Mediador
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SUMARIO: 1. Terminología: La lengua hebrea; La lengua griega. - 2. El concepto en el uso israeliticojudío: El antiguo testamento; El judaísmo helenístico. - 3. El término fuera del ámbito bíblico. - 4. La mediación en el antiguo testamento: El mediador divino, Los mediadores humanos; La persona del rey; Moisés; El siervo de Yhwh. - 5. La mediaci'n en el judaísmo: El judaísmo rabínico; El judaísmo griego. - 6. El concepto de mediador en el nuevo testamento: El uso de los vocablos; El análisis de los textos; La carta a los Gálatas; La carta a los Hebreos.


1. Terminología

- La lengua hebrea. La mediación es una de las características fundamentales de toda religión. La unión de la persona con la divinidad se expresa a través del mediador que es el que garantiza la manifestación de la divinidad al pueblo. La Biblia, como la religión de la revelación de Dios en la historia no puede ser una excepción. Dios se manifiesta al hombre, precisamente a través del lenguaje humano, es decir, Dios habla, se manifiesta con los signos lingüísticos que usamos los hombres, es decir, a través de palabras que son las que configuran el lenguaje. Nosotros creemos que es importante para nuestro propósito profundizar en el concepto de mediador, no ya en la Nueva Alianza, donde Cristo es el mediador y el realizador de una Alianza definitiva, sino en el rabinismo y el helenismo y, al mismo tiempo estudiar su contenido semántico fuera de la Biblia. Pero nos corresponde estudiar también el significado de esta expresión en el Antiguo Testamento y en el Judaísmo y sobre todo en el Nuevo Testamento. El término "mediador" (mókiah) aparece en lengua hebrea con la acepción de "juzgar", o "llevar a cabo el arbitrio de una realidad", aunque es difícil de definir su contenido semántico. La palabra está encaminada a establecer en un debate la razón o la sin razón, en un juicio el derecho o la culpa y normalmente busca el reconocimiento de la parte que falla. En el Antiguo Testamento solamente aparece una vez y por lo tanto es un hapax en la versión hebrea de la Biblia y su significado normal es "juzgar entre" (Jb 9, 33).

- La lengua griega. El sustantivo mesites (mediador) y el verbo correspondiente mesiteuo (arbitrar) existen en lengua griega. El sustantivo es un término extraño. En los escritores helenísticos, desde Polibio en adelante es muy raro, pero se encuentra muy frecuentemente en los papiros (a partir del siglo III a. d. C.), mientras que en las inscripciones no se ha encontrado todavía. Este vocablo mesites se deriva a su vez de una palabra griega, mesos y designa a aquel que "se encuentra en medio para ejercitar una función", es decir, aquel que se encuentra "entre dos combatientes o partidos" y es neutral. Este significado está presente en Homero (II 18, 507) y también en Jenofonte, sobre todo en la Anábasis (An 3, 1,21). Aunque Homero le da un significado que coincide con la palabra hebrea, es decir, "aquel que juzga entre dos", en otro pasaje (II 23, 574). En este sentido se encuentra como "árbitro" o "intermediario" de paz. Así se encuentra en Polibio (Polyb 28, 14, 8).El término tiene otros significados que enseguida indicamos: Árbitro de paz en las causas civiles y también "pacificador". La expresión griega "árbitro y juez" nos recuerda la expresión latina, aunque con una diferencia, el árbitro aparece en el proceso judicial oficial, mientras que el empeño de uno o más mediadores viene en la acción de paz de los conciliadores bajo el control de un estratega. Testimonio en los procedimientos legales, es decir, viene a ser como el "garante" de las ejecuciones en los acuerdos. Depositario es la persona neutral, aunque designa la profesión. San Isidoro de Sevilla dice en las Etimologías: Se dice del depositario que interviene en medio de los contendientes, es decir, aquel que entre los griegos es llamado "mesos" que suele deponer entre los contendientes". Hipotecario se dice cuando el secuestro y la hipoteca es casi la misma cosa, también quiere indicar el empeño. Garante es aquel que empeña su patrimonio por las obligaciones de otro. Empleado se dice de la persona que se servía el depósito de grano que registraba los envíos del grano y devolvía las consignas a cada uno de los participantes. Además de estos significados deben advertirse otros dos, porque tienen un desarrollo completo. Nos referimos a "el medio" en el sentido de espacio en general y, el "mediador" ó el "intermediario". De estos dos sentidos no se tienen pruebas seguras en lenguaje técnico, pero se deducen por el empleo del verbo correspondiente. Y por el contrario a los Santos Padres se le atribuye más tarde el significado de "transmisor" o "dador". El verbo (mesiteuo) significa en sentido técnico "tratar como árbitro" o intermediario de paz, mientras que en sentido local es "tener el puesto de medio", es decir, el que está en igual distancia entre los dos extremos. Así Clemente de Alejandría: "la armonía es la mediadora de las bodas del sabio" (Strom 3, 12; 81, 4).

