ORTODOXIA
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SUMARIO: I. Sentido del término.—II. La teología ortodoxa: sus característica y principales datos históricos.—III. Manera como es presentada la Santísima Trinidad.


I. Sentido del término

Las Iglesias bizantinas se denominan a sí mismas Iglesias ortodoxas y católicas. El termino ortodoxo significa verdadera fe, verdadera confesión (de orthós = verdadero y dokeo = opinar, confesar). Las Iglesias ortodoxas celebran la fiesta de la Ortodoxia el primer domingo del tiempo penitencial antes de la Pascua. Se celebra la victoria de la verdadera fe contra los iconoclastas. En la liturgia se lee el siguiente texto: "Como los profetas vieron, como los apóstoles enseñaron, como la Iglesia recibió, como los doctores [de la Iglesia] determinaron, como toda la cristiandad unánimemente cree,... así creemos nosotros, así hablamos, así lo proclamamos... Ésta es la fe de los Apóstoles, ésta es la fe de los Padres, ésta es la fe de los ortodoxos, esta fe ha corroborado toda la cristiandad". El texto está tomado del horas del séptimo concilio ecuménico.

La Iglesia ortodoxa se define a sí misma como la Iglesia de los siete concilios ecuménicos. En las reuniones de Ferrara-Florencia subrayaron los griegos que se trataba de celebrar el octavo concilio ecuménico. El denominado octavo concilio ecuménico en la literatura occidental había sido anulado por sínodo de Constantinopla del 879/80, que restituyó la paz entre Roma y Bizancio, siendo patriarca de Constantnopla Focio y Papa Juan VIII. En Ferrara-Florencia se mostraron los latinos conformes con la formulación de los griegos. Por desgracia la unión no prosperó. Y la situación de separación creada en tiempos del patriarca Cerulario dura hasta nuestros días.


II. La teología ortodoxa: sus características y principales datos históricos

Con el triunfo contra los iconoclastas "empezó en la Iglesia bizantina una cristalizacion, una tendencia a fijar la tradición y a considerarla como cerrada e inmutable". A partir del siglo IX triunfa en teología la fidelidad literal a los Padres. La condenación de J. Italos en el siglo XI tuvo como consecuencia, que los bizantinos "no osaran nunca, ' aunque fuera tan solo por causa de la condenación de ltalos, emprender una síntesis nueva entre la revelación y la filosofía griega, para reemplazar o completar lo que los Padres del siglo IV habían realizado". En su controversia con al monje calabrés Barlaam se observa en G. Palamas (primera mitad del siglo XIV) una actitud negativa para con el helenismo pagano, actitud que parece cerrar toda perspectiva de desarrollo filosófico de una riqueza comparable al del Occidente medieval.

Los siglos XVII y XVIII son momentos sombríos de la Ortodoxia. Los ortodoxos utilizan argumentos protestantes contra los católicos y los católicos contra los protestantes. Fidelidad doctrinal y vinculación a la tradición son en opinión de J. Meyendorff los trazos fundamentales que caracterizan a los escritos ortodoxos de este período. La confesion del metropolita de Kiev Pedro Moghila (1640) es una copia de los catecismos católicos de la época y es considerada como "el documento más latino en el espíritu y en su forma que jamás haya sido aprobado por la jerarquía ortodoxa". Menos latino que el texto de Moghila es la confesión del Patriarca de Jerusalén Dositeo del 1672, que refutó detallada y sistemáticamente la confesión del Patriarca de Constantinopla Cirilo Lukaris de 1629, en la que se aceptaba el más estricto calvinismo. La confesión de Dositeo "ocupa un lugar primordial entre los libros simbólicos de la Iglesia ortodoxa".

