SUGERENCIAS

 

1. CAPITALISMO/IJU 

Cuando Juan Pablo II estuvo en el Brasil dijo que no era admisible un sistema económico que se despreocupa de los más necesitados, que deja sin trabajo a una parte de la población o les da un trabajo con un salario que ni llega al mínimo indispensable. Y un dirigente empresarial respondió diciendo que las palabras del Papa eran muy hermosas pero irrealizables, porque las leyes de la economía obligan a preocuparse más del dinero que de los hombres.


2. RIQUEZAS/CRISTIANO

-El uso inteligente del dinero.-El administrador aquel supo hacer lo que, desde la perspectiva del mundo, hay que saber hacer con el dinero para tener éxito: actuar sin escrúpulos, hacer cualquier clase de martingalas para lograr una buena situación. Por eso Jesús dice que ha sido "astuto", inteligente: ha hecho lo que debía hacer para lograr lo que él quería.

Y ahí viene la comparación. Los seguidores de Jesús, los "hijos de la luz", ¿hacemos con nuestro dinero lo que hay que hacer para tener éxito desde la perspectiva del reino de Dios? ¿Qué debemos hacer con nuestro dinero para tener ese éxito, es decir, para encontrar quien nos "reciba en las moradas eternas"? Muy sencillo: todo hay que ponerlo al servicio de Dios, del Reino de Dios. Hay que administrar al servicio de Dios el "vil dinero" (es decir, lo que no "vale de veras"), hay que ser fiel al servicio de Dios en "lo menudo".

El mundo considera astuto e inteligente a aquel que sabe acumular dinero; Dios, en cambio, considera eso una clara falta de astucia, porque es servir al otro amo, es servir al amo que realmente no lo es. Deberíamos predicar esto muy en serio: quiénes son los "astutos" según Dios, y explicar de qué modo los que son astutos según el mundo (los que miran para sí, los que saben situarse), se equivocan radicalmente. Y habrá que predicarlo en serio porque se ha difundido demasiado que el modelo de buen cristiano es la persona de orden, ahorrador, que no se mete en líos... todo lo cual, no puede decirse que en principio sea malo, pero sí debe decirse que no forma parte de las preocupaciones del Evangelio: al Evangelio le interesan otras cosas. Y el modelo de buen cristiano será el que siga lo que el Evangelio pide: el que pone todo lo que tiene al servicio de los intereses de Dios.

J. LLIGADAS
MISA DOMINICAL 1989/18


3. RIQUEZA/INJUSTICIA  PROPIEDAD/SSPP

"Si entre ellos hay alguno que esté pobre o necesitado y ellos no tienen abundancia de medios, ayunan dos o tres días para satisfacer la falta de sustento necesario en los necesitados".

Apología de Aristides
"La vida de los cristianos en el siglo II

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-"Los que tienen y quieren, cada uno según su libre determinación, da lo que bien le parece, y lo recogido se entrega al presidente y él socorre de ello a huérfanos y viudas, a los que por enfermedad o por otra causa están necesitados, a los que están en las cárceles, a los forasteros de paso, y en una palabra, él se constituye en provisor de cuantos se hallan en necesidad".

Primera descripción de la celebración eucarística
Justino-SAN.Apología 1,67

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-"El no dar parte de lo que se tiene es ya rapiña. Hay un testimonio de las Escrituras Divinas que llama rapiña, avaricia y defraudación no sólo arrebatar lo ajeno sino también el no dar parte de lo propio a los demás".

S. Juan CRISÓSTOMO

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-"La Iglesia no es un museo de oro y plata... No era de plata, en la cena última, la mesa aquella ni el cáliz en que el Señor dio a sus discípulos su propia sangre... ¿Queréis de verdad honrar el Cuerpo de Cristo? No consintáis que esté desnudo. No le honréis aquí con vestidos de seda y fuera le dejéis perecer de fría desnudez".

S. Juan CRISOSTOMO

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-"Forzosamente el principio y la raíz de tus riquezas proceden de la injusticia. Porque Dios al principio no hizo a uno rico y a otro pobre, sino que dejó a todos la misma tierra. ¿De dónde, pues, siendo la tierra común, tienes tú tantas yugadas de tierra y tu vecino ni un palmo de terreno?".