2. El concepto en el uso israelítico-judío

- El Antiguo Testamento. La versión griega de los LXX también contiene el sustantivo una sola vez, como ya indicamos de la Biblia hebrea (Jb 9, 33). El término es la traducción inexacta de la palabra hebrea bénénú "entre nosotros", y en este sentido corresponde más bien al término hebreo, traducido por otra palabra griega que viene a significar: convicción, censura, el que provee. Tanto en el Antiguo Testamento en la versión griega, como en su versión hebrea, no existe una expresión única para el concepto de "mediador", es decir, la expresión hebrea viene a significar, la posición de "un hombre entre dos" y el combatiente que se presenta entre dos ejércitos y decide la guerra con un duelo (1 Sa 17, 4. 23). Para Orígenes y Luciano, sería "el hombre mediador", según el libro del Génesis sería el "intérprete" (Gn 42, 23) y también "el delegado" (2 Cro 32, 31). El judaísmo rabínico. Solamente en hebreo postbíblico y en lengua aramea aparece la expresión típica que llega a ser después técnica en el campo religioso. El vocablo corresponde al término "mediador", en hebreo (sarsór) y en arameo (sarsóra), aunque procede del lenguaje comercial y designa "el mediador" que descubre la ocasión de un asunto y se interpone para concluir el contrato y pone juntas las partes que antes no tenían contactos (Gen r. 8 a 1, 26; Ex r. 6 a 6, 2). El verbo por sí mismo significa solamente "combinar un asunto", "mediar" y, no "ser árbitro", "garantizar o transmitir".

- E/ judaísmo helenístico. Flavio Josefo usa el vocablo en un sentido profano. El emperador viene indicado como "árbitro" supremo y quizás, sin distinción como "garante" de un acuerdo (Ant 16, 118). El significado de "garante", "hacer de garante" (Ant. 4, 133), corresponde al término griego mesateia y significa "garantía" (Ant. 20, 62). En otro pasaje Flavio Josefo usa el verbo para indicar la acción llevada a cabo por uno que "Joab hizo de garante delante del rey" (Ant. 7, 193). Por lo tanto Joab hace de "mediador" e "intercesor". También Josefo refiere un pasaje donde Herodes hace de mediador, es decir, hace de garante para entrar en contacto con Agripa, el legado del emperador y hace de "intermediario" en un sentido no oficial. Filón se basa en el concepto helenístico ya indicado, es decir, usa el sustantivo y el verbo en sentido técnico-religioso.

3. El término fuera del ámbito bíblico

Los escritores griegos, desde Jenofonte ponen con frecuencia en boca de los persas la aseveración: "por Mitra", porque este nombre deriva de la función de volver sagrados los pactos. Existe una idea primitiva de la tierra y del cosmos, concebidos como el cuerpo viviente del universo y un culto especial de este cuerpo son las divinidades intermedias. Filón conoce una interpretación del árbol de la vida, colocado "en medio" del paraíso terrestre que lo identifica con el corazón, porque es la causa de vivir y ocupa la parte central del cuerpo. Filón refiere estas concepciones también al Logos, extendiéndose del centro del mundo a los extremos y de las puntas más altas al centro. Esto sucede en cuanto que el Logos divino se pone como frontera en medio del cosmos, como voz, por así decir, de elementos mudos para que todo resuene como una palabra completa, cuando es calma de las amenazas de los elementos hostiles, conciliando y persuadiendo como un mediador.

