COMENTARIOS A LA PRIMERA LECTURA
Is 45, 1. 4-6

 

1. PD/HISTORIA: DIOS HABLA A TRAVÉS DE LOS ACONTECIMIENTOS HISTÓRICOS. LA FE DE ISRAEL ESTA BASADA EN LA EXPERIENCIA DEL OBRAR CONCRETO DE DIOS EN SU HISTORIA.

Ambientación histórica del texto: La vuelta del destierro de Babilonia se retrasaba demasiado y los exiliados empiezan a descorazonarse creyendo que su Dios les ha abandonado. La crisis de fe es profunda: Yahvé ¿es el verdadero Dios? Al menos da la impresión de estar dormido ya que los dioses babilonios con sus ejércitos han triunfado sobre Judá.

En este ambiente de crisis, de desesperación... nace el mensaje que nos ofrece este personaje que llamamos Isaías II dando un mensaje de esperanza a este pueblo tan decaído: Yahvé es el único Dios verdadero y su poder no tiene límites. Para ello recuerda las tradiciones del pasado de Israel: las acciones liberadoras de Dios en favor de su pueblo; pero no se queda estancado en el pasado sino que saca las oportunas consecuencias para el futuro.

Los desterrados harían muy mal pensando y quedándose en el pasado sino que deben intuir el futuro que se les avecina: Dios va a liberarlos del yugo de Babilonia a través de un rey pagano, Ciro, a quien el poeta llama el "Ungido" de Dios. ¡Afirmación herética para la teología sagrada de aquel entonces!

* Texto.-La lectura de este domingo es un fragmento literario del oráculo de Ciro (44. 24-45. 7; inclusión literaria con las expresiones: "Yo soy el Señor, creador de todo", 44. 24, y "Yo, el Señor, hago todo esto, 45. 7). Y en este oráculo podemos distinguir dos partes: 1)Un telón de fondo: 44. 24-28 y 45. 7 -La forma es la de un autohimno pronunciado por el mismo Dios. Forma muy usada en la literatura babilónica.

-Los diversos participios, ensartados, van definiendo a Dios como el Señor del cosmos y de la historia. Frente a los ídolos (=nada, 44. 9-20), Dios es capaz de crear el cielo y la tierra sin esfuerzo alguno. Su palabra se realiza en la historia, y su soberanía se extiende sobre el poder cósmico (incluidas las tinieblas) y sobre la historia (también la desgracia) pasada (cumplimiento de la palabra profética) y presente (restauración del templo y de la ciudad). -En 44. 28 suena, por primera vez, el nombre de Ciro como liberador del pueblo. Así un pagano entra de lleno en los planes divinos, en la historia de la salvación querida por Dios.

2)Oráculo de investidura de Ciro: 45. 1-6.

-Esta forma literaria es la única vez que aparece en Is II. Existía fuera de Israel y ha dejado sus vestigios en algunos relatos bíblicos.

-Este oráculo recoge el momento profético de la esperanza. Y consta de:

a)Ritual: "Unción" (v. 1): se trata del acto de coronación del rey que le otorga habilidad para su oficio. "Ungido": no se refiere al futuro Mesías -"llevar de la mano" indica confirmarlo como rey- "darle un título" (v. 4): implica íntima relación con el Señor. "Poner la insignia" (v. 5): acto de investidura. Como puede verse, se trata del acto de investidura de un rey.

b)Oráculo que implica una misión: cumplir lo ordenado (44. 28), y una promesa: Dios le acompaña en persona y, como Soberano de la historia, le entrega reyes, ciudades y tesoros (1b, 2b, 3a; cf. Sal 2.;110.) Dios es el auténtico artífice de todas sus victorias.

La elección de Ciro está al servicio del pueblo de Israel (v. 4a). Su investidura aparece en el marco de la historia de Dios con su pueblo elegido (44. 24a: Dios aparece como el redentor y el que elige a Israel, lo salva y forma en el seno de su madre, cf. Jr 1. 5; Sal 139. 13 ss.).

Ciro no conoce al Señor (vv 4b/5b), pero a pesar de ello va a ser el agente de la liberación divina. Afirmación jamás imaginada por la teología oficial de Jerusalén. Así se rompe la concepción raquítica y estrecha que tenía de la elección de Israel y de su ungido (el rey); el pueblo de Dios no es un grupo étnico o político (v. 6), la elección es don gratuito de Dios. Solo Él y no el pueblo, tiene un puesto exclusivo.