S. Juan CRISÓSTOMO

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-"Abrid de par en par las puertas de vuestro graneros, dad salida a vuestras riquezas en todas las direcciones. Dime, ¿qué es lo que te pertenece?, ¿de dónde trajiste nada a la vida?, ¿de quién lo recibiste?... Así son los ricos; se apoderan los primeros de lo que es de todos y se lo apropian, sólo porque se han adelantado a los demás. Si cada uno se contentase con lo indispensable para atender a sus necesidades y dejase lo superfluo a los indigentes, no habrían ricos ni pobres". "Del hambriento es el pan que tú retienes.

San Basilio

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-"No le das al pobre de lo tuyo, sino que le devuelves lo que es suyo".

San Ambrosio

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-"Las vidas de todo un pueblo habrían podido salvar las piedras de tu anillo".

San Ambrosio

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-"Cuántas almas asesinadas cuelgan de los collares de las matronas enjoyadas! Si vendieras una sola de tus joyas, distribuyendo su precio entre los pobres, conocerías por las necesidades remediadas cuántos sufrimientos vale tu ornato".

S. CIRILO ALEJANDRÍA

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-"Necesita, pues, el que quiera vivir con placer, ante todo, una casa lujosa, adornada como una novia, de baldosas, piedras y oro... Después de eso son menester también vestidos preciosos... mientras los pobres van lastimosamente desnudos. Añade los vasos de oro y plata, los graves gastos para comer faisanes... Para adquirir todo eso, ¡qué de iniquidades se cometen con los pobres, a cuántos huérfanos no se abofetea, cuántas viudas no han de llorar largamente".

San Asterio Amaseno

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Y dando un salto a nuestros días:

-"El superconfort de los satisfechos se paga con la miseria de las masas, cada vez más numerosas".

Helder Cámara

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-"La propiedad privada no constituye para nadie un derecho incondicional y absoluto. No hay ninguna razón para reservarse en uso exclusivo lo que supera la propia necesidad cuando a los demás les falta lo necesario".

Pablo VI

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-"No sería cristiano, ni siquiera humano, que, en tiempos difíciles de crisis económica y de grave desocupación, quienes se encuentran libres de tales problemas mantuvieran un ritmo de vida hecho de ostentación, de lujo y de consumismo, que constituiría una ofensa para tantas familias".

JUAN PABLO II

Y no hace falta mayor comentario. Sino aprender y vivir.

L. GRACIETA
DABAR 1989/47


4.

El administrador injusto no es un modelo. Ciertamente, no. Pero en medio de esta oscura historia, digna de una prensa sensacionalista, hay un punto luminoso; hay un lugar en que este hombre, sin embargo, puede considerarse modelo. Este hombre utiliza el dinero para algo, no es un fin en sí mismo. Siempre es algo. Si un hijo del mundo, como el administrador injusto, es capaz a su nivel de hacer que el dinero sirva para algo, cuanto más -a su vez de qué otro modo- los hijos de la luz tienen que hacerlo a su nivel.

DABAR 1977/54


5.

La alternativa evangélica "o Dios o el dinero" muy bien podrá traducirse en nuestros días en este otro dilema: "O el dinero o el hombre".

EUCARISTÍA 1986/45


6. CON-D/JUSTICIA  IDOLATRIA/CODICIA:

Esto es tan antiguo como la Escritura. "Conocer a Dios es practicar la justicia" y sin este tipo de práctica ningún conocimiento alcanza verdaderamente a Dios, sea cual fuere su formulación, sino que atenta formalmente contra Dios. El acceso a Dios se da en la práctica amorosa hacia el necesitado, mientras que al dejarle en su miseria se ignora realmente a Dios (Mt 25.), sea cual fuere el conocimiento explícito que se tuviera o no tuviera de Dios. "Quien no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve" (/1Jn/04/20), y la razón última está dada en que "el que aborrece a su hermano es un asesino" (1 Jn 3. 15), un idólatra en nuestro lenguaje, y en eso mismo está la contradicción con "la vida eterna" (ibíd.). Vivir idolátricamente es en sí mismo, independientemente de la autocomprensión creyente o atea en que se formule, la contradicción con Dios. "Si falto al amor o si falto a la justicia, me alejo infaliblemente de ti, Dios, y el culto que te ofrezco no es más ni menos que idolatría.

Para creer en ti debo creer en el Amor y en la Justicia, y es mil veces mejor creer en esas cosas que invocar simplemente tu nombre" dice de ·Lubac-H hablando del conocimiento de Dios.

Ese "mínimo" de fe es lo que exige y expresa la solidaridad. Un acto de fe en Dios que supera la tendencia idolátrica de todo ser humano y que muestra que cree en Dios porque se ha puesto al servicio de la vida de los que no la tienen. Con ese "mínimo" se responde a Dios y se le corresponde como Dios de vida".

