Creación

El concepto de creación se percibe en el lenguaje de hoy de diversas maneras; generalmente,

sin embargo, significa un acto por el cual surge algo que antes no existía de esa forma.

En griego, en este ámbito conceptual, se encuentran dos grupos de palabras, cuyos

vocablos, según el uso, reflejan múltiples facetas de significados: KavxfíoÁrj [katabole]

significa ante todo el hecho fundamental y en esta línea también el comienzo o principio

que da a una cosa su dirección o determinación; KXÍOIQ [ktísis], originariamente fundación,

establecimiento, designa, en un sentido más amplio, el proceso de un hacerse o de un

surgir originado por un acto de voluntad, y luego también —abarcando más que

katabole— el resultado de tal acto, lo creado como fenómeno de conjunto. Aunque en el

NT se encuentran ambos grupos de palabras, el grupo de JCT¡'(CÜ [ktízó] es, con mucho, el

que se convirtió en el portador de las afirmaciones bíblicas acerca de la actividad

iniciadora de Dios en lo que se refiere a la existencia en general y a la fe en particular.

KaTa.8o2.rj [katabole] fundación; KaxafiáX/.oj [katabállo] echar los cimientos, fundar,

cimentar

I El verbo katabállo, desde Homero (siglo VIII a. C), partiendo de su significado fundamental derivado de sus

dos raíces Kara [katá], abajo y fülleiv, [bailan], echar, significa poner horizontal lo que estaba vertical (p ej

arrojar hacia abajo, extender por el suelo, matar, echar o en sentido figurado, rebajar, menospreciar, rechazar,

apartar de si) El significado más importante en nuestro contexto de colocar un fundamento, cimentar, ser causante,

no supone por tanto ninguna excepción Procede de la antiquísima técnica de la construcción y refleja el acto de

echar o apilar piedras en los cimientos o bien, tratándose de solares rocosos la acomodación, rodamiento o ajuste

de la piedra angular decisiva para el edificio, es decir, una colocación de la primera piedra que, a diferencia de lo

que sucede actualmente, nada tenía de simbólico El sustantivo raro y tardío katabole (desde Hipócrates, s V-VI a

C.), literalmente acción de poner debajo, adopta preferentemente el sentido figurado, y puede designar el recuento de

una determinada suma de dinero o la fijación del término establecido para la misma, pero también puede significar

el comienzo de una edificación, e incluso, en medicina, un acceso de fiebre (nvpeToo [pyretoú]) o, biológicamente, la

emisión de la semilla o semen (roo antppaxoc, [toú spérmatos]) en la tierra o en una mujer, por tanto, la sementera

(Aristóteles, Probl 20, 12) o la fecundación.

Pero katabole designa asimismo una fecha histórica de comienzo, p ej. en la expresión Kara/loÁnv tf\c, axáoswc,

nowiv [katabolen tés stáseós poieín], iniciar la contienda Desde Polibio, s II a. C, aparece la indicación de tiempo

ano [apó] £K KcrtctfioÁrj:; KÓOJIOU [ek kalabolés kósmou], desde el comienzo del mundo, desde la fundación del mundo.

La carta de Ansteas (antes del año 100 a C, V 129) utiliza ya katabole en forma absoluta para designar la creación,

el conjunto de la creación

II 1. Los equivalentes hebreos del verbo katabállo —14 de los 42 pasajes se hallan, con todo, en los LXX sin

tal equivalente— carecen de importancia para el concepto de creación Se utilizan preferentemente en el lenguaje

343 (Kata/Jo/l?/) Creación

militar (caer por la espada, derribar los muros de la ciudad, etc), asi ocurre también con el significado de la palabra

en los pasajes propios de los LXX Solo en 2 Mac 2, 13 se dice de Nehemias que, habiendo recogido los antiguos

escritos de Israel, estableció una biblioteca, es decir, realizo un acto de fundación

2 El sustantivo katabole se encuentra en los LXX solo en 2 Mac 2, 29 en un empleo de pars pro toto (la parte

por el todo) oipxixsKzoví xn^ olnQ KavxPoi.iJQ tppovxioxsov [architektom tés holés kataboles phrontisteon], es decir, el

arquitecto debe preocuparse de toda la construcción (del edificio)

3 Entre los escritos judíos, en Ansteas, 129 (cf supra I) se halla el uso absoluto mencionado, y Filón (Op

Mund 132) habla de la procreación de los individuos como xr¡ npmxn KC/.xaj}olrj x&v áv9pamwv [te protl katabole

ton anthropon] Josefo utiliza el sustantivo para expresar una fecha histórica (cf supra) el principio de la rebelión

(Bell 2, 260)

III 1 En el NT se encuentra sólo el sustantivo en Mt (2 veces); en Heb y en los

escritos joaneos (3 veces cada uno), en Le, Ef y 1 Pe (una vez cada uno) Fundación o

constitución del mundo, katabole kosmou (sin artículo) o fundación, sin más (así Mt 13, 35

t r; en la cita del Sal 78,2 katabole en vez de u.pyr\ [arche]) son expresiones o modismos

fijos para designar la fecha desde la cual empieza la historia (cf la cronología judaica);

cuando se data la acción libre de Dios como anterior a este punto en el tiempo (pro

kataboles kósmou) (Jn 17, 24, objeto Jesús, Ef 1, 4, objeto nosotros), esto se hace para

testimoniar así la independencia previsora de Dios con respecto al principio absoluto

establecido por él mismo y con respecto a la historia Esa independencia sirve para su

actuación amorosa dentro de la historia y para la realización amorosa del desenvolvimiento

de la historia (así también la literatura rabínica, art KXÍOIC, [ktísis] II, 7)

2 En las menciones que se hace de este dato fundamental llama la atención, por una

parte, la conexión con una afirmación determinante acerca del hombre, y por otra, la

unidad que ahí se expresa entre la -> providencia y la predestinación de Dios En

particular, Mt 25,34 («desde ») y Ef 1,4 («antes de ») hablan de la -> elección, Ap 13,8 y

17,8 de la condenación, Le 11, 50 (una amenaza de Jesús), así como Heb 4,3a con miras a

