Redentor
DJN


SUMARIO:
1. El Antiguo Testamento: a) La Biblia hebrea; b) La Biblia griega. - 2. La literatura judía apócrifa. - 3. El Nuevo Testamento. 3.1. El primer grupo de términos. 3.2. El segundo grupo de términos.


La Redención es el acontecimiento por excelencia de la Nueva Alianza. Jesucristo ha sellado con su sangre los pecados de todos los hombres y para todos los tiempos y ese mismo hecho manifiesta explícitamente para los cristianos el eje fundamental de la historia. Jesucristo esasí el redentor que nos rescata, es decir, es el verdadero garante de nuestra salvación.

Ciertamente la salvación expresa la provisión divina para nuestra pobre situación humana, carente de plenitud y por tanto fragmentaria y sobre todo, pecadora. Un grupo de palabras define el alcance que contiene en los evangelios, donde se describen los hechos y dichos del Señor Jesús, manifestando los efectos de su ministerio de amor por todos los hombres.

Es evidente que para explicitar el hecho de la redención los autores neotestamentarios acudieron al Antiguo Testamento, donde los patrones literarios, los procedimientos, las técnicas y reglas, son los recursos y métodos empleados por los hagiógrafos para desentrañar en la medida de lo posible, los hechos narrados, las historias, donde Dios se muestra como el garante y protagonista de la redención, sobre todo, en la narrativa, en los cuerpos legales, así como en las historias recontadas y en la literatura sálmica de Israel. Los términos a los que nos referimos son go'el (redentor), pdh (redimir), ga'I (redimir), pdúyím (redención), pdút (redención), pdióm pdin (el precio de la redención) que la versión griega de los LXX traduce de distintas maneras como enseguida veremos.

Dos grupos de palabras se encuentran en el Nuevo Testamento para explicitar el contenido de la salvación como redención. El primer grupo está formado por los siguientes términos griegos: apolytrosis (redención), lytrosis (redención), lytrotes (redentor), lytron (rescate), antilytron (rescate), lytroo (dejar en libertad por el pago de un rescate, liberar, redimir, rescatar). El segundo grupo está constituido por otros términos, también en lengua griega: agorazo y exagorazo.

Los aspectos que enseguida tratamos son los siguientes: En primer lugar, el uso de la terminología en el Antiguo Testamento, tanto en la Biblia hebrea, como en la Biblia griega. En segundo lugar analizamos el uso del sustantivo apolutrosis en la literatura judía apócrifa, en Flavio Josefo y en Filón. En tercer lugar observamos algunos lugares de la Nueva Alianza, conscientes de que la vinculación que tienen, no son de una derivación sin más del mundo helenístico, sino de los antecedentes del concepto neotestamentario de redención tanto en el Antiguo Testamento, como del judaísmo, como acabamos de afirmar.

1. El Antiguo Testamento

Para explicar la terminología veterotestamentaria del concepto "redención" acudimos tanto al texto hebreo, como a la versión griega de los LXX. Son, pues, dos maneras de conocer el significado de los términos en aras a contemplar su ulterior desarrollo en el dinamismo de la tradición bíblica.

a) La Biblia hebrea

El texto hebreo del Antiguo Testamento contiene una serie de términos que clasificamos, atendiendo al nombre y al verbo. Por lo que respecta al nombre la Vieja Alianza usa el sustantivo go'el (redentor) que aparece 44 veces. El sustantivo conlleva dos significados fundamentales: en primer lugar designa el responsable de la acción legal, como función o deber, en el acto o después. En segundo lugar tiene un sentido figurado, en cuanto que responde a un título o predicado divino. Esto lo afirmamos porque se predica de Dios, el Señor es el que actúa como "rescatador" en el jubileo o porque su acción liberadora se concibe en términos de la institución legal del rescate; YHWH es solidario con su pueblo.