JON SOBRINO
V Congreso de Teología, en Madrid. 4-8 sep.1985


7.

Lo que les interesaba a los hombres de la época del profeta Amós -¡tan lejana"- es lo mismo que les interesa a los hombres, o mejor, nos interesa a los hombres de hoy: el dinero. Y se comprende, porque el dinero es la suma y compendio de todo cuanto el hombre apetece en el mundo. El dinero es el poder, el influjo social, la cultura (en muchas ocasiones), el confort, la belleza, el refinamiento, el buen gusto (a veces), el placer. El que tiene dinero, y en la medida y cuantía en que lo tiene, impone su fuerza y señala las reglas de juego. El que tiene dinero dicta condiciones y los demás no tienen más remedio que, en la mayoría de los casos, aceptarlas deseando, en el fondo de sus corazones, que cambie todo aunque sea radical y violentamente. Es lógico.

El dinero es por eso el gran rival de Dios. Nos han dicho muchas veces que es imposible servir a los dos al mismo tiempo. Y en muchas ocasiones, en caso de elegir, nos hemos quedado con el primero. No hay más que mirar a nuestro alrededor. Nuestro alrededor es hoy el triunfo del dinero por el dinero: priva la especulación, la ganancia sin límites. La palabra mágica es rentabilidad. La finalidad de la mayor parte de los hombres: tener dinero, así, simple y llanamente. Envidiamos al que lo tiene y admiramos al que ha sabido amasarlo. Cualquiera se cambiaría por un financiero aunque, desde enfrente, lo critiquemos.

No hay duda, el gran rival de Dios es el dinero. Por eso la piedra de toque del cristiano es el dinero. En la elección entre estas dos fuerzas gigantescas, de signo y contenido distinto, se libran grandes batallas en el corazón del hombre. La medida de nuestro cristianismo puede estar mucho en la medida en que no deseemos ni persigamos el dinero con toda la cohorte que lleva consigo. A veces, desde las publicaciones religiosas se interroga seriamente al hombre de hoy sobre la posibilidad de tal o cual sistema de ideas. No sé cuantas veces se nos interroga serIamente sobre la posibilidad de vivir inmersos en un sistema capitalista en el que el interés del dinero priva por encima del hombre, en el que se sigue comprando al débil por un "par de sandalias" -como en tiempo del profeta Amós- en el que se altera el peso de la balanza y se negocia con todo y por encima de todo para obtener al fin lo que se persigue con más ahinco; el dinero.

Y eso, sí, a veces, perfectamente compatible con el signo religioso y con la aceptación hasta fervorosa y ejemplar de unas prácticas que dejan intocable el arca. No es fácil escapar a la seducción del dinero. El obstáculo es de categoría y sortearlo exige un gran esfuerzo. Pero lo que resulta evidente es que si no somos capaces de dominar el dinero, el dinero acabará con nuestra vida cristiana y estaremos preparando un mundo duro y hostil, donde los únicos valores aceptables serán los que se compren con dinero: un mundo difícil y poco habitable en el que la única dialéctica posible será la lucha sin cuartel y en la lucha siempre hay demasiados vencidos.

PERE FRANQUESA
MISA DOMINICAL 1986/17


8.

Tengo que reconocer, Señor,
que he optado por Ti sólo a medias.
Se ve con claridad que pongo más interés
en mis asuntos materiales
que en encontrar el modo más adecuado
de seguirte en cada circunstancia.
El dinero es quien organiza
realmente mi vida
aunque a Ti te llame "Señor".

Critico las injusticias en teoría
pero me beneficio de ellas
y hago poco por combatirlas.
Ayúdame Tú para que, cada vez,
sean más verdad mis palabras
cuando te digo "Señor".

EUCARISTÍA 1992/44


9.

La vida cristiana es toda ella un trabajo para ir convirtiéndose en "hijos de la luz", para ser cada vez menos "hijos de este mundo". Se trata de irnos preguntando siempre si realmente ponemos todo lo que tenemos (dinero, capacidad de influencia, tiempo...) al servicio de lo que Dios quiere (o sea: de aquellos que tienen menos, en todos los sentidos). Y la primera cuestión que hay que hacer para andar este camino es ver si realmente queremos andarlo: por ejemplo, nos podemos preguntar si el salmo responsorial de hoy somos capaces de decirlo honestamente: ¿realmente, alabamos a Dios cuando los pobres se levantan del polvo para sentarse con los príncipes? Y la segunda es ver qué medios tenemos para "vigilarnos", para criticar nuestra tendencia a ser "hijos de este mundo". Actualmente, por ejemplo, tener un grupo de revisión de vida o de reflexión cristiana sin duda que es un buen instrumento en este sentido. Como también lo es tener el espíritu abierto a todos aquellos que en la sociedad civil critican la situación actual.