Heb 4, 3b, del rechazo histórico, del que se pide cuentas y finalmente en Mt 13, 35 (prueba

escriturística de los evangelistas) así como en Heb 9, 26 y 1 Pe 1, 20 (cf. Jn 17, 24) de la

postura salvadora central y úmea de Jesucristo, la cual revela lo oculto desde la

constitución del mundo en medio del tiempo, y con ello apunta al final de los tiempos

Probablemente en Ef 1, 4,1 Pe 1, 20, Jn 17, 24 la expresión «antes de crear el mundo» es

una tentativa, extraña al pensamiento veterotestamentano, de expresar la libertad del

creador ante su creación y, mediante ello, asegurar para él sólo sus propias obras

salvíficas

3 En el pasaje textualmente inseguro de Heb 11,11, se utiliza katabole en el sentido

del uso de la palabra que se advierte en Filón (cf supra II, 2) En unión con spérmatos

significa emisión de la semilla generación Con OMichel (Der Bnef an die Hebraer, KEK

XIII, 10, ad locum) el v 11 debe traducirse «. recibió él con Sara fuerza para la

generación» (cf asimismo ThWb III, 623)

H.-H Esser

KTÍCOJ [ktizo] fundar, crear o producir (por primera vez), hacer, Kxíaiq [ktísis] creación,

creatura, rcxiona [ktisma] lo creado, creatura; Kxíaxnc, [ktístés] fundador, creador

I La raíz kti (según Hofmann kpeí cf latín situs castellano sito) se halla atestiguada ya en el griego micemeo

y tiene el significado de edificar, fundar El verbo ktizó (desde Homero) tiene originariamente el sentido de la raíz, y

Creación (KTÍOIC) 344

luego el figurado de producir por primera vez, poner en obra, colonizar (de ahí el participio sustantivado oí Kziotxvxeq

¡htn lateantes], el pueblo primitivo, los fundadores) De los sustantivos derivados, he ktisis (desde Pindaro) designa

tanto a) el acto de creación como b) lo creado como efecto del acto de una auton dad, la mayor parte de las veces una

institución o fundación. Este mismo significado de b) tiene to küsma (desde Polibio) Con este carácter de resultado se

encuentra ktisma solo a partir de los LXX y la mayor parte de las veces como sinónimo de ktisis Asimismo se halla

en plural para designar cada una de las partes constitutivas de la creación Ho ktistes (desde Aristóteles) designa

ante todo al señor en su actividad de fundador, en particular como restaurador del orden antiguo (Plutarco, Cim

10, 22), refiriéndose a la divinidad, significa creador En la literatura bíblica, todo el grupo de palabras se reserva

casi exclusivamente a la singular acción creadora de Dios y al resultado de la misma

II 1 De los dos conceptos que los LXX utilizan para crear SnfuoDpym [demiourgem] trabajar en y con

una materia, elaborar, fabricar, y ktizein, que designa el acto decisivo y fundamental de erigir, fundar o establecer

ellos dieron preferencia conscientemente al ultimo (y a la palabra correspondiente) para significar la creación por

parte de Dios (cf WFoerster, ThWb III, 1022 ss) Sin embargo, en la traducción que hicieron los LXX del

pentateuco y también del Dtls quedo oculto para ellos el significado de exclusividad del verbo hebreo bara

(cf infra) y utilizaron el verbo corriente tcowiv [poiein], hacer, en vez de ktizein (hecho este que permite deducir lo

prolongado de la elaboración de los LXX y la conciencia teológica del traductor que se iba profundizando cf

WFoerster, loe cit, 1026)

En los LXX ktizein se encuentra 66 veces, de ellas 39 veces sin equivalente

El siguiente resumen muestra los equivalentes hebreos en gradación numérica de mas a menos

a) barS (traducido 16 veces por ktizo) es un termino teológico, cuyo sujeto exclusivo es Dios Y se convierte

en un concepto que comporta la fe explícita en la creación acuñada en tiempos del Dtls y de la formación del

código sacerdotal que ha llegado hasta nosotros Por medio de bára' se expresa el acto sin parangón de la creación

por parte de Dios, en la cual palabra creadora y acción creadora son una misma cosa (cf Gn 1, Sal 148, 5 y passim)

Con barü se apunta tanto a la acción de Dios que llama a la existencia al mundo y a cada una de las creaturas,

como a su intervención histórica, a la que hay que atribuir la elección, la determinación temporal y las vicisitudes

humanas y, por supuesto, a la justificación En este resumen puramente estadístico se muestra ya la relación

estrecha que existe entre la fe histórica e histonco-salvifica y la fe en la creación (como probaron RRendtorff, loe

cit para el Dtls y GvRad, Die Pnesterschnft rm Hexateuch, para el código sacerdotal, allí la fe explícita en la

creación viene a ser como un hijo tardío de la fe histonco-salvifica y se desarrolla en la época de mayores peligros

para Israel, o sea durante el destierro babilónico, es proclamada como resistencia y como ataque y desde entonces

se mantiene como una conciencia de fe a la que no se puede renunciar Cf asimismo la correspondiente relación

entre los artículos segundo y primero del credo cristiano a partir de la repulsa de Marcion)

a) Protologicamente (es decir, para designar la creación primera por parte de Dios) se utiliza bárá' (Sal 148, 5)

para la creación del cielo y de las aguas del cielo (las ultimas, según Gn 1, 7, no fueron creadas, sino solamente

situadas dentro de sus limites), para la extensión del circulo de la tierra y de las direcciones del cielo —norte y sur—

(Sal 89 [88], 13, paralelo a yasad,fundar el orbe de la tierra), para la creación de los montes y del viento (Am 4,13),

de los hombres sobre la tierra (Dt 4, 32), del hombre caduco y perecedero (Sal 89 [88], 48)

ff) bara' expresa asimismo la nueva creación de Dios que interviene en la continuación histórica de su obra de

creación Asi en Sal 104 [103], 30, en consecuencia con Gn 2 «Envías tu aliento, y los creas» Ecl 12, 1 («piensa en

aquel que te ha creado», asi literalmente el sustantivo «creador» es ajeno del TM) se refiere a la creación del

individuo (cf la creación del rey de Tiro Ez 28,13 15) Un pueblo nuevamente creado por Dios alabara a Dios (Sal