Este sentido es el que nos interesa para nuestro propósito, pues estamos seguros de que los autores neotestamentarios tomaron algunos patrones literarios para explicar y aplicar a Cristo el concepto de "redentor", de la Nueva Alianza, dándole evidentemente un nuevo alcance. Este procedimiento actualizador realizado por los hagiógrafos del Nuevo Testamento, no es una manera ficticia de interpretarlos pasajes referidos al Señor, sino de concebir la Escritura como experiencia, método y acontecimiento, e interpretarla adecuándola a la realidad. Esta experiencia es releída a la luz de la fe de un pueblo que se funda a partir del Éxodo y vive una nueva perspectiva que cristaliza en la Alianza. El Antiguo Testamento era para los autores del Nuevo la primera Biblia cristiana y a ella se referían para explicitar el acontecimiento salvador, manifestado en la obra y en la persona de Jesús de Nazaret. Más aún, debían explicar en su medio, no sólo el hecho de la humanidad de Cristo, en virtud de su Encarnación, sino a través de una serie de técnicas y procedimientos, tratar de dilucidar y hacer evidente a los cristianos de aquella hora su divinidad. Jesucristo es así la manifestación plena de Dios, en la nueva era escatológica, constituyéndose en el redentor del hombre.

Existen en la Biblia hebrea otros sustantivos: pdúytm (redención) se repite cinco veces y metonímicamente expresa "el precio de la redención" (Nm 3, 46. 48). Otra expresión es pdút (redención), en sentido lato significa también "liberación", "salvación" (Is 50, 2; Sal 111, 9; 130, 7).

Y también la palabra ge'ulla significa rescate, recobro, recuperación. Se trata de una acción legal (Lv 25, 26; Rut 4, 7), el derecho (Lv 25, 29. 31. 32. 48; Rut 4, 6), la obligación (Ez 11, 15).

En cuanto al verbo existen dos verbos hebreos que manifiestan claramente, la idea de la redención: ga'al y padah. El verbo ga'al (redimir) se repite 46 veces en la Antigua Alianza y contiene dos acepciones fundamentales, una en sentido propio "una acción legal por la que un responsable, pariente o sustituto, recobra bienes enajenados, libera cautivos, venga asesinatos", es decir, se basa en el sentido de la solidaridad. En lengua española no existe ningún verbo que corresponda a la pluralidad de aspectos del verbo hebreo y hemos de elegir el aspecto que convenga según los casos: rescatar, redimir, recobrar, recuperar, reclamar, responder de/por, salir por. La presencia reiterada en castellano del morfema re, que responde a un sema del original indica que se restablece una situación jurídica perturbada.

La otra acepción es sentido figurado y consiste en manifestar por parte de Dios su cualidad como redentor, rescatador de su pueblo, como ya hemos indicado más arriba al hablar del go' el.

El verbo padah significa también "redimir". En la forma qal tiene dos sentidos: 1) Rescatar con un precio (Ex 13, 13; Lv 27, 27; Nm 18, 15; Sal 49, 8). 2) Defender la libertad de alguien, liberar, guardar de la esclavitud, del exilio, de los peligros, de la miseria. Ese sentido de liberar conlleva la liberación por parte del Señor de Israel de Egipto.

b) La Biblia griega

Los escritores veterotestamentarios de la Biblia griega tradujeron una serie de palabras hebreas para significar el hecho redentor. Así el verbo agorazo (comprar). Este verbo se repite en la versión de los LXX 24 veces y traduce los verbos hebreos sabar (comprar trigo), qanah (adquirir, redimir, poseer), halaq (dividir, ser distribuido), lagah (tomar, coger, capturar).

El verbo compuesto de agorazo, es decir, el verbo exagorazo (redimir) sí expresa de manera concreta el concepto del redentor.

Hay otros términos griegos que expresan la idea de la redención y del redentor y que necesariamente son el origen de la terminología en la Nueva Alianza, nos referimos al primer grupo de palabras. Así apolytroun (redimir) expresa la traducción de dos verbos hebreos: na'al y padah, en forma hiphil y niphal (Ex 21, 8; Zc 3, 1). Mientras que el término apolytrosis se encuentra presente en un solo pasaje (Dn 4, 32) y en este lugar manifiesta el tiempo de la liberación.