J. LLIGADAS
MISA DOMINICAL 1992/12


10. DINERO/PAPINI RIQUEZA/PAPINI

Jesús nunca tomó en sus manos una moneda. Dio orden a sus discípulos de que durante sus viajes no llevasen talegos para las ofrendas. Hizo una excepción única, pero de tal calidad que hace estremecerse. De un inciso de un Evangelio nos enteramos de que la bolsa de la comunidad estaba a cargo de uno de los apóstoles. Este discípulo era Judas. Sin embargo, hasta Judas se creerá obligado a devolver el dinero de la traición antes de desaparecer en la muerte. Judas es la victima misteriosa inmolada a la maldición del dinero amonedado.

La moneda, junto con la suciedad de las manos que la han asido y palpado, lleva consigo el contagio inexorable del crimen. Entre todas las cosas inmundas que el hombre ha manufacturado para ensuciar la tierra y ensuciarse él mismo, quizá sea la moneda la más inmunda de todas.

Estas fichas de metal acuñado, que van y vienen todos los días de unas manos a otras, sucias de sudor y de sangre; estas fichas gastadas por los dedos rapaces del ladrón, del mercader, del banquero, del alcahuete y del avaro; estos esputos redondos y pringosos de las casas de moneda, anhelados, buscados, robados, envidiados, amados por todos más que el amor y con frecuencia más que la vida; estos asquerosos trocitos de materia historiada que el asesino entrega al sicario, el usurero al hambriento, el enemigo al traidor, el negociante al concesionario, el hereje al simoníaco, el lujurioso a la mujer vendida y comprada; estos sucios y apestosos vehículos del mal, que convencen al hijo de que mate al padre, a la esposa de que traicione al esposo, al hermano de que defraude al hermano, al pobre malvado de que apuñale al rico malvado, al criado de que engañe al amo, al salteador de que despoje al caminante, al pueblo de que acometa a otro pueblo; estos dineros, estos emblemas materiales de la materia son los objetos más pavorosos que ha fabricado el hombre. La moneda, que ha hecho morir a tantos cuerpos, hace morir también todos los días a millares de almas. Más contagiosa que los harapos de un apestado, que el pus de una postilla, que la grumosidad de una cloaca, entra en todas las casas, brilla encima de los bancos de los cambistas, se esconde en las cajas de caudales, profana la almohada sobre la que dormimos, se esconde en las tinieblas hediondas de los escondrijos, empuerca las manos inocentes de los niños, tienta a las vírgenes, paga el trabajo del verdugo, circula sobre la faz de la tierra excitando los odios, aguijoneando las apetencias, acelerando la corrupción y la muerte.

El pan que es ya santo sobre la mesa de casa, conviértese sobre la mesa de la Iglesia en el cuerpo inmortal de Cristo. También la moneda es el signo visible de una transustanciación; es la hostia infame del demonio. El dinero amonedado es el excremento corrompido del demonio. Quien ama el dinero y lo recibe con júbilo, se comunica visiblemente con el demonio. Quien toca el dinero con voluptuosidad, toca, sin saberlo, el excremento del demonio.

El hombre puro no puede tocarlo, el santo no puede tolerarlo. Saben ellos con seguridad indudable que es la obscena esencia del demonio, y sienten hacia la moneda el mismo horror que siente el rico por la miseria.

G. PAPINI
HISTORIA DE CRISTO


11.

DIOS Y EL DINERO

En los textos bíblicos de este domingo XXV del tiempo ordinario encontra- mos una clara enseñanza de Jesús sobre el dinero y otra del profeta Amós sobre el comercio injusto. Hoy, por lo tanto, los temas son de palpitante actualidad, pues lo económico afecta a todos.

Vivimos en una sociedad de la abundancia, del consumo, del desperdicio. Cada año aumenta la producción de automóviles, de televisores y frigoríficos y suben los índices del desarrollo económico de un país. Sin embargo, también aumentan Las estadísticas del paro y decrece el poder adquisitivo de muchos. El progreso y los rascacielos están cercados por el hambre y las chabolas.