102,19 [101,18]) En el conocido pasaje «Oh Dios, crea en mi un corazón puro» (Sal 51 [50], 12) se utiliza también

bárá' en este sentido Precisamente los pasajes de salmos anteriormente mencionados tanto como las siguientes

palabras profeticas, descubren la ruptura que aqueja a la creación originaria y que hace necesaria la intervención

salvadora de Dios en su pueblo y en cada uno de los pecadores

y) La conexión entre las afirmaciones protologicas y las históricas resulta evidente en los siguientes pasajes

Yahve, que suministra la luz y las tinieblas (según Gn 1, 3-5, la luz fue creada por medio de la palabra, pero la

oscuridad no fue creada), opera la paz y crea la desdicha (Is 45, 7 s) El que ha creado al herrero, el que fabrica

armas terribles, ha creado asimismo al que destruirá esas armas (Is 54,16) El pueblo creado por Dios abandona

no obstante, la alianza (Mal 2, 10)

d) Las traducciones hijas de los LXX —Teodocion (s I d C), Aquila (s II d C) y Simaco (s III d C)—

sustituyen consecuentemente en los pasajes mas importantes de Gn, Dt, Tntols y Jer, la traducción poco precisa

de bárá' en los LXX (cf supra 1) por ktizein (Gn 1,1 —el cielo y la tierra, 1, 27 —el hombre como imagen de Dios, Is

40, 26 —el ejercito de los astros, 41, 20 —la nueva vida de las plantas en el desierto, como imagen de la fuerza

salvadora-histórica de Yahve 43, 7 —los pueblos extranjeros en los confines de la tierra, 65 17 s —el nuevo cielo,

la tierra nueva, la nueva Jerusalen, el nuevo pueblo, Jer 31 [38], 22 —algo nuevo sobre la tierra)

b) qánáh (que se traduce 3 veces por ktizd) significa producir sacar fuera Gn 14,19 22, en la bendición y en el

juramento, menciona al Dios altísimo que ha creado el cielo y la tierra La sabiduría, entendida (Prov 8 22) sin

duda como un ser celestial intermedio, existe antes de la creación del mundo por parte de Dios (Jer 32 [39], 15, en

contra de los códices vaticano y sinaitico, debe traducirse probablemente comprar casas, KTOV [ktan], en vez de

crear)

345 (KXWIQ) Creación

c) yasar (2 veces traducido por ktizo) significa/ormar, modelar (como un alfarero), planear, describe a veces la

actuación histórica espontanea de Dios el dispone de los destinos de las cosas (Is 22, 11), su planear y su realizar

(poiein) son simultáneos

d) kün (2 veces como equivalente hebreo de ktizb) se utiliza protologicamente e históricamente las piedras

preciosas fueron preparadas (Ez 28,13, paralelamente a bará' cf supra ¡i) Yahve es el que ha preparado y fundado

Israel (Dt 32, 6d)

e) /erizo traduce una vez cada uno de los siguientes verbos yasad (mfal ser fundado hablando de Egipto Ex 9,

18), 'amad, presentarse a la voz creadora de Dios (Sal 33 [32], 9, cf supra la y el excurso de HJKraus en BKAT XV,

263 s sobre el poder creador de la palabra de Dios) y sákan, establecerse, haber sido fabricado, hablando del

«tabernáculo» o tienda del encuentro o reunión (Lv 16, 16 participio establecido), que fue construido según el

modelo revelado (cf Ex 25 9)

2 En los pasajes donde no hay un equivalente hebreo y que pertenecen preferentemente a la literatura

sapiencial posterior y a la literatura histonco-legendaria, se expresa la situación privilegiada de la fe en la creación

con respecto a la fe en la redención Sobre todo en el grupo literario últimamente mencionado, la profesión de fe, el

cántico de alabanza y la oración al creador pueden ser los únicos fundamentos y el único contenido de la fe (1 Esd

6, 12, Jdt 13,18, Bel [ = Dn 14] 5, 3 Mac 2, 3 9) Si exceptuamos Ag 2,9 (un aditamento de los LXX al TM) y 1 Esd

4, 53, donde küzein designa acciones fundacionales humanas, el concepto se halla reservado sobre todo a la

actuación divina Los rasgos helénicos y del pensamiento de la antigüedad tardía se asocian con las concepciones

israelitas sobre la creación dominantes hasta entonces Dios todo lo creo para que subsistiera (Sab 1, 14), de

materia informe había creado el mundo (11, 17) y al hombre para la inmortalidad (2, 23), al hombre, criatura

modelada por Dios (10, 1) «Autor de la belleza» es denominado el a la vista de la creación de las estrellas (13 3,

mientras que Gn 1, 14 ss muestra una fría distancia desmitologizadora en la narración de la creación de las

lumbreras del cielo, que tampoco se mantiene en el aditamento de los LXX a Os 13, 4)

También el énfasis sobre la preexistencia de la sabiduría hipostatica, creada la primera, demuestra la

deshistonzacion de la comprensión de Dios (Dios se mueve en la absoluta trascendentalidad y ejerce un influjo

únicamente mediato sobre la historia presente) y de la fe en la creación (Sab 10, 1, Eclo 1, 4 9 s, aquí, incluso

después de su propia creación, la sabiduría sigue existiendo en la eternidad) A la inversa de lo que sucedió cuando

surgió la fe explícita en la creación (= se llega a la creación en función de la historia de la salvación), aquí ha de

conocerse la historia a partir de la creación y hay que enfocarla de un modo providenciahsta desde el principio, el

bien se dispone para los buenos, y el viento, el fuego, el granizo, el hambre, la peste y la aflicción se crean para el

castigo, la muerte, la sangre, las disputas, la espada, la desolación, la perdición, el hambre y la aflicción para los

impíos (cf Eclo 23, 20,39,21-29 40,10) Se mantiene el limite de la creatura la ira y la soberbia no han sido creadas

para el hombre (Eclo 10, 18), el hombre ha sido creado de la tierra (Eclo 17, 1, 33, 10) y volverá a la misma tierra