* Reflexiones:

- Dios habla a través de los acontecimientos de la historia. La fe del pueblo de Israel se basa en esa experiencia profunda de saber descubrir en la historia el actuar de Dios. Nuestra teología nos ha presentado más un Dios teórico, objeto de nuestros conocimientos, que a un ser viviente que actúa. Concepción muy incompleta, muy poco bíblica ya que el objeto principal de nuestra fe debe ser una persona, Jesús de Nazaret, y no un compendio de doctrinas por muy preciosistas que sean.

- Unicidad de Dios. Es un tema que se repite hasta la saciedad a lo largo de todo el oráculo. Él está por encima de reyes e ídolos (=nada, 44. 9-20) ya que es el Señor del cosmos y de la historia.

Él es quien libera a su pueblo de Babilonia y no Ciro o los otros dioses. Por eso es el único Dios.

- El oráculo de Ciro exige un cambio profundo de nuestra mentalidad, muchas veces estancada. Nuestra concepción de Dios provoca crisis profundas en muchos hombres, quienes dudan muy seriamente de este Dios que les presentamos. Is II, con este oráculo, se dirige a los afectados por la crisis, pero también a los "fidelísimos", a esa tradición sagrada del pasado. A todos les hace ver que los caminos del Señor muchas veces no son los nuestros. Ciro, un pagano, es el "ungido" de Dios. ¡Idea herética, bajo todos los aspectos, para los jerarcas y teólogos oficiales de aquel entonces! Dios trasciende nuestros pensamientos y teologías. Miembros no cristianos pueden ser agentes de la salvación divina (¿y dónde queda nuestro aforismo "Extra ecclesiam nulla salus"?). Teólogos que presentan con otro lenguaje a Dios también pueden ser agentes de la salvación divina (¿y dónde quedan nuestros principios clásicos de Calcedonia?). ¡Nuestros caminos, muchas veces, no son los de Dios! Is II ha pasado, con sus ¿herejías? a ser Palabra de Dios. ¡Ya vale de mentalidades estancadas e inquisitoriales!

A. GIL MODREGO
DABAR 1987/51


2. EXP-RLSA/CON-D  A DIOS NO PODEMOS CONOCERLO POR TEORÍAS SINO POR VIVENCIAS. 
HOY/RV: SON LAS VIVENCIAS HUMANAS/LOS ACONTECERES DE CADA DÍA LOS QUE NOS VAN REVELANDO EL CONTENIDO DE NUESTRA FE.

Acostumbrados, como estamos, a que se nos ofrezcan sistemáticamente los principios de la religión, quizás hayamos pensado que Dios nos los ha revelado de modo similar a como nos los enseñan a nosotros.

Nada más lejos de la verdad. Nuestra religión no es un sistema filosófico, aunque haya sido sistematizada dentro de uno de ellos principalmente. Tampoco es una colección de cánones, dogmas o principios morales. Trascendiéndolo todo, Dios ha querido revelársenos históricamente, que es como decir humanamente. A Dios no podemos conocerlo por teorías sino por vivencias. Y son precisamente las vivencias humanas, los aconteceres de cada día los que nos van revelando todo el contenido de nuestra fe.

La presente perícopa es un claro ejemplo de este preludio que nos hemos permitido hacer. Arqueológicamente poseemos un cilindro en que se nos presenta al rey Ciro como el ungido del dios Marduk, el cristo. Tal era, sin duda, la creencia persa con relación a su rey. Lo mismo pensó Ciro. Quizás a los judíos tampoco se les ocurrió otra cosa.

Pero he aquí que nuestro profeta, en virtud de su vivencia de lo divino, contempla a Ciro y la historia concomitante de un modo totalmente nuevo. Ciro, realizando cuanto él pensaba debía llevar a buen término, estaba siendo el instrumento humano de los designios del Dios único en la historia universal, dentro de la cual Israel ocupaba un puesto intermediario de honor.

Las implicaciones teológicas de esta afirmación del profeta son sorprendentes. Dios no tuerce la libre determinación de Ciro y, sin embargo, va dirigiendo sus pasos, sin que él sea consciente, en aquello mismo que realizaba con plena libertad, "aunque tú no me conocías". Cuando decimos que Dios es el primero, ya nunca más podremos prescindir del lugar de intermediarios que ocupan los hombres en el desarrollo de la historia.