Amós, profeta incisivo, condena a los ricos comerciantes de su tiempo que pensaban solamente en enriquecerse a causa de los pobres, explotándolos. Qué importante y funesta ha sido siempre la falta de ética en el comercio, la violación de la justicia social, el fraude en vender como bueno lo malo, el aceite de calza como aceite de oliva, alcohol químico adulterado como vino de buena cosecha. La sed insaciable de dinero a costa de lo que sea, el engaño y la explotación de los más pobres no se pueden tapar nunca con una falsa religiosidad y unas limosnas en el templo.

La parábola del administrador injusto no es la canonización de un sinverguenza. En ella lo que se alaba es la habilidad gerencial de quien ha caído en desgracia y quiere asegurar su futuro; se alaba el empeño por saber afrontar una situación nueva. el cristiano debe tener esta inteligencia y habilidad para acoger la novedad del Evangelio, como gran bien por encima de los restantes bienes de su vida, para evitar equívocos, el resumen de la enseñanza de Jesús es que el problema económico no es el primer problema del hombre, pues el servicio de Dios está por encima de los otros servicios. el dinero puede ser un buen servidor pero es un mal patrón. "No se puede servir a Dios y al dinero". De ahí la alta sabiduría de saber ganar, gastar, compartir y despreciar el dinero.

Andrés Pardo


12. Para orar con la liturgia

"La promesa de ver a Dios supera toda felicidad. En la Escritura, ver es poseer. El que ve a Dios obtiene todos los bienes que se pueden concebir"

S. Gregorio de Niza


13.

La más alta rentabilidad

En estos últimos años, con frecuencia, los medios de comunicación han abierto sus primeras páginas a los movimientos de la Bolsa. Esto ha hecho que el ciudadano medio tenga ya cierta idea por donde van los vientos económicos y, a la hora de invertir sus ahorros, trate de buscar los valores que tengan mayor rentabilidad.

Esta referencia al mundo económico nos puede ayudar a entender la parábola que nos presenta la lectura evangélica y la posterior aplicación que Jesús hace de ella.

El personaje es un hombre sin escrúpulo, pues no sólo ha llevado una pésima administración de los bienes de su amo, sino que inventa una estafa para asegurarse un buen seguro de desempleo, ganándose la amistad de los deudores de su patrono.

Desde luego, Jesús no podía presentar a este personaje como un buen ejemplo para sus discípulos por la estafa que ideó para asegurarse el futuro. Pero afirma que "el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido".

Por su parte, Jesús llega a una conclusión que puede ser un severo examen de conciencia para nosotros: "Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz".

Está claro que Jesús quiere que sus seguidores sean suficientemente despiertos y sepan valorar las cosas y las actitudes buscando su mayor rentabilidad, según el sistema contable del Evangelio. Como ejemplo práctico, Jesús nos propone el uso del dinero, que sólo alcanza su más alta rentabilidad precisamente cuando pierde el primer puesto en la escala de los valores y se doblega ante las exigencias del compartir cristiano.

Antonio Luis Martínez


14.

"No pueden servir a Dios y al dinero"

Muchos al escuchar el evangelio de hoy quedarán desconcertados tratando de interpretar el sentido de la felicitación que recibe el administrador injusto por la astucia con que había procedido, al conceder rebajas a sus acreedores, renunciando a su propia comisión. Pareciera que Jesús hace suya esta alabanza, pues lo pone como ejemplo para los hijos de la luz ¿Que diremos nosotros? ¿Es que puede presentarse como modelo a un sinvergüenza? ¿Jesús se pone de parte del injusto? Si queremos comprender la enseñanza del Señor, es necesario aclarar el sentido de la misma: el amo no aprueba la gestión de su administrador, al que despide precisamente por fraude, sino que alaba su previsión del futuro, queriendo ganarse amigos para los tiempos malos que se le avecinan. Por tanto el administrador infiel es alabado por astuto, no por injusto, es así que los hijos de la luz deben imitar la agudeza, astucia y previsión que en sus negocios ponen los hijos de este mundo: no es la falta de honradez y la corrupción lo que se pone de modelo, sino la sagacidad.

En el empeño por conseguir los bienes y la meta definitiva del reino de Dios, el creyente debe imitar el esfuerzo y la dedicación de los que aspiran alcanzar sólo los bienes terrenos: hacer dinero, adquirir un puesto, asegurar el éxito; si por estos fines el hombre es capaz de gastar todas sus energías, cuanto más debe hacerlo por Dios que es la fuente de todos los bienes recibidos por la humanidad.

C. E. de Liturgia
PERU