(Eclo 17,1) También se reconoce el posible peligro exterior del hombre debido a lo creado (p ej el ojo) y se dice en

forma de advertencia que cuestiona (Eclo 31, 13, «nada creo peor que el ojo», cf Mt 5, 29 s) A las propiedades

teológicas de la sabiduría pertenece la aplicación de la fe en la creación a la alegría por los bienes de la misma

creación (cf los himnos a la creación y los cánticos a la misma de la época del barroco) el vino ha sido creado para

alegría del hombre (Eclo 31, 27), la agricultura creada por el altísimo no debe ser despreciada (Eclo 7, 15), la

medicina y los remedios curativos se los deben los hombres a Dios (Eclo 38, 1 4 12) Solo una vez se piensa en la

creación histórica directa por parte de Dios, al cual hay que atribuir el honor de los hombres famosos (Eclo 44, 2)

3 Al sustantivo /¡tisis le corresponden en el TM los equivalentes hebreos hón y quinyan (dos veces cada uno),

que significan ambos posesión, bienes, fortuna, hacienda Por razón de este significado, en 3 pasajes (Sal 105 [104],

21, Prov 1,13,10, 15) se ha pensado (y se ha concluido por procedimientos de critica textual) que hay que aceptar

mas bien la forma griega de ktesis, posesión Únicamente en el salmo de la creación se halla el segundo equivalente

hebreo con el significado de cosas creadas (104 [103], 24)

Son significativos los 15 pasajes de los LXX a los cuales no corresponde ningún equivalente hebreo Una serie

de ellos afirma la fe en la creación y la expresa en la oración (cf supra 2) característica de esta época del judaismo

(Tob 8, 5 15, Jdt 9, 12, 16, 14, Sal 74 [73] 18, 3 Mac 2, 2 7, 6, 2) Y como Dios es el creador y todo se debe a su

palabra, también puede ser expresado en palabras e invocado como el Señor de la creación (Jdt 16, 14b y los

pasajes característicos de oración arriba mencionados) Se entiende y se afirma el dominio de Dios sobre la historia

no ya como inmediato sino como gestionado a través de su creación Con esto, el momento de su providencia y el

de la elección de su actuación son una misma cosa Dios arma a la kisis, a la creación, para una acción de represalia

contra los enemigos, y ella es estimulada para el castigo de los pecadores y orientada para hacer bien a los que son

fieles (Sab 5,17,16, 24) El prodigio del mar Rojo se entiende, según esto, no como una intervención de Yahve en su

creación y como una acción libre frente a la misma Mas bien lo que hace Dios es crear nuevas y especiales

condiciones de creación (que luego obedecen sus ordenes especiales), cuya finalidad es la salvación de los elegidos

(Sab 19, 6) La conducta adecuada en la creación es la de la admiración ante sus maravillas (Eclo 43, 25) la

alabanza del creador (Tob 8, 5 15) y el servicio de las criaturas (Jdt 16, 14) Aparece como despreciable el abuso de

la creación para fines exclusivamente hedomsticos al que invitan los impíos (Sab 2, 6) Pero también se le prohibe al

hombre piadoso la postura nihilista con respecto a su propia pequenez en medio de la inmensidad de la creación

Creación (KTÍ'CTR;) 346

(Eclo 16, 17). La cuestión del sentido la resuelve, por tanto, no ya la creatura sino el creador Cuál de los dos

significados intercambiables de creación y creatura le corresponde en cada caso a ktísis, hay que deducirlo del

contexto.

4. Sólo en pasajes sin equivalente hebreo aparece e) sustantivo tardío ktisma en las significaciones apuntadas

en I (6 veces, de ellas 2 en textos de oración) En Sab 9, 4 el orante pide la sabiduría, la cual, como mediadora en la

creación, condiciona la entrega del dominio al hombre En Eclo 36, 20 la oración se basa en la intervención

histónca de Dios para la liberación de Israel con el permanente interés de Dios por su creación (queda abierta la

cuestión de si se menciona a Israel, a los patriarcas, a la sabiduría, al mesías o a su reino, todos los cuales, según la

exégesis judía, pertenecen a aquellos seres que fueron creados antes del resto de la creación A la motivación de la

creación corresponde en el mismo contexto la motivación del final de los tiempos en orden a la acción actual de

Dios). Como referencia directa al texto de Rom l,20ss, primero hay que entender Sab 13, 5; 14,11 la grandeza y la

belleza de las criaturas permite referirse a su creador, pero los ídolos (-»imagen; -» hombre) resultan abominación

en medio de la creación. Eclo 38,34 dice un poco irónicamente entre líneas que los expertos en su oficio mantienen

la vieja creación (Biblia de Jerusalén [original francés y versión alemana], «sostienen la obra del mundo»), pero no

se esfuerzan lo mismo para lograr la sabiduría Finalmente, esa minusvaloración (de la sabiduría) hace que se

considere imposible el culto a Dios en la vida cotidiana como expresión de la fe en la creación y origina aquella

jerarquía de valores en la piedad contra la que más tarde Jesús se debatió También algunas partes de la creación

buena, eterna, son designados por ktisma, p ej el sueño (3 Mac 5,11), Dios es también el señor del mismo y le hace

venir o irse

5 El uso del sustantivo ktistes, creador, se ciñe a los textos propios de los LXX 2 Sam 22, 32, donde el TM lee

«roca» y sólo los LXX traducen «creador» e Is 43, 15, donde Simaco traduce la forma participial «que yo he

creado» por «creador» (cf asimismo Ecl 12, 1), mientras que los LXX leen «que yo te he descubierto», no

constituyen excepciones

El escaso uso del sustantivo (con 2 Sam 22, 32 e Is 43, 15 según Símaco, sólo 9 veces) apunta a la situación

central de la fe en la creación en los dos siglos anteriores al cristianismo en la profesión de fe de 2 Mac 7, 23 y en la

confesión ante los no judíos en situación de persecución, se invoca al creador del universo (4 Mac 11, 5) En él se

pone la salvación de Israel (2 Mac 1,24 ss) y a él se le deja la decisión en la guerra santa (2 Mac 13,14). La sabiduría

hipostática esta en relación directa mediadora respecto a él (Eclo 24, 8) La vinculación histórica del creador con

Israel ya no aparece en categoría de acción (-> alianza, -> gracia), sino que se expresa a la manera griega,

ontológicamente él es quien, «según su naturaleza, siente con nosotros» (4 Mac 5, 25)

6. La secta de Qumrán introduce asimismo en la doctrina de la creación un dualismo demonológico y

antropológico, a los espíritus de la luz y de las tinieblas los creó Dios y sobre ellos fundamentó toda obra (1QS 3,