A Ciro se le llamó "ungido". Algo exclusivo de los reyes davídicos, peculiar del futuro rey de los tiempos mesiánicos y nombre propio de Jesús de Nazaret. ¿No es esto sorprendente? Sin duda que ello es debido a la misión que realiza. Todo lo cual es un claro testimonio de que no son las personas quienes en su perfección se proyectan hacia una misión, sino que es la misión divina o vocación carismática quien transforma a las personas en la medida en que la realizan actuando solidariamente con Dios y los hombres. Finalmente, esa repetición enfática "soy yo, Yahvé", que es como la síntesis de todo lo expuesto. Ya que no sólo implica una clara reafirmación del monoteísmo tradicional sino primordialmente el carácter secundario y dependiente que el hombre ocupa en el plan de Dios. A nosotros se nos ha enseñado doctrinalmente que Dios es Uno, Providente, Ordenador de la historia. Lo sabemos. Israel lo descubrió experimentalmente en su propia historia gracias al Espíritu de Dios, que movía a los profetas. Quienes vivimos los tiempos mesiánicos de efusión plena del Espíritu, deberíamos tener una perspicacia mucho más profunda que ellos para descubrir la acción de Dios hasta en los más pequeños pormenores de la evolución histórica de nuestras vidas y de la vida de nuestros pueblos.

COMENTARIOS A LA BIBLIA LITURGICA AT
EDIC MAROVA/MADRID 1976.Pág. 652


3.

Ciro, rey de los persas, está a punto de acabar el imperio babilónico. Sus ejércitos entrarán en la capital en 539. Para ganarse su favor, Ciro liberará a un gran número de naciones, reducidas a la esclavitud por Babilonia. Y entre ellas los hebreos. El profeta anuncia esa liberación próxima que restituirá al pueblo su tierra y su templo, y no tiene reparo en atribuir a Ciro una vocación análoga a la de los reyes y de los profetas en Israel. En este texto se llega incluso a considerar a Ciro como el "Ungido" de Yahvé, título originariamente reservado al rey (1 S 9. 26) y que se convertiría en título mesiánico ("Ungido"="Mesías"). Esta aplicación a un rey extranjero puede resultar sorprendente, pero se explica en la medida en que el monoteísmo queda claramente afirmado (vv. 5-6). Como Único que es, Yahvé es también Señor de todos los hombres, Señor de todos los acontecimientos, y puede disponerlos como le plazca en orden a lograr su manifestación al mundo. Por consiguiente, ¿por qué no habría de poder un hombre extraño al pueblo elegido desempeñar cualquier función que Dios le asigne? Nuestra fe en el Dios único nos invita a pensar que Dios está presente por doquier en el mundo y que actúa en él como mejor le parece. Para realizar su designio sobre la humanidad, muy bien puede Dios suscitar, fuera de la Iglesia, instrumentos vivos que, "sin conocerle" (vv. 4-5), trabajan para Él sin que ellos lo sepan. Todavía hoy se puede descubrir la mano de Dios en las situaciones de contraste de todo tipo que comprometen las ilusorias seguridades de los creyentes y les invitan a purificar su fe.

MAERTENS-FRISQUE
NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA VII
MAROVA MADRID 1969.Pág. 181


4.

"Aunque no me conocías". Aunque Ciro no ha conocido al único Dios, sus acciones han servido para la liberación del pueblo elegido y para el futuro religioso de la humanidad: "para que sepan de oriente a occidente que no hay otro fuera de mí". El hombre que abre los ojos de la fe a la historia, descubre en ella la presencia de la acción salvadora de Dios, a pesar de que sea por caminos insospechados. Esta acción de Dios se centra en Israel, pero no se limita a Israel: se puede valer también de un pagano como Ciro, y tiene como término el reconocimiento de todos los pueblos.

J. NASPLEDA
MISA DOMINICAL 1987/19


5. /Is/45/01-13: CIRO/X:

Dios, dueño de la historia, se sirve de Ciro para destronar reyes, conquistar pueblos y traer la libertad a un insignificante grupo humano, físicamente diezmado, lanzado fuera de las fronteras de su tierra. El rey es siempre un escogido: en primer lugar, David, pero también sus descendientes y aun el misterioso Zorobabel, sobre el cual recaen las esperanzas del pueblo. Sin embargo, el objeto de elección puede estar igualmente fuera de Israel: el faraón del éxodo y Nabucodonosor son servidores de Yahvé (Jr 43,10: «Y diles: Así dice Yahvé, el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Yo mandaré a buscar a Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y colocaré su trono sobre estas piedras que acabo de colocar»). Pero nuestro texto es el único lugar del AT donde a un rey extranjero se le llama "ungido" del Señor (= «mesías»-«cristo»). Recordando el ceremonial de la coronación de los reyes de Babilonia, Yahvé toma a Ciro de la mano, le llama por su nombre y le acompaña como a un amigo: así queda constituido rey legítimo del Israel mesiánico. El «yo» divino pronunciado enfática y repetidamente no sólo demuestra el carácter secundario del hombre en los planes de Dios, sino que también relaciona las conquistas de Ciro con el Dios revelado en el Sinaí, en el momento de nacer el pueblo de la alianza. La marcha del ejército de Ciro para rescatar a Israel se convierte en un nuevo éxodo.