4. La mediación en el Antiguo Testamento

A nosotros creyentes cristianos nos sorprende la idea de una falta de "mediación" cósmica de YHWH y la religión veterotestamentaria.

- El mediador divino. Dios es el dominador sublime del mundo, no es el punto central del mundo, sino el regente que está sobre el mundo y manda sobre el universo, omnipotente y con total independencia. YHWH no es un "mediador cosmoteriológico" absolutamente. Asume, en cierto modo, una posición de mediador en la lucha que Job lleva a cabo, contra el Dios de la doctrina de la retribución. El hapax que al inicio de nuestro estudio indicamos, es decir, el único pasaje en el interior del Antiguo Testamento (Jb 9, 33), aparece con el deseo de tener un "árbitro" entre Dios y Job. Este deseo crece y llega a ser una voluntad de luchar con Dios (Jb 13, 3). Job lucha por un "mediador" o "árbitro" que podría mediar y decidir la disputa con equidad. Así aparece el uso del verbo en otros pasajes de la Antigua Alianza (Gn 31, 37; Is 2, 4). De otra parte, el libro de Job manifiesta la certeza de que existe el cielo, "el testimonio y garante" que protege los derechos del hombre y aquí entraría el tema del "redentor" W4 :id) del que Job sabe que vive y se alzará sobre el polvo (Jb 19, 25).

- Los mediadores humanos. El Antiguo Testamento presenta con frecuencia los mediadores humanos. Nosotros indicamos tres de ellos por la impronta y significación teológica que poseen, para una comprensión bíblica que con el dinamismo de la Tradición incide en la personalidad sublime de Jesús de Nazaret.

- La persona del rey. El rey en la Vieja Alianza llega a ser importante por la unión que le convierte en persona sagrada y lo habilita para ciertos actos religiosos y hace las veces de salvador, porque libera de los enemigos (2 Sa 19, 10) y es a quien se le pide ayuda (2 Re 6, 26), porque puede salvar de una situación (2 Re 13, 5). La imagen del rey será la del futuro Ungido ideal, es decir, el Mesías.

- Moisés. La historia de la salvación presenta a Moisés como el "mediador" por excelencia. El es el organizador sin un verdadero poder político, conduce al pueblo y organiza el culto. Es el fundador y mediador de conocimientos nuevos, llamado por Dios (Ex 3, 1) enviado que habla en nombre de YHWH (Ex 4, 29; 5, 1). Él es el "mediador" del que emanan las leyes (Ex 19, 3; 20, 18; 34,1; Dt 5, 5. 23). Y es el "intermediario" entre YHWH que habla y el pueblo que recibe las palabras divinas, transmitidas por medio de él (Ex 33, 5ss).

- El siervo de YHWH. El profeta Isaías habla de un personaje histórico lleno de misterio que puede entenderse a la luz del misterio pascual de Cristo, el Señor, en quien se cumplen y plenifican perfectamente las características del ideal del Siervo del Señor. Los cantos del servidor de YHWH muestran de manera clara la universalidad de la salvación (Is 42, 1-4; 49, 1-6; 50, 4-9; 52, 13-53, 12).

5. La mediación en el judaísmo

- E/ judaísmo rabínico. La palabra "mediador" aparece en sentido teológico en el judaísmo. Los rabinos explican el término -meson- por -mesites-. El término hebreo "sarsor" lo aplican a Moisés, en cuanto encargado de Dios. Un ejemplo claro lo ofrece un pasaje rabínico al libro del Deuteronomio: "Como la rotura de una bota, es el agente el que debe resarcir el vino que se ha perdido, así Dios dice a Moisés: Tú eres el sarsor entre mí y mis hijo, tú has roto y debes sustituirlas" (Dt. R. 3, 12 a 10, 1). La misma idea en idéntico contexto, se esclarece hablando del depósito. Este corresponde al significado helenístico de la palabra mesites. Sin embargo, el concepto de sarsor no aparece en este contexto, viene introducido solo por un cambio de la alegoría. De otra parte, el judaísmo rabínico no demuestra inicialmente ninguna comprensión por un desarrollo profundo que la idea de mediador alcanza en la figura del siervo de Dios sufriente. El judaísmo desarrolla la doctrina del intermediario solo en cuanto que parte de Dn 7, 13 s. El menrá Adonai (la palabra del Señor) por el contrario no es una hipóstasis mediadora.