25), a los hombres, al mismo tiempo que se les confió el dominio sobre la tierra, se les asignaron los espíritus de la

verdad y de la maldad (1QS 3, 17 s). A ello corresponde, en lo que se refiere a la creación histórica de cada uno de

los hombres, la doctrina de la doble predestinación, asociada a la doctrina de la presciencia, del conocimiento

previo de Dios, antes de que hubiera creado las razas de la eternidad, conocía él sus obras por toda la eternidad

(1QH 1,7 s); él creó al bueno y al impío (1QH 4, 38), a uno determinándolo para el tiempo de la dicha y al otro para

el día de la matanza (1QH 15,14 s 17) Dios creó el aliento para la lengua, conoce sus palabras y determina el fruto

de los labios, antes de que aparezca (1QH 1, 27 s)

En contra de lo que ocurre en Gn 1, este pensamiento dualista hace que el mar y las aguas primeras fueran

creadas directamente y no sólo delimitadas (1QH 1, 13 s) Con el código sacerdotal, 1QM 10, 12 pone de relieve

que Dios creó simultáneamente con la tierra las leyes de su distribución El fundamental y definitivo dominio del

creador sobre los poderes dualísticos es objeto de cánticos de alabanza, en los cuales los justos se ponen del lado

del vencedor (de ahí también la gran cantidad de afirmaciones sobre la creación en los cánticos de alabanza, 1QH),

pues los justos han sido creados para alabar el nombre de Dios («colección de oraciones litúrgicas», 1Q 34,3,1 7).

La idea de la nueva y eterna creación después de la ruina de la antigua pertenece, consiguientemente, al fondo

escatológico de la concepción del justo (1QH 13, 11 s).

Por lo demás, en la secta el matrimonio monógamo se basa —en forma polémica contra la bigamia

patrocinada por el seudoprofeta Zaw— en una interpretación singularísima de Gn 1, 27c («como hombre y mujer

los creó») (CD 4, 21)

7 También en la literatura rabímca se asocia la doctrina de la creación con la de la presciencia y providencia

Allí la providencia de Dios puede darse tanto desde el principio de su acción creadora como establecerse en sí

misma desde antes del principio de la creación (p ej en St -B I, 982, -> Kata/JoAij [katabolé] III, 2)

8 La historia de la fe en la creación en el AT no se esclarece suficientemente por la simple determinación

conceptual de ktízo o de sus derivados y equivalentes Se halla marcada poco mas o menos por las etapas Gn 2-Sal

104-Sal 24-Is 40 ss-Gnl-Sal 33 y literatura histórica y sapiencial deuterocanónica y apócrifa En todas ellas se

encuentra la asociación del testimonio del Dios de Israel como Señor de la creación y como Señor del mundo.

347 (jCTítnc;) Creación

Dicha historia muestra la capacidad de Israel de apropiarse cualquier concepción del mundo y de hacerla servible

para la manifestación del poder creador y del dominio del mundo por parte de su Dios En ello se puede advertir

un desarrollo, cuando, partiendo de la visión antropocéntnca de la creación en la que los límites del mundo

aparecen en el horizonte (Gn 2), acrecienta luego la visión de conjunto en los salmos sobre la creación de antes del

destierro y luego culmina en la fe en la creación apologética y explícita de la época del destierro (cf supra 1 a), la

cual más tarde únicamente experimenta un enriquecimiento material por la meditación en las relaciones

existenciales

Una línea más amplia puede observarse en la fase final y de valoración más bien negativa, según la cual, desde

la unión estrecha de la fe en la alianza en la historia de la salvación y en la creación («la alianza como fundamento

interno de la creación», Gn 2, así como «la creación como fundamento externo de la alianza», Gn 1, según KBarth,

K.D III, 1) se llega en la literatura deuterocanónica y apócrifa a un aislamiento y dominio exclusivo de la fe en la

creación, cuyo fundamento no hay que ver ya en la alianza y que representa una generalización en la visión del

creador y de la creaaón El Señor que se movía en la trascendencia de la historia se convierte en aquel que, en la

creación, determinó el desarrollo conjunto de la historia y que luego la desarrolla; no es ya aquel que sale al quite

de Israel y estará donde y cuando libremente decida (cf. Ex 3, 14 ss)

III 1. Ktízd, crear, y sus derivados aparecen 38 veces en el NT, de ellas el verbo 14

veces y el sustantivo ktísis, creación, 19 veces con los significados mencionados en I, con

la particularidad de que en b) hay que establecer una diferencia entre el conjunto de la

creación y la creatura. Ktísma, lo creado, aparece 4 veces; ktístes, el creador, sólo en 1 Pe 4,

19. El concepto últimamente mencionado se expresa asimismo, correspondiendo a

modismos verbales hebreos, 8 veces a través de una frase de relativo o un participio.

Sin embargo, la utilización de la terminología referente a la creación no queda restringida por nuestro grupo de

palabras; más raras veces se encuentran poieb, hacer, nXáaam [plássb], formar, así como esporádicamente

KatxaKEüáCw [kataskeuazo], preparar (Heb 3, 4), Deixshóoj [themehóo], fundar o poner los fundamentos y

Srtpioopyoc, [demwurgos], artesano, forjador También aparecen otros conceptos como el todo, o todas las cosas, toé

návtx [tá pánta], principio, apyr\ [arené] (utilizado de forma absoluta en Jn 1, 1) o también la enumeración de

cada uno de los espacios creados (cielo, tierra, mar, etc.) y sus habitantes señala la presencia del lenguaje de la fe en

la creación, así como algunas frases que se refieren inmediatamente a procesos creativos (Rom 4, 17) o que repiten

expresiones del relato de la creación (Mt 6, 26a; 2 Cor 4, 6).

El empleo del grupo de palabras ktízd, que se reserva exclusivamente a la acción de

Dios, se reparte de la siguiente manera entre cada uno de los testigos neotestamentarios:

Mt una vez; Me 4 veces; cartas paulinas y deuteropaulinas 22 veces (de ellas: Rom 8 veces;

Ef y Col 4 ó 5 veces; 1 Tim 2 veces); Sant una vez, Heb 2 veces; 1 Pe 2 veces; 2 Pe una vez;

Ap 5 veces.

