COMENTARIOS A LA SEGUNDA LECTURA

Efesios 5,15-20

 

1.

Aquellos a quienes la luz de Cristo ha despertado de sus torpezas no pueden llevar una vida aturdida. Aun cuando haya que hablar, como hace Pablo, de días malos, sin embargo, cada día que pasa está lleno de la presencia de Cristo y hay que esforzarse por detectar y descifrar las llamadas que Dios nos manda.

Y la alegría de vivir, que tan generosamente nos promete la publicidad, podrían traérnosla los domingos, cuando un pueblo en fiesta manifiesta su acción de gracias.

FEDERICO PASTOR
DABAR 1985, 42


 

2. EF/LIBRO

La carta a los Efesios ha hecho una síntesis de la vida cristiana a partir del principio de que en Cristo todo ha adquirido un nuevo y definitivo sentido: el querer salvador de Dios ha llegado a plenitud en él. Esto lleva al creyente a celebrar la fe (caps 1-3) en comunidad, y a vivir un nuevo estilo de vida (cap. 4-6).

Esta segunda parte es donde se insertan esta serie de avisos que Pablo hace a los lectores; construir el triunfo de Jesús en nuestra vida exige una toma de posiciones claras: cuestión de generosidad.

v. 16: Expresión parecida en Col 4, 5. Los "días malos" han sido comprendidos pensando en la época de la carta, o mejor como caracterizando el tiempo de la iglesia en general. El tema, conocido en la literatura sapiencial (Qo 9, 10), toma aquí un vuelo escatológico. El espíritu ha sido comprendido en la primera comunidad como la fuerza opuesta al vigor pasajero de la borrachera (cf. Hch 2). La normalidad y dureza de la vida diaria asumida son la prueba externa de la asistencia de ese poder de Dios que es el espíritu.

La fe cristiana no es un conjunto de cosas extrañas sino la vida vivida desde dentro con la fuerza del que cree en ella y con el cariño del que la ama de verdad. v. 19: No se trata forzosamente de salmos bíblicos (cf. Col 3, 18-19). Los tres términos pueden insinuar también las improvisaciones suscitadas por el Espíritu a lo largo de una asamblea litúrgica (cf. 1 Cor 12, 7-8; 14,26). La vida cristiana se celebra también y se vive en el marco del gozo que produce el llegar a saber que se va captando lo esencial del mensaje y que se está poniendo el acento donde es su lugar. Esto produce gozo y alabanza al Dios bueno.

La celebración de la gracia de Dios es una de las notas dominantes de toda la carta desde la bendición inicial (1, 3-14) hasta las exhortaciones de la segunda parte (4, 7). De ahí que esta carta más que una charla didáctica pueda considerarse como una exposición lírica. Cuando la fe llega a tocar los puntos vitales de la vida, rápidamente se pasa a la alabanza. El creyente no puede callar, hacerse lenguas, prorrumpir en alabanzas.

EUCARISTÍA 1985, 39


 

3.DEBER/SER INDICATIVO/IMPERATIVO:

San Pablo apoya siempre el deber en el ser, el imperativo en el indicativo: "Vosotros erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la Luz" (Ef. 5,8). Más aún: "Fijaos bien como andáis...", es decir, daos cuenta del terreno que pisáis. Porque vosotros "hijos de la luz", tenéis la posibilidad y el deber de caminar con el espíritu alerta. No tenéis por qué andar todavía escondiendo vuestros crímenes en la noche y caminar aún a tientas por las tinieblas de una vida sin fe ni esperanza.

Caminad, ya que podéis, a plena luz del día; no tengáis nada que esconder, vigilad y vivid atentos al momento.

Por el momento, "los días malos que corren", tiene un valor adquisitivo de una vida mejor. No os agarréis avaramente al instante, negociadlo para la vida eterna. Marchad despabilados y atentos para descubrir la importancia de cada momento: lo que el Señor quiere de vosotros en cada instante. Porque no basta con saber lo que se debe hacer en general, sino que es preciso descubrir la voluntad de Dios en cada situación concreta; por ejemplo; ir a misa los domingos es un deber general para todos los cristianos, pero cuando se está quemando una casa el deber del momento es llamar a los bomberos.

