Pascua cristiana y Jesús
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La Pascua judía en tiempos de Jesús es la conmemoración y actualización de la liberación egipcia por medio del sacrificio ritual del cordero pascual y la celebración de la consiguiente cena como memorial y presencia del hecho.

Partiendo de esta concepción básica, lo realmente importante en cuanto a la concepción de la Pascua cristiana no son consideraciones más o menos teóricas sobre la significación de esta fiesta en el judaísmo de tiempo de Jesús, sino la dimensión liberadora de la muerte y resurrección de Jesús, en paralelo con el significado básico de la Pascua, y su celebración y actualización en la Eucaristía. Desde el punto de vista teológico sobre todo, es la Nueva Pascua, que la iglesia primitiva celebra en memoria de Jesús, especialmente de su muerte y resurrección.

Salvación, redención

Lo que de particular aporta esta consideración de los por eso mismo llamados acontecimientos pascuales, muerte y resurrección de Jesús, podría ser esto: la Pascua judía representa una cierta actualización a lo largo del tiempo de los acontecimientos liberadores fundantes del pueblo y religión de Israel mediante una comida sagrada y con una víctima especial; es la vivencia renovada de la irrupción liberadora de la acción divina. Concebir la muerte y resurrección de Jesús como Nueva Pascua es un modo, prolongando la tradición judía, de destacar la nueva acción liberadora y salvadora de Dios en su Hijo, conmemorada y actualizada también en una comida en la que el protagonista es el Nuevo Cordero de Dios.

Es obvio, pues, que este modo de presentar los sucesos centrales del misterio de Jesús implica familiaridad con la tradición judía de la Pascua. Hay otras formas de presentar lo mismo, pero ésta tiene sus puntos positivos y ha obtenido gran éxito en la tradición cristiana, sobre todo en la liturgia.

Federico Pastor