Los planes de Dios parecen la respuesta a la bellísima plegaria del v. 8 el urgente «Rorate, caeli desuper», en el cual la Vulgata ve dibujado al Cristo que viene: «Gotead, cielos, desde arriba, y que las nubes destilen la justicia. Abrase la tierra y produzca el fruto de la salvación, y germine a la vez la justicia. Yo, Yahvé, lo he creado».

El profeta sacude a un Israel que vive apoyado en una teología estrecha y que se pregunta quién será la figura del que viene; el profeta sacude a un Israel que hace trampa y que se comporta como si este desconocido no existiera. Son las eternas e innumerables formas de rechazo del hombre ante el futuro que manifiestan radical inseguridad y miedo. De aquí el debilitamiento del gusto de vivir y del coraje del ser. Isaías recuerda que Dios es el futuro del hombre: es «aquel que viene», que nos llama y nos espera oculto detrás de la incógnita del futuro. Dios de ayer, Dios de hoy, pero más todavía de mañana. Creer es salir de uno mismo para ir al encuentro de aquel que viene. El encuentro con el futuro es el encuentro con Dios. Se necesita disponibilidad para escuchar en lenguaje humano su Palabra salvadora.

F. RAURELL
LA BIBLIA DIA A DIA
Comentario exegético a las lecturas
de la Liturgia de las Horas
Ediciones CRISTIANDAD.MADRID-1981.Pág. 36 s.


6. /Is/44/21-28: /Is/45/01-03

La fe de Israel es esencialmente histórica. Lo proclaman los versículos 21-23 del capítulo 44 de Isaías: «Acuérdate de esto, Jacob, de que eres mi siervo, Israel. Te formé y eres mi siervo, Israel, no te olvides». También forma parte del contenido de la fe el estilo de un Dios que siempre perdona. De aquí la invitación: «Vuelve a mí» (22). Israel no puede ignorar que la alianza no es un pacto jurídico, sino un compromiso espiritual y moral recíprocos.

En la segunda parte de nuestro texto (44,24-45,3) se habla de Ciro, cuyo genio militar es el gran instrumento del Señor para preparar el gran día mesiánico. Es llamado por su nombre, designado como el "ungido del Señor", única vez que un extranjero recibe este título en la Biblia. Yahvé le toma por la diestra para constituirlo rey mesiánico de Israel, según un rito semejante a la coronación de los reyes de Babilonia, entronizados por Marduk. Las conquistas de Ciro y el «yo» enfático de Yahvé parecen un eco de la marcha del éxodo y del Sinaí, cuando Dios va delante allanando las montañas y rompiendo las puertas de bronce (45,2). A Ciro, el déspota benévolo que permite a los cautivos el retorno a su patria, Isaías II lo ve como una señal de la iniciativa providente de Dios. Es la misma interpretación de la historia que respira Esd 1,2-4: «Así decreta Ciro, rey de Persia: Yahvé, Dios del cielo, me ha entregado todos los reinos de la tierra y me ha mandado que le edifique un templo en Jerusalén de Judá».

AT/INTERPRETACION: Todo el AT es una declaración e interpretación teológica de la historia. Para Israel, su historia es el encuentro con el Señor, que le dirige. Pero aceptar la historia como una ejecución de los planes de Dios exige un acto de fe. Es la voluntad de Yahvé, que salva y juzga, la que da a la historia su inteligibilidad y su moralidad.

Inteligibilidad, porque define tanto el origen como el fin de la experiencia humana; moralidad, porque demuestra que la historia está gobernada por una voluntad poderosa e incorruptible. El cumplimiento de este proceso no queda afectado para nada por el fracaso o el éxito humano. Sin embargo, la soberanía absoluta de Dios no implica ningún determinismo: el hombre sigue siendo un ser libre y responsable. De aquí la invitación: "Vuelve a mí, Israel".

F. RAURELL
LA BIBLIA DIA A DIA
Comentario exegético a las lecturas
de la Liturgia de las Horas
Ediciones CRISTIANDAD.MADRID-1981.Pág. 267 s.