2. El NT supone la fe en la creación judeo-veterotestamentaria. En este sentido, la

comunidad cristiana vive de las afirmaciones protológicas del AT. Pero el NT recupera

nuevamente la eficiencia histórica de la fe en Dios creador bajo la proclamación del reino

próximo de Dios inaugurado por Cristo (una perícopa clave es la composición del

sermón de la montaña en torno al tema de la prohibición de las preocupaciones, Mt 6,24

ss; cf. espec. v. 33). Aquí reaparece de nuevo el orden profético originario y la necesaria

vinculación de la fe histórico-salvífica del individuo («... primero...») con la consecuente fe

en la creación («...todo eso se os dará por añadidura»; cf. asimismo el orden de las

peticiones 1-3 y 4 en el padrenuestro).

En la predicación y en la actuación del Jesús terreno —en cuanto que el testimonio sobre él aparece a la luz de

la fe pascual—, ios hombres son colocados en la inquebrantable y salvadora confianza en el creador el sábado se

ha hecho para el hombre (syévsto [egéneto], Me 2,27 par); los alimentos no manchan al hombre (Mt 15,11 par), el

ayuno no es adecuado a la presencia de Jesús (Me 2,18 ss par; Mt 11,19), en su servicio, no faltan los medios vitales

necesarios (Le 22, 35), él parte el pan con acción de gracias y así celebra el banquete (relatos de la multiplicación de

los panes y comida pascual) La unidad e indisolubilidad del matrimonio la basa Jesús expresamente en la

creación, en lo que era desde el principio (Me 10, 6 ktísis, el par Mt 19,4 ktízd), la cual se opone al divorcio o a la

Creación {KTÍOIQ) 348

separación que procede del egoísmo y de la dureza del corazón. El no sucumbe a las tentaciones de utilizar

arbitrariamente la creación en contra de la voluntad de Dios (Mt 4, 1-11 par)

En los denominados milagros sobre la naturaleza (milagro de la multiplicación de los panes, el hecho de

caminar sobre el mar y el apaciguamiento de la tormenta) muestra Jesús su dominio sobre la creación. Ellos

provocan la pregunta ¿Quién es éste que ? (Me 4, 41 par) En sus expulsiones de demonios, en sus curaciones de

enfermos y en sus resurrecciones de muertos, en los cuales por lo general se crea una nueva vida mediante su

palabra liberadora, el poder creador de Jesús les sale al quite a los hombres de la creación caída Asi, según la

conclusión (que literalmente no es auténtica) del evangelio de Me, parece que toda la creación está necesitada del

evangelio de Cristo (Me 16, 15)

3. Así pues, es una consecuencia de lo ocurrido en la revelación de Dios en Jesús de

Nazaret el hecho de que la confesión postpascual ensalce al exaltado, al que ahora está a

la diestra de Dios, como el mediador originario de la creación (p. ej. 1 Cor 8, 6; Col 1, 16;

Heb 1, 2.10; Jn 1, 1 ss). Toda la creación ha sido creada por él y en él (Jn 1, 3.9-12); tiene su

base en él (Ap 3, 14), así como su fin (Heb 1, 11 s).

4. Las afirmaciones teológicas sobre la creación de las cartas paulinas se agrupan

en: a) las que se refieren a la primera creación, y b) aquellas que tienen que ver con la

nueva creación, kainé ktísis, comenzada en Cristo. Predominan las últimas y entre ambos

grupos aparecen múltiples relaciones (p. ej. Rom 8,19 ss; 2 Cor 5,17; Gal 6,15 y passim).

a) La adoración y la veneración corresponden únicamente al creador. La creatura

está determinada por el hecho de ser creada. Los límites de la creatura son infranqueables

a partir del hombre. Si se ofrece adoración a las creaturas, Dios entrega a los malvados a

su propia perversidad (Rom 1, 25). El ser invisible de Dios se puede conocer y ver con

toda claridad (cf. Sab 13, 5) a partir de la creación (ktísis) del mundo en sus obras. En eso

todas las creaturas humanas son inexcusables (Rom 1, 20). Pero, por la desobediencia,

todas dejan de hacer uso de esa posibilidad y, por ello, tienen que conformarse con la

libre donación de Dios en la acción salvífica de Jesucristo (Rom 3, 21 ss). Toda creatura

(ktísma) de Dios es buena y no es despreciable nada de lo que Dios creó, tampoco las

comidas, que deben ser tomadas con acción de gracias (1 Tim 4, 3 s, cf. supra 1). Pero la

creación (ktísis, aquí: lo creado), por la soberbia y la tendencia a la rebelión del hombre,

corre el peligro de convertirse en tentación para el hombre, y de separarle del amor de

Dios que se realiza en Cristo (Rom 8, 39). Y puesto que el hombre es la meta de toda la

creación, la existencia de la creación se decide en él. Todas las miradas de la creación no

humana y, con ello, toda la esperanza nostálgica de todo lo creado (ktísis) se dirigen al

hombre. Con él, que sujetó a sí lo creado, está lo creado sujeto a la vanidad y gime y se

angustia presa del dolor (Rom 8, 19a.20.22).

En 1 Cor 11, 9 Pablo —con una llamada sólo en parte justificada a Gn 2, 18— polemiza y pretende todavía

fundamentar la subordinación de la mujer al hombre en el supuesto sentido de la antigua creación, mientras que,

en el pasaje central de Gal 3,28, reconoce la igualdad de rango de los sexos en la unidad de la comunidad de Cristo

b) Así, por causa del hombre, todas las criaturas dependen de que el lugarteniente

de Dios en la creación sea puesto en orden con Dios por una intervención del mismo

Dios. A esto se refiere Rom 8,19b con el tema de la esperanza en la revelación de los hijos

de Dios. Y como a ellos se les ha prometido la adopción como hijos (v. 23c) pero viven

todavía en el cuerpo (v. 23d), existe la esperanza en la revelación definitiva de los hijos de

Dios y asimismo la esperanza en la liberación de todas las criaturas de la esclavitud de la

corrupción (v. 21). La realidad definitiva de la filiación se halla ya fuera del creyente: está

firmemente establecida en Cristo. Se identifica con el amor de Dios (Rom 8, 39). Por eso

Pablo puede hablar aquí y en 2 Cor 5, 17 de la nueva realidad con la mayor certeza: en la

349 {KTÍOIQ) Creación

pertenencia a Cristo se realiza la nueva creación; la vieja creación, que determinaba hasta

ahora al hombre, ha pasado.

