COMENTARIOS A LA PRIMERA LECTURA
Dt 05, 12-15

 

1. DECALOGO/SABADO  SABADO/LIBERACION

Tenemos dos versiones del decálogo: ésta, que pertenece a la reforma de Josías, y la de Ex 20 que se remonta a las antiguas fuentes yahvistas y elohistas, pero que fue reelaborada por la tradición sacerdotal. Los preceptos del decálogo tienen una forma y un fondo literario muy definido: se trata de un género apodíctico en el que se formula el precepto en segunda persona (no matarás) y una serie que constituye un conjunto de frases rimadas. Este género literario se distingue del estilo jurídico ordinario de Oriente, redactado en condicional y en tercera persona (si un hombre mata... será...: este es el caso corriente en Israel).

Originariamente un enunciado apodíctico tiene un carácter absoluto y pretende representar una voluntad que no admite discusión (de Dios o del legislador). Su forma es tan absoluta que no se detiene en las sanciones o en el análisis de los casos particulares, de las excepciones o de las consecuencias.

a) El extracto del decálogo reproducido en el leccionario de este día se centra en la observación del sábado. Es el único texto del Deuteronomio que habla de esta observación, sin duda porque en su época no planteaba ningún problema. Contrariamente a la legislación de Ex 20, el Deuteronomio une el sábado al acontecimiento de la liberación de Egipto, lo cual está dentro de la lógica de su espíritu (de Dt), que se preocupa por hacer que el pueblo viva los acontecimientos principales de su historia salvadora.

b) El texto del Deuteronomio es especialmente importante: establece el descanso para todas las categorías sociales, desde el jefe de familia hasta el extranjero. En este sentido no hace más que reproducir la prescripción ya conocida por el Código de la Alianza, de la cual toma hasta el descanso, no se fija tanto en asegurar el bienestar del jefe de familia como en el de los subalternos: servidores, bestias y extranjeros. La orientación social de este texto es evidente. En la época del Deuteronomio se manifiesta en el pueblo una notable evolución social. Los antiguos pequeños propietarios son desbordados por la burguesía de las ciudades y se han visto obligados a alquilarse o a venderse como esclavos para poder sobrevivir. La ley toma precauciones para asegurar a los esclavos un estatuto de vida un poco más digna, reservándoles un día de descanso a la semana.

De disposiciones de este tipo es donde ha nacido la concepción de los trabajos serviles. Ciertamente, se prohíbe trabajar al jefe de familia y al propietario, pero esta prohibición se orienta principalmente al descanso de los esclavos de la hacienda.

Esta actitud está muy bien en la línea de las prescripciones generales de la ley y en un índice de la mentalidad deuteronómica. El texto que analizamos ofrece un interés especial; sitúa esta reforma social del sábado bajo una óptica religiosa: "tú has sido esclavo en Egipto y Dios te liberó de tu esclavitud; haz lo mismo con tus propios esclavos, liberándolos un día a la semana". Asistimos así a una relectura de la prescripción legal del descanso físico a la luz de la experiencia histórica del desierto: se libera a los esclavos del trabajo un día a la semana para proclamar la liberación del pueblo de la esclavitud de Egipto. Desde el momento, el descanso cobra una densidad nueva: ya no es meramente una cesación del trabajo por sí misma, como en la primera etapa, sino que se convierte en un rito por el que se manifiesta el propio estatuto de hombres liberados de Egipto. De igual modo, este descanso se centra principalmente en las obras serviles porque estas son más representativas de la esclavitud de Egipto que las demás ocupaciones de un jefe de familia o de un propietario.

De todas las espiritualizaciones que el Deuteronomio ha hecho sufrir a la liturgia de su tiempo, debemos reconocer que esta es la más profunda. Ya el documento yahvista había conectado el descanso sabático a un acontecimiento del desierto, pero lo hacía aún de un modo negativo. El Deuteronomio, en cambio, cataliza en torno al descanso de las obras serviles la conciencia de un pueblo que se jacta de haber sido liberado de Egipto y se goza mostrándolo, al liberar a sus miembros inferiores de todo trabajo, un día por semana.

MAERTENS-FRISQUE
NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA V
MAROVA MADRID 1969.Pág. 8


2. /Dt/05/01-22

Según muchos comentaristas, aquí comenzaba el Deuteronomio original. "Escucha Israel..." es una fórmula que introduce normalmente una unidad kerigmática (cf. Dt 4,1- 6,4). El versículo 3 («no hizo esa alianza con vuestros padres, sino con nosotros») contradice lo que se ha dicho antes (que la generación salida de Egipto murió en el desierto: Dt 1,35-39). El redactor prefiere ignorar esa tradición y así consigue dar mayor relieve al momento presente: "Con nosotros, con los que estamos vivos hoy aquí" (v 3).

Moisés recuerda a la asamblea cómo él asumió el papel de mediador («yo mediaba entre Yahvé y vosotros»: v 5). Podría caber la sospecha de que, en este oficio de mediador, Moisés hubiera ocultado o desfigurado las palabras de Yahvé. Por eso insiste en el carácter directo de la revelación del Sinaí («cara a cara habló el Señor con vosotros en la montaña»: 4), esto los constituye en testigos y les obliga a cumplir la Torá. Este carácter de testigos directos sería, según un comentario rabínico, el gran argumento de que disponía Moisés: «No penséis que yo os engaño, como un intermediario que falsea la mercancía. Mirad: es el mismo vendedor quien os habla» (Rashi, ad loc.). «Yo soy Yahvé, tu Dios. Yo te saqué de Egipto» (6). Esa es la gran coherencia con que se urge al cumplimiento de la ley: en el caso de Yahvé, el legislador coincide con el salvador del pueblo.

A continuación se exponen, como ya en Ex 20,2-17, los diez preceptos (= «diez palabras»), que iluminan todo el campo de la vida religiosa y moral. El redactor deuteronomista amplió el enunciado de algunos preceptos, especialmente el del sábado: más que insistir en su referencia al Dios de la creación (como hace Ex 20,8), acentúa la motivación social con referencia a la experiencia de esclavitud/liberación de Egipto («no harás trabajo alguno... ni tu esclavo ni tu esclava... Recuerda que fuiste esclavo...»: 12-15).

El sábado resume admirablemente la teología del Dt: une la liberación (éxodo) con la donación de la tierra (donde Dios les dará descanso, shabat). En esta línea humanitaria del Dt podemos oír la voz de Jesús cuando afirma: «El sábado es para el hombre» (Mc 2,27). Es liberación y fiesta.

R. VICENT
LA BIBLIA DIA A DIA
Comentario exegético a las lecturas
de la Liturgia de las Horas
Ediciones CRISTIANDAD.MADRID-1981.Pág. 536 s.