lógicamente, estas bruscas modificaciones desconciertan a las personas con las que mantienen un trato más íntimo y cotidiano, que no saben cómo comportarse con ellas, ya que da la impresión de que cualquier pequeño comentario puede desatar una crisis.

Este trastorno de la personalidad parece tener un marcado carácter constitucional y hereditario, predisponiendo a quien lo posee al padecimiento de depresiones bipolares, también llamadas psicosis maniaco-depresivas.

Este tipo de depresiones se caracteriza precisamente por la alternancia de fases de depresión con fases de manía o euforia patológica. Estas fases son de una duración relativamente prolongada, al menos de unas semanas y generalmente de bastantes meses, si no se hace un tratamiento adecuado.

Durante las fases de depresión aparecen los síntomas típicos, como agotamiento, tristeza, desinterés, falta de ilusiones, pesimismo, alteraciones del sueño y apetito, dificultades de concentración y asociación de ideas, disminución de la creatividad, inseguridad, disminución de la autoestima, indecisión, tendencia a evitar las relaciones sociales, incapacidad para desarrollar las actividades habituales y deseos de muerte.

Cuando termina la fase depresiva, se puede pasar a un período de mejoría en el que estas personas se encuentran normales, o bien pasar a una fase de manía o euforia. A veces, se pasa bruscamente de la depresión a la euforia. En otras ocasiones alternan varias fases seguidas de euforia o bien de depresión.

La manía o euforia patológica está constituida por síntomas, en cierto modo, contrarios a los de las fases depresivas. El estado de ánimo se encuentra anormalmente elevado, en una euforia anormal. Aumenta, de un modo injustificado y desproporcionado, la propia autoestima y seguridad, apareciendo ideas relacionadas con el sentimiento de aumento de las propias capacidades. Estas personas se vuelven excesivamente imaginativas y comunicativas, expresando multitud de ideas. Su comportamiento se torna desinhibido, indiscreto, incluso descarado, afectándose también en muchas ocasiones la esfera de lo sexual.

Están muy activas a cualquier hora, a pesar de no dormir más que un escaso número de horas, si bien, su rendimiento se suele ver afectado generalmente por su tendencia a pasar con rapidez de una actividad a otra, sin acabar eficazmente casi ninguna. Suelen hacer inversiones o gastos absurdos, o, en cualquier caso, superiores y desproporcionados con su conducta habitual, de las que se arrepienten una vez pasa esta fase eufórica.

 

Principales características de la personalidad ciclotímica:

-         Inestabilidad emocional.

-         Bruscos cambios de criterio.

-         Grandes y súbitas oscilaciones en la autoestima.

-         Labilidad emocional.

-         Comportamiento imprevisible.

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