En Cristo han quedado abolidos también los antiguos privilegios, con los cuales los

hombres levantan barreras entre sí (la circuncisión y la incircuncisión); sólo vale la

pertenencia a él: la nueva creación. El pasado ha sido borrado por la cruz de Cristo de tal

manera que ni el mundo, como síntesis de la antigua creación, puede elevar ninguna

pretensión respecto a Cristo, ni, por el contrario, el cristiano puede vivir de él; ambos

están muertos uno para el otro (Gal 6, 15 s).

De una manera semejante entiende Ef 2,15 la eliminación de la diferencia fundamental

en la humanidad —entre pueblo de Dios y no-pueblo de Dios, entre judíos y no

judíos— por medio de Cristo como la pacificación decisiva y como la creación de un

hombre nuevo en Cristo, el cual se halla ahora por todos ante Dios. Es así, con ese

concepto y esa expresión de hombre nuevo, como en las deuteropaulinas se denomina

preferentemente el resultado de la nueva creación. Su ser ha de entenderse sola y

exclusivamente, a partir de la acción creadora de Dios en Cristo, como suya obra (Ef 2,

10). El hombre nuevo puede revestirse como de un nuevo yo, que no tiene nada que ver

con el de antes. Así como el de antes se caracterizaba por obras que destruían la

comunión con Dios y con los hombres, así el nuevo se caracteriza por el nuevo

conocimiento que adquiere partiendo de la voluntad de Dios, de forma que ahora de

hecho puede ser imagen de su creador (aquí una perífrasis en una oración de relativo)

mediante obras de amor al prójimo (Col 3, 10-12). El «ser-creado-según-Dios» (Ef 4, 24)

del hombre nuevo significa, por tanto: ser creado en correspondencia con él, admitir su

juicio gracioso sobre nosotros (en justicia), ser escogido para su servicio (en santidad) y

vivir de aquel que es la verdad, Cristo (en la verdad). El empeño de autoafirmación del

hombre por las obras, incluso por las buenas obras, pertenece a la esfera del hombre

viejo; y sin embargo es ahora, justamente ahora cuando surgen por primera vez las

buenas -» obras: Dios no sólo creó el hombre nuevo, sino que le creó para las buenas

obras, que él mismo le ha preparado, para que el hombre supiese caminar en ellas a lo

largo de su vida (Ef 2, 10).

5. Las pocas afirmaciones de las cartas católicas sobre la concepción de la antigua y

nueva creación no se diferencian en su estilo de las paulinas. Los cristianos son primicias

de sus criaturas, puesto que ellos han nacido «por la palabra de la verdad», por

consiguiente, han vuelto a nacer (Sant 1, 18; la interpretación soteriológica ha de

preferirse a la cosmológica). En Heb se subraya asimismo la eterna validez del poder

creador de Dios, que incluye el conocimiento ilimitado de todas las creaturas y el deber

que tienen éstas de rendir cuentas ante él (Heb 4, 13; cf. Rom 1, 20b; Ap 4, 11; 5, 13); se

insiste también en la infinita superioridad de la nueva alianza sobre la antigua (Heb 9,11:

el lugar de culto de la antigua alianza pertenece a ésta, es decir, a este mundo creado: ha

sido hecho por manos humanas. Pero el lugar de culto del único sumo sacerdote del cielo

no está sometido a tal condición). 1 Pe fundamenta la capacidad de los cristianos, o sea,

de los que padecen según la voluntad de Dios, en que practiquen el bien, poniéndose así

en manos del creador, que es fiel (1 Pe 4, 19).

Se discute la interpretación de ktisis en 1 Pe 2, 13 Para evitar la chocante subordinación con respecto «a toda

creatura humana», lo cual equivaldría a una divinización de la creatura, se ha propuesto la traducción «a toda

institución humana» o bien, en lugar de ktíseí, se ha pretendido leer kriseí, juicio Pero esa subordinación se halla

relativizada por el hecho de que no se verifica ni por razón de la criatura ni por sí misma, sino por el Señor. Asi esta

subordinación se entiende como un signo de libertad, que tiene sus límites en cuanto que sigue estando sometida a

Dios.

Creación (KTÍOIQ) 350

2 Pe 3, 4 defiende la esperanza cristiana en la nueva venida del Señor contra algunas

gentes que afirmaban que «todo sigue como desde el principio de la creación» para

justificar su propia seguridad.

6. El lenguaje del Apocalipsis expresa, en una visible anticipación del ésjaton, a

través de himnos y de liturgias celestes, lo que tiene ahora vigencia en la fe y luego valdrá,

de una forma objetiva, final y eterna para todos: el que se sienta sobre el trono es digno de

recibir la gloria, el honor y la fuerza por haber creado el universo: por designio tuyo fue

creado y existe (4, 11). No sólo a él, sino también al cordero (imagen del crucificado y

exaltado), se le atribuye esa adoración por parte de cada criatura (ktísma) (5, 13). La

alabanza parte del cielo y abarca al mismo tiempo, en círculos concéntricos, a la tierra, al

espacio que hay debajo de la tierra y al mar con los vivientes que hay en ellos (cf.

WFoerster, ThWb III, 1030). El cielo, junto con todos los que viven en él, es aquí (lo

mismo que en 10, 6) creado, pero como ámbito central de la adoración a Dios que es, se

halla evidentemente elevado sobre la tierra y el mar. Es de terrible actualidad la visión de

la muerte de un tercio de las creaturas (ktísmata) del mar por un volcán arrojado al mar

(8, 8 s). El Apocalipsis da testimonio de la acción re-creadora de Dios que, partiendo del

individuo, se extiende por todo el mundo (la re-creación o nueva creación del cosmos en

21, 1 ss). Pero para ello no utiliza ktizo, sino poiéo, hacer (21, 5; -» obra, art. noiéco

[poiéó]).

H.-H. Esser

PARA LA PRAXIS PASTORAL

A partir de la Ilustración el problema de la fe en la creación se plantea fundamentalmente

como el problema de la vinculación y de la libertad de esta fe con respecto a la

imagen del mundo. Sin embargo, en última instancia, se trata de un problema antropológico:

el del reconocimiento de un condicionamiento originario del hombre.