El término lytron (rescate) traduce una serie de términos hebreos, como ne'ulah, nahal, kopher, mhir, pidiyon, padah, phdúy, pidyóm en diecinueve pasajes, todos presentes en la Biblia griega. La palabra antilytron (rescate), aparece sólo en una ocasión en el libro de los Salmos (Sal 48, 9). Sin embargo el verbo lytroun (redimir) se repite en ciento seis ocasiones y traduce los verbos hebreos na'al en sus formas qal y niphal; árap, padah, en qal y niphal; palet, phasah, paraq, qanah, sanab, sezib. Mientras que el sustantivo lytrotes (redentor) se repite en el libro de los Salmos en dos ocasiones (Sal 18, 14; 77, 35). El nombre lytrosis (redención) es una traducción de los términos hebreos ne'-u/ah, ne'u1Pm, padah, piyón, pidút.

También en los LXX aparece el verbo ryomai (salvar, rescatar) ligado con todo el vocabulario que acabamos de explicitar. Este verbo se repite ciento ochenta y ocho veces, traduciendo a una serie de verbos hebreos que indican el matiz teológico de la redención bajo el poder salvífico de Dios. El verbo ryomai traduce con mucha frecuencia el verbo hebreo nsl (liberar) en ochenta y una ocasión y dos de ellas en la conjugación aramea afel, y cuatro veces en la forma niphal. También traduce doce veces g' 1 (rescatar), plt en la forma piel diez veces, en un sentido intensivo de rescatar. Así como traduce también a ys"(salvar) que es traducido en siete ocasiones de la forma hiphil. Otras, es traducido seis veces del verbo mlt en piel y dos veces en la forma niphal.

El verbo adquiere su carácter de salvación ligado con dos términos apolutrosis (redención) y eleutheria (liberación) en la Nueva Alianza.

2. La literatura judía apócrifa

Los escritos no canónicos pueden arrojar mucha luz a la hora de delimitar los conceptos del Antiguo y del Nuevo Testamento. Esta literatura nace en la mayoría de los casos al mismo tiempo que la literatura canónica. Este conjunto de obras judías fueron escritas en el período comprendido entre el año 200 a. d. C. y el 200 d. C., obras pretendidamente inspiradas y referidas, ya sea como autor o como interlocutor, a personajes del Antiguo Testamento.

El Testamento de Lela" menciona el término "redención" en uno de los pasajes de que se compone esta obra. Así leemos: "Estarás cerca del Señor, serás su servidor, anunciarás los misterios a los hombres y proclamarás la redención futura de Israel" (TestLev 2, 10).

También el historiador judío Flavio Josefo (37 d. C. - inicios del s. II) era un judío palestino, fariseo y escribe la historia de su pueblo en la lengua, manera y costumbres de los historiadores de la gentilidad. La impronta de su obra radica en que es contemporánea con los escritos neotestamentarios. Escribe cuatro obras importantes: "La guerra de los judíos", escrita en arameo, su lengua materna. Su propia "Autobiografía" y "Contra los griegos o sobre la Antigüedad de los judíos", que también se denomina "Contra Apio". Flavio Josefo también escribió "Las Antigüedades judaicas", donde menciona el término "redención" (Ant XII, 27. 28. 33. 46; Bell. I, 274. 384).

Filón (20 a. C.- 47d. C.), judío de Alejandría, puso antes que el cristianismo la primera piedra de la exégesis. Sigue la línea de pensamiento del platonismo y del estoicismo y descubre tras el sentido literal de la Escritura Santa, el sentido espiritual, es decir, el sentido profundo. En dos de sus obras también refiere el término redención (Congr 109; Quod omnis Probus, 114). Aunque Filón sigue el uso lingüístico de los LXX y usa especialmente los términos "redención" y "medio de salvación".

