SEGUNDA LECTURA
Hay una falsa mística cristiana, que se funda en la paz y en la seguridad. La verdadera mística es la de la sorpresa: nuestro Dios es un Dios ladrón de nuestras seguridades burguesas y, por lo tanto, exige de nosotros una actitud de apertura a todo lo nuevo y sorprendente.
Lectura
de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 5,1-6.
Hermanos:
En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis que os escriba.
Sabéis perfectamente que el Día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: «paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar.
Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas.
Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y vivamos sobriamente.