El vino, que anima las orgías y los "guateques" de la noche, sirve a la verdad poniendo al descubierto las vergüenzas escondidas en el corazón del libertino, pero no es un buen consejo para andar seguro y tomar la decisión prudente. La sabiduría de la vida tiene otra fuente de inspiración: el Espíritu Santo. El es también el que debe animar nuestras fiestas, el que pone en nuestros labios los salmos inspirados y nos invita a cantar con toda nuestra alma para el Señor. No lleguen a confundir al Espíritu Santo con el espíritu del mosto (cfr. Act. 2, 15). la fiesta cristiana, tal y como se celebraba entonces, es decir, en unión de una comida no eucarística, podía degenerar en excesos reprobables; así sucedió ya en Corinto (I Cor. 11, 20-22), y así ocurre a veces en nuestras romerías y procesiones "demasiado animadas". Por eso no está de más la advertencia de San Pablo: "No os emborrachéis con vino, que lleva al libertinaje; sino dejaos llenar del Espíritu".

Pero el comportamiento normal de los primeros cristianos era muy distinto y causaba verdadera admiración a los gentiles. Plinio, gobernador de Bitinia (años 111-113) escribe en su informe a Trajano: "Ellos (los cristianos) acostumbran a reunirse en días señalados, antes de salir el sol, para cantar, alternando, un himno a Cristo como a Dios". Es el Espíritu Santo el que inspira estos himnos y el que provoca con su gozo la Acción de Gracias al Padre en nombre de Nuestro Señor Jesucristo.

EUCARISTÍA 1970, 48


 

4.KAIROS/TIEMPO:

"Mirad atentamente cómo vivís". La cosa no es tan simple. Hay fuerzas de dentro (2, 3) y fuerzas de fuera, que están operando para oscurecer la luz, turbar la mirada e impedir o dificultar la recta opción.

Y ya no deben vivir como "necios", puesto que han dejado de serlo al recibir en sí abundantemente la riqueza de la gracia de Dios como suma de toda sabiduría e inteligencia a través de la revelación del misterio de la voluntad de Dios (1,8s). Por el contrario, deben vivir como "sabios". Hay que estar atentos a esta vida, ya que en ella está la verdadera sabiduría. Ésta no consiste en una descuidada e irreflexiva improvisación al día, sino en un consciente "aprovechar el tiempo". La palabra griega KAIROS dice más que TIEMPO: se refiere al contenido de este tiempo, a la situación que este tiempo trae consigo, a las posibilidades que ofrece. Y "aprovechar el tiempo" quiere decir sacar ventaja de estas posibilidades con vistas al fin último, entresacando de cada situación lo mejor.

Esto es sabiduría, y sabiduría urgente, "...pues los días son malos". Luchas, tentaciones y peligros. Descubrir la voluntad de Dios en todas estas cosas no puede realizarse sin la ayuda de la sabiduría. De aquí la repetición: "no seáis insensatos". ¡Sólo la voluntad de Dios! Conocerla es lo contrario de la insensatez. La voluntad de Dios es decisiva para todo lo que hay que hacer, permitir o padecer.

No deja de ser sorprendente la exhortación a no embriagarse con vino. Cabría esperar que a la embriaguez se le opusiera la templanza; pero lo que se considera como su anverso es la "embriaguez en el Espíritu".

De la embriaguez se dice que hay en ella ASOTIA, esto es, ausencia de salvación, perdición. La tentación del hombre es buscar en la embriaguez refugio y salvación en sus necesidades y angustias. Realmente, desaparecen así por un momento las preocupaciones de cada día, proyectándolas a la vida "en otro mundo". Esto es lo que ocurre verdaderamente en el mundo, del que el Espíritu nos arrebata en diversas maneras y grados, como primicias de la vida en Dios, a cuyo encuentro vamos.

ZERWICK
EL NT Y SU MENSAJE: CARTA A LOS EFESIOS
HERDER BARCELONA 1980.Pág. 153 ss


 

5.SALMOS/ORACION: SALMOS.ACCIÓN DE GRACIAS.

Hermosas consignas para los cristianos: oración EN COMÚN; elegir preferentemente TEXTOS INSPIRADOS; hacer de nuestra vida una INCESANTE ACCIÓN DE GRACIAS.

A propósito de la primera consigna (v. 19), señalemos el valor especial de la oración en común (Mt 18, 20). La reunión de los creyentes en el nombre de Cristo realiza una presencia especial del Señor. Con una condición: que estén verdaderamente unidos; no basta simplemente con estar yuxtapuestos, casi accidentalmente; ni con hacer por separado lo que cada uno podría hacer del mismo modo estando completamente solo; ni con recitar SUS oraciones cada uno en SU asiento y por SU libro. Todo lo que favorece, lo que intensifica, lo que hace más íntima nuestra unión, hace también al Señor más presente en medio de nosotros.