3. El Nuevo Testamento

1.1. El primer grupo de términos

a) El sustantivo lytron (rescate).Los sustantivos formados por la raíz /yo y la terminación tron designan un instrumento, una varilla, un látigo, etc. Los compuestos más recientes, posteriores a Homero, entienden el término por lo general, como una prestación, paga para la educación,recompensa por una notificación, precio por una enseñanza. No es usado por Homero, sí en cambio por Herodoto y en los trágicos de la literatura griega, así como en los epígrafes y en los papiros. Se usa en plural porque para el rescate se requiere una suma de dinero. Por eso lytron es el precio del rescate, para liberar a un prisionero de guerra, a un esclavo, o bien para perdonar una trampa. En el uso litúrgico raramente se entiende como el precio del rescate ofrecido a la divinidad para la liberación de un hombre caído en su poder. Se encuentra también con el significado de "expiación", "multa".

Los sinópticos describen el precio del rescate (lytron) de manera diferente, al menos, tanto San Marcos (Mc 10, 45), como San Mateo (Mt 20, 28) difieren de San Lucas (Lc 22, 24-27). Los dos primeros ponen en boca de Jesús, la explicación de su muerte (Marcos) y el precio del rescate (Mateo), mientras que San Lucas habla sobre el servicio.

San Marcos hablando de Jesús, como Hijo del Hombre explica su obra, como servicio en neta oposición a la soberanía del mundo. Este servicio se cumple en el don que El hace de sí mismo, como una obediencia libre a Dios. Por eso San Marcos describe la universalidad de la muerte de Cristo, a favor de todos los hombres (Mc 14, 24) que tiene una estrecha relación con la sangre de la Alianza, derramada por muchos de San Mateo (Mt 26, 28). Mientras que San Lucas y San Pablo hacen presente el hecho de la muerte de Jesús a favor de muchos, toca personalmente y directamente a las personas presentes (Lc 22, 19. 20; 1 Cor 11, 23).

b) El sustantivo antilytron (rescate) y el verbo lytroo (redimir, liberar mediante el precio del rescate).

1) El sustantivo antilytron (rescate).El término antilytron no se encuentra en la Biblia griega y el sustantivo equivale a lytron. El nombre compuesto se debe al gusto del griego helenístico. La palabra antilytron sólo se encuentra en un pasaje de la Primera Carta de San Pablo a Timoteo: "Cristo Jesús se ha dado a sí mismo cual rescate por todos" (1 Tim 2, 6). El apóstol San Pablo reitera en este pasaje la realidad de la redención llevada a cabo por Cristo, según el testimonio de la tradición de San Marcos y San Mateo (Mc 10, 45; Mt 20, 28).

2) El verbo lytroo (redimir). Este verbo es muy importante para nuestro propósito, sobre todo en aras de delimitar el concepto de redención y llegar a constatar tres connotaciones importantes, a saber: su significado, el uso en el judaísmo y sobre todo cómo es interpretado por los autores neotestamentarios en algunos lugares.

a). Su significado. El verbo lytroo significa liberar mediante precio de rescate. En su forma activa expresa a "aquel que debe poner en libertad un prisionero de guerra". Puede también designar la acción de "aquel que paga el precio del rescate", por lo tanto puede "volver a uno libre", pagando el precio del rescate. El verbo en la voz media expresa "volver libre a uno" en base al precio del rescate. Mientras que el verbo en pasiva manifiesta "ser rescatado", "puesto en libertad" mediante el precio del rescate.

b) El uso en el judaísmo. El uso lingüístico del tardo judaísmo rabínico a lytroo corresponde los verbos ga'al y padah, usados en el sentido de redimir. Pero en el tardo judaísmo la redención se refiere a la redención del pueblo de Israel, para que éste sea liberado del dominio de los pueblos paganos. También se refiere la redención en relación con la salida de Egipto, pero sobre todo, con una serie de liberaciones acontecidas en el devenir de la historia judaica. La redención final sucederá a través del Mesías. De esta redención habla la séptima bendición del Shemoneh Esré: "Roca de Israel... libera (pdh) según tu palabra a Judá e Israel, redime (g'Q... Alabado seas tú, Señor, redentor de Israel".