La principal dificultad de la predicación, tanto en este ámbito de la fe en la creación

como en el de la escatología, radica en que las teologías oficiales de escuela, conformes

con la manera de pensar del secularismo, han cedido cada vez más la competencia en

ambos campos a los especialistas en ciencias naturales y a los futurólogos respectivamente.

Raramente se formulan preguntas sobre los presupuestos hermenéuticos y científicoteóricos

de esos especialistas, y sin embargo se cree en los resultados de sus trabajos,

apenas demostrables para los no especialistas, con tanta mayor fuerza, cuanto más

fácilmente se consideran como definitivos. Ciertamente, cuanto más provisional les

resulta a los más importantes científicos incluso cualquier tentativa de hacerse una

imagen cosmogónica o cosmológica del mundo (en el caso de que se aventuren a ello),

tanto más indispensable parece, paradójicamente, para el secularismo poder mostrar esa

imagen como visión del mundo. El mundo es presentado como suficiente en sí mismo, «la

realidad» como asegurada empírico-estadísticamente, y por ello explicable y manipulable

bajo todos los aspectos, y asimismo cerrada herméticamente contra sorpresas de tipo

contingente y con ello también contra el Dios viviente (cf. AELoen, loe. cit.).

En vista de tal comprensión de las cosas, hay que acometer la cuestión inicial de la

vinculación y de la libertad de la fe en la creación con respecto a la imagen del

mundo: 1) desde el interior de la Biblia y 2) haciendo, a partir de ahí, un esfuerzo

hermenéutico con miras a la praxis pastoral.

351 Creación

En el primer aspecto, se habría conseguido mucho si se hubiera podido dejar claro en

los textos bíblicos que la fe bíblica en Dios creador no se halla vinculada a ninguna

concepción del mundo determinada, que más bien puede aceptar cualquier concepción

del mundo y, de hecho, se ha apropiado de diversas concepciones del mundo (p ej en el

intervalo de 500 años se esforzó por conseguir el mejor cienüfismo contemporáneo y el

mejor acoplamiento religioso [Gn 2], como, luego, en la de una región de inundaciones

como Babilonia [Gn 6-9] Precisamente ese acoplamiento religioso debió de someterse a

la desmitologización posterior por parte de los que escribieron el código sacerdotal [cf. p.

ej Gn 1, 14]). Asimismo merece toda nuestra atención el hecho de que las distintas

concepciones del mundo incorporadas en las afirmaciones de fe en la creación, los

últimos redactores no las considerasen como reñidas y excluyéndose mutuamente, sino

que más bien las conservasen una junto a la otra.

De ahí se deducen dos consecuencias en primer lugar, que no hay que imponer a

ninguna época como algo normativo para hoy el contenido material de una imagen del

mundo vigente en otro tiempo como expresión de la fe en la creación, y, en segundo lugar,

que existe la libertad y el deber de apropiarse de una imagen del mundo lo mejor probada

que se pueda, que sirva para testimoniar lo que la Biblia nos dice de Dios como creador

de todas las cosas Inmutable en sí, permanece únicamente el continuum de la profesión de

fe «Creo que Dios me ha creado juntamente con las demás creaturas conocidas y

desconocidas» Expresar el cómo ocurrió esto puede cambiar en relación con la concepción

del mundo (Podríamos decir que este enfoque es patrimonio común de la generación

joven, tanto en el ámbito protestante como en el católico, sin que eso haya

conducido a un relativismo epistemológico general)

Pasamos, pues, a enfrentarnos con el segundo aspecto de la cuestión la necesidad de

poner los conocimientos actuales sobre la concepción del mundo al servicio de la fe en la

creación Para eso se requiere la colaboración de los expertos en ciencias naturales y de

los teólogos, de los interesados en la concepción del mundo y de los creyentes en todos

los campos de su actividad y de su vida, incluso a nivel personal Solamente así podrá

estar presente interna y externamente la comunidad de Cristo al hombre de hoy,

amenazado ideológicamente y realmente «unidimensional». Aquí las teorías de la explosión

originaria, de la expansión del universo o de la evolución, que aun tiene vigencia

científica, no son impedimentos sino medios para el testimonio y la profesión de fe La

ciencia de la naturaleza no mostrará el camino de la fe y del pensamiento al que

presupone la explosión primitiva, pero tampoco se lo debería impedir La fe cristiana

deberá señalar que no ha adquirido el acceso al conocimiento del creador por los medios

de la ciencia de la naturaleza Sin embargo, el común denominador capaz de dejar a

ambas tranquilas no puede ser la «imposibilidad de objetivar» los niveles más elevados

del conocimiento, sino que más bien ha de consistir en el intercambio y el ofrecimiento de

sus conocimientos a la inteligencia y a la fe, para que la vida se entienda como

condicionada y regalada y se acredite como agradecida En esta línea, toda celebración

litúrgica cristiana es «información» sobre la supremacía y la solidaridad del Padre de

Jesucristo, creador de todas las cosas, pero él necesita asimismo de la información sobre

todo el conocimiento que nos ha sobrevenido en el dominio del universo, asi como

necesita del motivo concreto de nuestra admiración reverencial y del impulso actual de

nuestra misión delegada y responsable en la creación

La confesión de Dios como creador mantiene viva, frente a todas las criaturas

humanas, la cuestión sobre los últimos presupuestos de la propia acción, por lo que se

refiere tanto a la propia aptitud y capacidad como al material manejable de la propia

personalidad Tal fe en la creación surge hoy, lo mismo que en otros tiempos, de la

autodonación de Dios en Jesucristo a través de su palabra y de su espíritu Sólo en esta

Para la praxis pastoral 352

libre autodonación el interrogante que existe desde el origen del hombre sobre el de

dónde viene y el a dónde va pierde su angustioso apremio y puede ser examinado con

libertad. Así el creyente no se ve entregado a la naturaleza que obedece a sus propias leyes

o a una historia sin sentido, sino que tiene la conciencia de no tropezar en su principio y

en su fin sino con aquel que en medio de la historia le ama sin medida. Y así la fe en la

creación es, lo mismo que la fe en el futuro de Jesucristo, expresión de una libertad

mantenida y de una esperanza que se ha hecho posible.

H.-H. Esser

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