Una de las grandes conquistas de la actual renovación de la oración y del cántico religioso es que una y otro pueden inspirarse cada vez más en los TEXTOS INSPIRADOS. Cantar los salmos, por ejemplo, es sumergirse en una corriente de plegaria que recorre el mundo desde hace más de tres mil años, es orar con las mismas fórmulas que empleó Jesús, y María, y todos los grandes creyentes del A. y del N.T. Pero, sobre todo, es hablar con Dios utilizando los mismos términos que nos vienen de Dios.

Cuando después de haber escuchado la Palabra de Dios y de haber recibido su enseñanza respondemos a Dios cantando un salmo, establecemos con el Señor un diálogo, del cual el mismo Señor ha escrito las dos partes. ¡Qué garantía de seguridad doctrinal y de calidad religiosa! El cristiano debe ambicionar el llegar a hacer de su vida una incesante ACCIÓN DE GRACIAS. La Eucaristía, cuyo nombre indica que ella nos une a la acción de gracias de Cristo, será a la vez la expresión (signo) y el alimento (eficacia) de nuestras vidas, que tenderán cada vez más a no ser otra cosa que acción de gracias. (Ver Col 3, 16-17 y 1 Co 10, 31)

HEUSCHEN
LA BIBLIA CADA SEMANA
EDIC. MAROVA/MADRID 1965.Pág. 337


 

6.

-Comprender cuál es la voluntad de Dios (Ef 5, 15-20)

Continúa S. Pablo instruyéndonos en el tema de la vida nueva. Hoy la considera situada en el "espacio de choc" que media entre el bautismo que nos ha renovado y el momento de la llegada a la gloria. Y desea que saquemos partido al tiempo presente. Este tiempo intermedio tiene sus peligros, porque nuestros tiempos son malos. Los nuevos cristianos tenían que vivir en ambientes paganos con el consiguiente peligro de volver a caer insensiblemente en el paganismo.

Es también nuestra situación actual. Hay que reconocer que muchos de nuestros cristianos llevan una vida pagana, coloreada de ciertas prácticas de cristianismo, sin tener un mínimo de la sabiduría y penetración cristianas y sin intentar tenerlas. En medio de esta promiscuidad hay que trabajar por descubrir la voluntad de Dios. La oración en todas sus formas es el medio para conservarlas y reencontrarlas.

S. Pablo delinea el marco de lo que seguramente serían las reuniones litúrgicas de aquel tiempo: los salmos, los himnos, los cánticos inspirados deben estar en boca de todos y todos deben celebrar al Señor poniendo en ello todo el corazón. La actitud de acción de gracias debe ser una dominante en la vida del cristiano: dar gracias a Dios Padre en nombre de nuestro Señor Jesucristo. S. Pablo enuncia luego el ideal de la oración constante: hay que orar en todo tiempo y circunstancia. Tenemos que adquirir un hábito y una técnica de oración que nos posibilite estar siempre en ese estado de unión con Dios y nos dé la posibilidad de vivir en ambiente pagano sin abandonar la penetración propia de nuestra vida nueva.

Así seremos capaces de captar la voluntad de Dios y de cumplirla, como lo pedimos en la oración del Padrenuestro: Que se haga tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.

ADRIEN NOCENT
EL AÑO LITURGICO: CELEBRAR A JC 6
TIEMPO ORDINARIO: DOMINGOS 9-21
SAL TERRAE SANTANDER 1979.Pág. 161


 

7. Efesios 5,15-20. Daos cuenta de lo que el Señor quiere

Estamos en la segunda parte de la carta de Pablo, en la que el apóstol presenta las consecuencias morales del "ser de Cristo".

Como hace Jesús en los evangelios (cf. Mt 7,24;10,16; Lc 16,1-9), también Pablo invita a la sensatez, como consecuencia práctica de la fe. En la línea del movimiento sapiencial del AT, el hombre sensato sabe aprovechar las ocasiones, huir del mal, evitar el exceso de vino y el libertinaje; en definitiva, cumplir la voluntad de Dios. La oración ocupa una parte importante de la vida de la comunidad cristiana y del bautizado. Los salmos, himnos y cánticos inspirados nos recuerdan las costumbres judías en las cenas familiares de Pascua y en las otras fiestas solemnes, la cual cosa, en el ambiente cristiano de la época, podía ser una referencia a los banquetes eucarísticos. Según las costumbres judías, la alabanza y la acción de gracias no se reducía a los momentos oficiales de oración o a la bendición de la mesa; sino que toda la jornada del judío está llena de bendiciones que dan sentido trascendente a los objetos, personas y circunstancias de la vida de cada día. Se trata del ideal cristiano de la oración "constante".

JORDI LATORRE
MISA DOMINICAL 2000, 11, 8