c) El uso del verbo lytroo en el Nuevo Testamento. El verbo lytroo aparece en los escritos neotestamentarios en la voz media (Lc 24, 21; Tit 2, 14) y, en otro pasajeen voz pasiva (1 Ped 1, 18), para expresar la redención, tanto por parte de Dios como de Jesús. Sus significados fundamentales son "franquear", "poner en libertad" y "rescatar" y designa, en el mismo sentido de los LXX, la acción salvífica de Dios o de Jesús.

1) Los sustantivos lytrosis, lytrotes, apolytrosis en el Nuevo Testamento. El uso de estos sustantivos (redención, redentor, redención) en el Nuevo Testamento, viene unas veces determinado por el verbo lytroo y otras veces emparentado con él. Es preciso pues, examinar los lugares en los que recurre tanto los términos lytrosis, lytrotes, apolytrosis, para encontrar el sentido más aproximado de la redención y contemplar toda la teología subyacente en los lugares neotestamentarios, con el fin de percibir el verdadero significado y el alcance de estos términos y las consecuencias que tienen para un comportamiento cristiano.

2) El sustantivo lytrosis (redención). El Nuevo Testamento contempla la gracia y amor divino en la espera de la redención de Israel (Lc 1, 68; 2, 38) que libera de los enemigos (Lc 1, 71), donde no se piensa en el precio de un rescate, sino en el redentor (Lc 24, 21), como más arriba hemos indicado.

3) El nombre lytrotes (redentor). Es el nombre del agente del verbo lytroo y su significado es redentor y se encuentra en un pasaje del libro de los Hechos de los Apóstoles, donde Esteban durante su intervención ante el Sumo Sacerdote afirmó: "A este Moisés... envió Dios como jefe y redentor por mano del ángel que se le apareció en la zarza" (Hech 7, 35). Es decir, Moisés es redentor en cuanto enviado por el mismo Dios, libera a Israel de Egipto. Se constituye así en mediador, pero ni en este pasaje de Hechos, ni en los Salmos (Sal 18, 15; 77, 35) se habla del precio del rescate.

4) El sustantivo apolytrosis (redención). El sustantivo apolytrosis, emparentado con este verbo, si se encuentra diez veces en el Nuevo Testamento (Lc 21, 28; Rom 3, 24; 8, 23; 1 Cor 1, 30; Ef 1, 7. 14; 4, 30; Col 1, 14; Hb 9, 15; 11, 35). Tanto en el tercer Evangelio como en la Carta a los Hebreos, el sustantivo recorre indistintamente con los términos lytrosis o apolytrosis, mientras que el apóstol San Pablo sólo usa apolytrosis.

2. El segundo grupo de términos

Este segundo grupo de términos está constituido fundamentalmente por los verbos agorazo y exagorazo (comprar). También hay otros términos pertenecientes a esta constelación semántica que configura y engloba el término redención como los verbos ruomai (liberar) y eleutheroumai (ser libre), como también el verbo sozo (salvar) y los sustantivos katallage (reconciliación) y dikaiosyne (justificación).

a) El verbo agorazo (comprar). El verbo agorazo se repite treinta y una vez en los escritos neotestamentarios. Su significado es "comprar", que a su vez procede de la palabra griega agora (mercado). En los escritos neotestamentarios es una palabra frecuente e indica las relaciones comerciales. No se trata ahora de elencar todos y cada uno de los lugares de la Nueva Alianza, pero sí es necesario enumerar fuera de los relatos evangélicos, la semántica que tiene este verbo, sobre todo, en los escritos paulinos, en la segunda carta de San Pedro y en el Apocalipsis de San Juan.