- El judaísmo griego. El pensamiento de Filón considera a los ángeles mediadores entre el cielo y la tierra. Ellos son los conciliadores entre Dios y los hombres. Los ángeles son palabras y conciliadores. El testamento de los Doce Patriarcas aparece como "el ángel que intercede por Israel (Test. D. 6, 2), es el "mediador" entre Dios y los hombres y está por la paz de Israel ante el reino de Dios" Así aparece también en otro pasaje del Testamento de Leví (Test. L. 5, 6). El mediador por excelencia es Moisés del que Filón habla tratando de los ángeles (Som 1, 143). El término aparece como sinónimo de "otros servidores". Así refiriéndose al episodio del becerro de oro, Filón dice: Moisés turbado y obligado a creer cosas increíbles, no se retiró pronto, siendo el mediador y conciliador, sino que antes profirió súplicas y oraciones para el perdón de los pecados del pueblo. Solamente después que él, curador e intercesor como era había pacificado al Señor, volvió alegre y triste a un tiempo (vit. Mos 2, 166). Filón tiende a aplicar el concepto cosmológico de "mediador" a Moisés, acercándolo así al Logos.

6. El concepto de mediador en el Nuevo Testamento

- El uso de los vocablos. El sustantivo mesites (mediador) aparece en los escritos neotestamentarios solamente seis veces (Gál 3, 19. 20; 1 Tim 2, 5; Hb 8, 6; 9, 15; 12, 24). Por el contrario el verbo mesiteuo (garantizar) sólo se encuentra una vez, con lo que es un hapax en el interior del Nuevo Testamento (Hb 6, 17). Como ya hemos indicado, el sustantivo "mediador" (mesites) no se puede referir a un solo contenido semántico. La comprensión del término tal como se encuentra en los pasajes referidos, hemos de hallarlo en la línea griego-judía. Existe un término griego en la Carta a los Hebreos "fiador" egguos (Hb 7, 22) que puede ser sinónimo del término mesites. Pero esto solamente puede ser contemplado en el análisis de los lugares que enseguida explicamos. Así se explicitará el verdadero sentido del término egguos (fiador).

- El análisis de los textos. Los pasajes aludidos se comprenden en dos grupos de textos. Unos pertenecen a los escritos paulinos (Gál 3, 19. 20; 1 Tim 2, 5), los restantes pertenecen a la Carta a los Hebreos (Hb 8, 6; 9, 15; 12, 24), así como un pasaje que tiene referencia con el concepto de mediador y que va unido a la palabra "alianza" (Hb 7, 22). El análisis de estos pasajes nos permitirá encontrar el sentido y el significado del término, sobre todo para que el contexto de cada pasaje, nos de el verdadero alcance de la expresión.

- La Carta a los Gálatas. La Carta a los Gálatas presenta el término "mediador" insertada por dos veces en un capítulo, donde el apóstol se dedica a refutar el pensamiento contradictorio de los cristianos de la comunidad de Galacia (Gál 3, 19. 20). Los cristianos han de contemplar el misterio salvador de Dios, llevado a cabo en la persona de Cristo, Muerto, Sepultado y Resucitado, en quien el apóstol, observa todo el ejercicio "mediador", entre Dios y los hombres. ¿Qué quiere decir San Pablo? No es claro, porque la expresión es demasiado breve. La encontramos desarrollada en la carta a los Romanos, sin embargo con nuevos aspectos que quizás San Pablo no tiene todavía en la mente cuando escribe la carta a los Gálatas. San Pablo está convencido de que el hombre se encontraba en una situación de pecado antes de la Ley y tenía necesidad de la redención. El fin de la Ley fue transformarlos en transgresiones, con lo que la misma Ley revela la situación del hombre. Y el pecado merece el castigo, la maldición. En este pasaje de la Carta a los Gálatas, el apóstol precisa que esta finalidad de la Ley, es decir, "la Ley fue añadida en vista a las transgresiones", no corresponde a una situación definitiva, sino a una etapa provisoria. Y así el remedio no está en la Ley sino en la promesa. Por ello, la Ley vale solamente hasta la venida del descendiente por el cual se ha hecho la promesa. Así limita San Pablo el tiempo de la finalidad de la Ley.

