REFLEXIONES

 

1. SER/TENER:

El relato del centurión nos brinda hoy un modelo de identificación poco sugestivo y apetecible: apreciar a cada persona por sí misma, no por su condición, el puesto que ocupa o el beneficio que su trato me pueda reportar. Ser o tener, esa es la cuestión, he aquí el problema.

Parece que hemos llegado a una encrucijada en la que la misma esencia del SER consiste en TENER, y cada vez ponemos el listón más alto en la necesidad de las cosas: quien no tiene nada no es nadie. ¿Qué significa "yo soy"? Yo soy lo que tengo y lo que consumo, un hombre que consume y devora, un eterno niño de pecho que llora reclamando su biberón. Creer en el "ser" es apostar por una sociedad interesada principalmente en las personas, optar por el "tener" alumbra una sociedad interesada exclusivamente por las cosas; decidirse por el "tener" es preguntarse no "qué es bueno para el hombre sino qué es bueno para el sistema".

"Si yo soy lo que tengo, y lo que tengo se pierde, entonces ¿Quién soy yo? Nada sino un testimonio frustrado, contradictorio, patético, en una falsa manera de vivir... Si yo soy lo que soy y no lo que tengo nadie puede arrebatarme ni amenazar mi seguridad y mi sentimiento de identidad". (·Fromm-E).

Mientras el mundo -individuos y pueblos- discurra por los derroteros de "tener" la solidaridad tendrá un presente y un futuro incierto, negro y cuesta arriba: si todo el mundo desea tener más, todo el mundo debe temer a las intenciones agresivas del vecino, que desea quitarnos lo que tenemos. En lugar de dar y compartir, habrá que almacenar, comprar y atesorar cada vez más, por si acaso. El tener y la codicia que lo sostiene produce necesariamente rivalidad interpersonal, no solidaridad, y el futuro, si queremos que exista, se llama solidaridad.

Leo en Erich Fromm que los grandes Maestros de la Vida han considerado la alternativa entre tener y ser como el punto más importante de sus respectivos sistemas. Buda enseña que para alcanzar la etapa más elevada del desarrollo humano, no debemos anhelar posesiones: "tener y consumir causan infelicidad y sufrimiento". Jesucristo enseña que "quien quiera salvar su vida, la perderá". Fue el héroe del amor, un héroe sin poder, que no se valió de la fuerza, que no deseó gobernar ni tener nada. Fue el héroe del ser, de dar, de compartir. El maestro Eckhart enseñó que no tener nada y permanecer abierto y "vacío", no permitir al ego ser un estorbo en nuestro camino, es la condición para lograr salud y fuerza espiritual. MARX/LUJO: Marx dijo que el lujo es un defecto, tanto como la pobreza, y que nuestra meta debe consistir en ser mucho, y no en tener mucho. Y el propio Erich Fromm advierte que la satisfacción ilimitada de los deseos no produce bienestar, no es el camino de la felicidad ni aun del placer máximo.

El Hombre Nuevo -reclama machacón el Evangelio- se distingue por "su disposición a renunciar a todas las formas de tener para poder ser plenamente, y plenamente solidario. Tener y acumular son palabras para olvidar; ser, dar y compartir son invitados forzosos y obligados en la fiesta.

DABAR/89/31



2. MONICION/ENTRADA

El pueblo de Dios no coincide con el oficial. Esto sucedió entre los judíos y, sin duda, sucede en la Iglesia. El centurión del que nos habla el Evangelio de hoy era un romano, un pagano, un despreciado por los judíos por no pertenecer al pueblo escogido.

Pero el centurión se convierte en modelo de fe, propuesto por Jesús por encima de los ancianos judíos que hacen de mediadores para conseguir la curación del criado del centurión.

Se puede ser muy religioso sin llegar a ser cristiano, porque lo fundamental aquí es llegar a ser seguidor de Jesús, imitador de sus actitudes, de su forma de amar y tratar a los hombres. Lo que caracteriza al cristiano no es su ideología sino su confianza en Jesús; y, a partir de ahí, el comportamiento, la vida, entendida y vivida como él la entendió y la vivió.

DABAR/89/31



3. SFT/D La desgracia crea en las almas un vasto desierto en el que resuena la voz de Dios. ·BALZAC