En la renovación de la teología ortodoxa han jugado diversos elementos un papel central. Hoy se presenta a sí misma la teología ortodoxa con las siguientes características: a) de naturaleza eclesial. La teología es verdadera teología tan solo dentro del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia. La teología viene presentada como servicio eclesial. La teología es una expresión para el servicio de todos de lo que puede ser experimentado por cada uno, y el teologizar deberá ser concebido como carisma al servicio de la comunidad. b) La teología debe tener un carácter tradicional, esto es debe conservar la tradición de la Iglesia. La Ortodoxia subraya con énfasis la lectura eclesial de la Escritura. c) Patrística. G. Florosky, teólogo ruso, insistió en el primer congreso ortodoxo de Atenas (1936) en la necesidad de volver a los Padres, pero con un espíritu creativo. Su afirmación es un topos típico, al que aluden frecuentemente los autores ortodoxos. De él es el siguiente párrafo: "La Iglesia es verdaderamente apostólica, pero lo es también patrística. Esto dos caracteres nunca pueden ser separados. Sólo porque la Iglesia es patrística, continúa siendo apostólica... La predicación apostólica vive en la Iglesia... Nuestra vuelta a los Padres es, por tanto, algo más que una vuelta al pasado o a la antigüedad'. En la reflexión trinitaria se observa que los autores ortodoxos modernos se identifican con la reflexión de los Padres no sólo en cuanto a las afirmaciones de éstos sino también en el método y en su planteamiento del problema. d) Basada en la íntima conexión entre teología y mística. La expresión es de VI. Lossky, quien entiende por mística "una espiritualidad, expresando una actitud doctrinal". Teología y mística "lejos de oponerse, se sostienen y complementan mutuamente". La teología debe ser camino experimental de la unión con Dios. Se cita con agrado la expresión de Evagrio de Ponto: "si eres teólogo, orarás verdaderamente; y si verdaderamente oras, eres teólogo". Con relación a los excesos de la Escolástica insiste Florovsky en la expresión de Gregorio Nacianceno, de cómo se debe hacer teología: halieutikós, ouk aristotelikós, esto es de la forma de los pescadores, o sea los Apóstoles y no como Aristóteles". e) De carácter litúrgico. Esta característica debe ser vista en conexion con la anterior. La liturgia es considerada corno el lugar central de la experiencia del misterio divino.


III. Manera cómo
es presentada la Santísima Trinidad

Advertencias previas: (1) La teología ortodoxa en su reflexión sobre la Trinidad muestra de forma clara su carácter patrístico: no sólo hace suyas las afirmaciones de los Padres, sino que reflexiona en total continuidad con los planteamientos patrísticos. (2) Se deben distinguir escuelas en la teología moderna ortodoxa: junto a los autores tradicionales (manuales de escuela), existe todo el movimiento neopalamita, así como una serie de autores que representan líneas de pensamiento, que habían ido apareciendo en los teólogos ortodoxos, que viven en Occidente (Centros teológicos de S. Sergio [Paris] y de S. Vladimir [Nueva York]). (3) En la presentación de la Trinidad ocupa un lugar central el tema del FILIOQUE.

La Trinidad como algo de vital importancia para cada cristiano. Una tal afirmación es subrayada continuamente por la teología ortodoxa. No se trata tan sólo de una fórmula doctrinal sino de una experiencia cristiana, que se desarrolla continuamente. El Dios de los cristianos es tripersonal. Ahí radica la diferencia con el Dios de los filósofos. El teólogo Vl. Lossky escribe: "La Trinidad es para la Iglesia ortodoxa el fundamento inquebrantable de todo pensamiento religioso, de toda piedad, de toda vida espiritual, de toda experiencia ... En verdad, es una cuestión crucial en el sentido literal de la palabra: el dogma trinitario es una cruz del pensamiento humano. La ascensión apofática es una subida al calvario'''. Por su parte N. Nissiotis indica que la enseñanza trinitaria trata de mostrarnos que el Dios cristiano no es algo estático, sino dinámico". La intersubjetividad en la Trinidad, escribe D. Staniloae, es una prueba de que en Dios de ninguna forma se da pasividad.