- La Carta a los Hebreos. La Carta a los Hebreos presenta a Cristo como el mediador de la Nueva Alianza en su sangre (Hb 8, 6; 9, 15; 12, 24). De esta manera la persona y la obra de Jesucristo es el cumplimiento de la promesa de la Nueva Alianza. Jesús es la gran promesa cumplida y, así sustituye y supera la Vieja Alianza. Cristo mediador de una Alianza mejor (Hb 8, 6). El autor de la Carta a los Hebreos no ha acuñado el término mesites porque se encuentra ya en la Biblia griega (L)0), sino que lo ha tomado de la tradición judía y cristiana. El contenido de este verso está centrado sobre la idea de la Alianza de la que Cristo es "mediador" (Hb 8, 6). La mediación viene realzada en cuanto que esta Nueva Alianza está fundada en promesas mejores, porque tiene un carácter definitivo, en relación con la Antigua que era transitoria. El autor subraya este ministerio mediador de Cristo con la palabra "liturgo" (leiturgos) que se encuentra al inicio de la sección (Hb 8, 2) y "liturgia" (leitourgías) que está al final (Hb 8, 6). Esto hace que los lectores que somos nosotros, pasemos de la liturgia, es decir, del culto, a la Alianza, sellada por Cristo de manera definitiva, como Sumo Sacerdote. Cristo mediador de una alianza nueva (Hb 9, 15). El autor de la Carta a los Hebreos establece una comparación entre el sacrificio de expiación veterotestamentario y la muerte de Cristo. En este lugar el autor recoge sustancialmente lo que ya se ha explicado antes (Hb 8, 6).

La Nueva Alianza realizada por la sangre de Cristo (Hb 12, 24). El autor de Hebreos es amigo de "las palabras gancho" y también de las "anticipaciones temáticas", para que el lector no se pierda en la narración de este gran discurso, acerca de las excelencias del Sumo Sacerdocio de Cristo. Por ello, la Carta a los Hebreos, de nuevo recuerda con imágenes la alianza sinaítica (Ex 19, 12. 16-21; Dt 4, 11 ss; 5, 22 ss; 9, 19) y describe al mismo tiempo los dones de la salvación concedidos en la era escatológica por Jesucristo que sale como el "fiador" y es el cumplimiento y la plenitud de la promesa divina. Su sangre derramada por medio de su muerte "y a la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel". Con lo que el autor explica de manera definitiva que Cristo supera la Antigua Alianza y la antigua Ley por su sangre y nos concede la filiación divina. La superación de la antigua economía de la salvación, es una realidad que aclara de manera nueva el autor de la Carta a los Hebreos, atestiguando el valor definitivo del sacrificio de Cristo. La Eucaristía es el memorial de la sangre de Cristo, derramada por todo para el perdón de los pecados. ->sacrificio; siervo.

BIBL. — D. CRUMP, Jesus the Intercessor. Prayer and Christology in Luke-Acts, Michigan 1999, 204-236; D. SANGER, mesithj, mesiteuw en: H. BALz / G. SCHNEIDER, Diccionario Exegético del Nuevo Testamento, II, Salamanca 1998, 232-236; ÍDEM, 237-239; VANHOYE, "La notion de médiation et son dépassement dans le Nouveau Testament" en: StMiss 21 (1972) 245-264; ÍDEM, "Un médiateur des anges en Gal 3, 19-20" en: 8i 59 (1978) 403-411.

Antonio Llamas