1) Los escritos paulinos. San Pablo cita el verbo agorazo (comprar) en tres lugares de la Primera Carta a los de Corinto (1 Cor 6, 20; 7, 23. 30). El motivo de estos pasajes, es responder a cuestiones suscitadas en la comunidad que constituían comportamientos y actitudes, algunos de los cuales eran contrarios a la vivencia del Evangelio.

2) La Segunda Carta de San Pedro. El autor de la segunda Carta de San Pedro presenta a los falsos profetas, junto a los falsos maestros que crean en la comunidad la oposición al espíritu cristiano. Losfalsos maestros introducen doctrinas erróneas que llevan a la comunidad a una actitud negativa. El texto dice así: "Hubo también falsos profetas en el pueblo, como también entre vosotros habrá falsos maestros, que introducirán encubiertamente opiniones perniciosas, y negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos rápida perdición" (2 Ped 2, 1). Los falsos maestros inducen a los cristianos a negar a Cristo, el redentor que los rescató de la esclavitud del pecado. La negación de Cristo se lleva a cabo a través una moral cristiana laxa, sobre todo, porque algunos miembros de la comunidad conducen a otros a la perdición. La forma explícita con la que el autor llama la atención a la comunidad es precisamente a través de recordar y releer en la historia de Israel, la existencia de profetas falsos, aquellos que abocaban al pueblo a la infidelidad de otras divinidades que no eran el Señor. Negar a Aquel que libera a los hombres es contradecir de mil maneras el mensaje de Cristo, verdadero redentor del hombre. El cristiano no puede dejarse embaucar por las enseñanzas de aquellos que exagerando sus desviaciones, fustigan a los demás al desenfreno de la mentira y a una moral de apariencias con todas las consecuencias que ello acarrea para la vida cristiana.

3) El libro del Apocalipsis. El Apocalíptico presenta la obra del Cordero (Cristo) realizador de la salvación y por lo tanto el que compra y adquiere a los hombres, constituyéndolos en pueblo de su propiedad. Es obvio que el Cordero es motivo de lectura, pues la palabra arníon (cordero) se repite veintinueve veces a lo largo del libro. El verbo agorazo (comprar) presente en seis pasajes, manifiesta la obra de la redención llevada a cabo por el Cordero.

b) El verbo exagorazo (redimir, rescatar, aprovechar lo mejor posible). El verbo exagorazo se encuentra una sola vez en la versión griega de los LXX (Dn 2, 8) con el complemento kairon en el sentido de ahorrar tiempo. También se encuentra en la literatura profana, pero de una manera rara (Diod. S. 362). El sentido sin embargo es claro: "tirar fuera de, comprando", "liberar a precio de dinero", "rescatar". Fuera del cristianismo el verbo no se usa para expresar la terminología cultual. Sabemos que no se encuentra en los escritos de Flavio Josefo, porque los judíos, ven en el sufrimiento del justo un medio de expiación, pero no comprenden que el dolor y el sufrimiento pueden constituir los instrumentos del rescate. El Nuevo Testamento acentúa el sacrificio redentor de Cristo mediante el uso de este verbo en cuatro lugares solamente (Gál 3, 13; 4, 5; Ef 5, 16; Col 4, 5). --> redención; pasión y muerte; sacrificio; siervo.

BIBL. -J. VÍLCHEZ LÍNDEZ, Rut y Ester, Estella 1998, 149-155; F. BücHEL, 2LDTpov GLNT IV, 916-942; ÍDEM, ayop4w, gayo paCca GLNT I, 337-344; IDEM, 1vtpwaup, XDTpwtsltp, awtoXvtpooYtp GLNT IV, 949-962; K. KERTELGE, 7vvTpov, av iytpov, 7urpootat, ? rpo osp, Á.DTpwTT (p en: H. BALZ / G. SCHNEIDER (eds.), Diccionario Exegético del Nuevo Testamento II, 95-101.

Antonio Llamas