Las propiedades hipostáticas de las personas divinas. En continuidad con los Padres se subrayan las propiedades que caracterizan a las personas divinas. Estas son: (a) El Padre es el único sin principio, sin causa, no engrendrado. "En continuidad con los Padres Capadocios distingue la tradición patrística en el misterio del Padre su propiedad «absoluta», negativa de ser no engendrado y su propiedad «relativa» y positiva de paternidad". El Padre no sólo es sin causa, sino que él es la causa (aitía) y el principio de las otras personas divinas (¡monarquía del Padre!). "El Padre no sería una verdadera persona, si no fuera pros, hacia, enteramente orientado a otras personas, enteramente comunicado a ellas a las que hace personas y por tanto iguales por la integridad de su amor". (b) La segunda persona trinitaria es el Hijo. Su característica es que proviene del Padre por generación. El es enviado por el Padre y por el Espíritu (este aspecto es subrayado por varios autores en carácter polémico contra el Filioque) y agente de la salvación de los hombres y del cosmos. (c) La tercera persona es el E.S. enviado por el Padre y el Hijo, como agente de la santificación y que en el seno de la Trinidad procede del Padre. La teología ortodoxa subraya la distinción de los términos para el Hijo y para el E.S.: en el primer caso se habla de generación y en el segundo de ekpóreusis (hapax legornenon en el NT, mientras que el término processio se usa en la Vulgata de forma más amplia, por ejemplo para el origen divino de Jesús). Por distintos autores ortodoxos vienen subrayados los textos patrísticos de los Capadocios y de J. Damasceno para indicar el carácter apofático, con el que deben ser entendidas la generación del Hijo y la procesión del E.S.: "Tu entiendes que hay generación, no trates de entender el cómo. Tu oyes que el E.S. procede del Padre, no te fatigues en buscar el cómo". El carácter apofático de la ekporeusis del E.S. y por tanto el que no podemos precisar en qué consiste la distinción entre generación y ekporeusis viene indicado por J. Damasceno: "El modo de la generación y el modo de la procesión (ekporeusis) son incomprensibles"; "sabemos que hay una diferencia entre generación y procesión, pero no sabemos cuál es el género de ésta diferencia". Este apofatismo ha sido subrayado modernamento por VI. Lossky, quien ha escrito: "La sola característica de las hipóstasis que podemos formular como exclusivamente propia de cada una y que no se encontraría en las otras, en razón de su consustancialidad, sería por tanto la relación de origen. Con todo esta relación debe ser entendida en un sentido apofático: ella es sobre todo una negación que nos muestra que el Padre no es el Hijo ni el E.S., que el Hijo no es el Padre ni el Espíritu, que el E.S. no es el Padre ni el Hijo. Considerarlo de otra forma sería someter a la Trinidad a una categoría de la lógica aristotélica, la de la relacióni'. En la misma linea se manifiestan J. Meyendorff (ruso), D. Staniloae (rumano).

La monarquía del Padre viene subrayada por los teólogos ortodoxos para salvaguardar la unidad en la Trinidad. Haciendo esto, no hacen sino seguir el camino de los Padres, iniciado ya por los Capadocios: Los Capadocios, escribe J. Meyendorff, utilizan constantemente esta monarquía del Padre contra quienes les acusan de triteísmo y cita los siguientes textos: Basilio: "Dios es uno, porque el Padre es uno"; G. Nacianceno: "Dios es la naturaleza común de los tres, pero el Padre es su unión (henosis)"; Pseudo-Dionisio: "El Padre es la fuente de la divinidad". Por tanto el peligro del triteísmo viene soslayado por los Padres y por los modernos téologos ortodoxos en base a la monarquía del Padre. El siguiente texto de J. Damasceno sintetiza la patrística griega: "Todo lo que tienen el Hijo y el Espíritu así como su ser mismo lo tienen del Padre... Cuando consideramos en Dios la causa primera, la monarquía... vemos la unidad. Cuando consideramos ... los que son la divinidad misma, las personas que proceden de la causa primera,... es decir las hipóstasis del Hijo y del Espíritu, entonces adoramos a los Tres". Las personas divinas están unidas "para contenerse la una en la otra. Hay entre ellas una circuminsesión (perikhóresis: ten en allélais perikhóresin ékhousi) sin mezcla ni confusión, en virtud de la cual no están ellas ni separadas ni divididas en la sustancia contra la herejía de Arrio.

La teología ortodoxa como los Padres griegos parte de la distinción de las personas para considerar en oblicuo la unidad de la sustancia, siendo la unidad salvaguardada en razón de la monarquía del Padre. Numerosos ortodoxos evocan que el P. de Régnon caracterizaba la forma de pensar distinta entre la patrística griega y latina. Lossky, p.ej. escribe: "El pensamiento occidental parte en la exposición del dogma trinitario lo más a menudo de la naturaleza para considerar luego las tres personas, mientras que los griegos siguen el camino opuesto: de las tres personas a la naturaleza una". Que se pueda exponer de esa forma simplificada la diferencia entre Padres latinos y griegos ha sido rechazada por M.J. Le Gillou y por Y.M. Congar.

Las relaciones entre las personas divinas. El concepto relación es usado por los Padres Capadocios. La concepción que se hacen muchos ortodoxos del concepto viene formulada por Vl. Lossky de la forma siguiente: "La sola característica de las hipóstasis que podríamos formular como exclusivamente propia a cada una sería la relación de origen". Pero añade: esta categoría "debe ser entendida en un sentido apofático". Ninguna indicación al apofatismo se encuentra p.ej. en el teólogo tradicional P. Trembelas, quien escribe: "Las propiedades distintivas de las hipóstasis en la divinidad, que no son representativas de la esencia, sino modos de existencia de las personas, son indicativas de sus relaciones mutuas'. El principio de Tomás de Aquino de esclarecer (a posteriori) la distinción de las personas en razón de las relaciones opuestas de origen no les es necesario a los autores ortodoxos y es rechazado por ellos. Aquí se debe advertir que la afirmación de Tomás de Aquino, de que el E.S. no se distinguiría del Hijo sino procediera también de él, no viene compartida por Duns Escoto [Cfr. art. Filioque 4,2 c]. El distanciamiento de la postura ortodoxa para con la teología(!) tomista es claro. En razón del apofatismo critica Lossky la llamada concepción psicológica de la Trinidad, que con bases agustinianas fue desarrollada por Tomás de Aquino: analogía de las dos procesiones intratrinitarias con los procesos intelectual y volitivo.

