Ascensión
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La Ascensión de Jesús narrada sólo en Hch 1,4-12, (las alusiones en Lc 24,51 y Mc 16,19 no son narraciones de la Ascensión) no debe considerarse un hecho histórico. Además de razones hoy día claras como por ejemplo que el cielo no está realmente «arriba», ni de que una subida física de Jesús no es comparable a la de un cohete espacial ni le acercaría más a Dios, etc., está la más básica, de carácter teológico, de que el Resucitado no está, realmente, en nuestro espacio y tiempo de manera que en un momento dado haya de trasladarse de este mundo a otro lugar. La terminología de «subir», igual que su paralelo «bajar», es uno de los tantos lenguajes metafóricos para hablar de lo divino y en concreto de la Encarnación en todos sus aspectos.

La narración lucana es fundamentalmente simbólica, lo mismo que otros relatos evangélicos, de los cuales unos contienen elementos históricos en mayor o menor grado y otros, como éste, prácticamente ningún dato fáctico, a excepción de que las experiencias postpascuales de los discípulos de Jesús, pasado un cierto tiempo, cesaron.

El significado principal de la Ascensión es poner de relieve la total exaltación y glorificación de Jesús. El triunfo de Jesús sobre la muerte y todos los poderes que lo condujeron a ella tiene, sobre todo, lugar en la Resurrección. La Ascensión prolonga ese triunfo añadiendo dimensiones supraterrenas y cósmicas. Es un modo de representar, por un lado, la falta de presencia física y perceptible de Jesús en este mundo y, por otro, su elevación sobre todo lo mundano y su total asimilación a Dios, expresada también con las palabras que siguen a la afirmación de la Ascensión en la confesión de fe: «está sentado a la derecha del Padre»

El relato de la Ascensión no tiene ninguna conexión soteriológica explícita, es decir, no se relaciona directamente con la salvación de los seres humanos, sino parece referirse únicamente a Jesús. Pero, si se tiene en cuenta que la toda la persona de Jesús, solidaria con el ser humano, tiene como función básica nuestra salvación, también este relato habrá de entenderse en ese sentido. Desde esta perspectiva la Ascensión de Jesús es un adelanto del destino humano según los planes divinos perfectamente realizados en su Hijo Jesús. Todos los demás esperamos seguir ese camino y tenemos la seguridad de lograrlo, puesto que nuestra cabeza ya ha llegado al final. ->apariciones; resurrección.

Federico Pastor