A subrayar, las dificultades que cada teología tiene con la otra. Así Nissiotis se pregunta, si el modalismo ha sido realmente superado en la teología latina.

Trinidad inmanente y Trinidad económica. En la teología occidental es un axioma la vinculación entre ambas. K. Rahner: La Trinidad económica es la Trinidad inmanente y viceversa. Formulado con precisión: por la economía trinitaria conocemos la Trinidad inmanente, al menos lo que Dios nos haya querido revelar de su vida intratrinitaria. J. Meyendorff se hace eco de la formulación de K. Rahner y parece aceptarla. D. Wendebourg indica que la afirmación de Meyendorff no es consecuente dada su tesis palamítica. La formulación de Rahner había sido criticada por Y.M. Congar, quien indicaba 'que la pregunta es, si la revela toda Zizioulas hace suya la pregunta crítica de Congar a Rahner. A su juicio sería la misma pregunta la que plantearía G. Palamas y que se retrocede al planteamiento de los Capadocios con la distinción entre teología y economía, para salvaguardar la transcendencia divina. Para Zizioulas la cuestión sólo puede ser resuelta desde la dialéctica entre esencia y energía, típica distinción palamítica(!). La ruptura entre Trinidad económica y Trinidad inmanente es un presupuesto de la teología de Focio, siempre repetida por la teología ortodoxa, en el sentido de que los textos bíblicos citados por los latinos sólo hablan de la misión del E.S. por parte del Hijo (economía) y que desde ahí nada se puede deducir para el ser intratrinitario. Subrayar un cierto vínculo entre el E.S. y el Hijo a nivel del ser del E.S. como lo hacen Gregorio de Chipre y Gregorio Palamas [cfr. art. Filioque, 3.3] supone ya una cierta aceptación de la conexión entre ambos aspectos de la Trinidad.

La acción del E.S.: la santificación. En la teología ortodoxa se reencuentra la afirmación de los Padres de que el Espíritu es el agente de la santificación. La santificación aparece como una especie de proprium del E.S. —no se debe olvidar que su divinidad fue establecida a partir de su acción santificadora y divinizadora. No se debe sin embargo olvidar la acción de las tres personas: El Padre actúa por medio del Hijo en el E.S.

¿El Espíritu vínculo de amor entre el Padre y el Hijo? A menudo se encuentra una tal afirmación en autores latinos. Y.M. Congar se muestra reservado ante una tal afirmación y hasta crítico. Sus razones son tres: la "Con la excepción de un texto de S. Epifanio, tal vez de un pasaje de S. Gregorio Palamas, en fin, de la síntesis muy personal del Padre S. Boulgakov el tema del E.S. vínculo de amor entre el Padre y el Hijo es extraño a la tradición oriental". 2a El tema es conocido por Tomás de Aquino, "pero no hace de él el principio de la construcción teológica de su triadología". 3a "La explotación de este tema se presta a desarrollos de un antropomorfismo, que un téologo debe criticar"

Bobrinskoy concede que el tema se encuentra en Palamas, pero resituado en un contexto ortodoxo, dado que "cada hipóstasis vincula y une a las otras en sí misma: el Padre en la monarquía como en la fuente; el Hijo como aquel en quien el Padre y el Espíritu hallan su reposo"

[ -> Agustín, san; Capadocios; Padres; Comunidad; Confesión de fe; Economía, Trinidad; Escolástica; Espíritu Santo; Experiencia; Fe; Filioque; Filosofia; Hijo; Icono; Iglesia; Inmanente, Trinidad; Liturgia; Monarquía; Naturaleza, Padre; Padres (griegos y latinos); Palamismo; Pascua; Procesiones; Propiedades; Rahner, K; Regnon, Th. de; Relaciones; Revelación; Salvación; Teodicea; Teología y economía; Tomás de Aquino, sto.; Transcendencia; Trinidad; Triteísmo; Unidad.]

Miguel M.a Garijo Guembe