SEGUNDA LECTURA

Los cristianos no deben imponer su fe a los demás con orgullosas pretensiones. Solamente deben ser hombres de buena conducta y llenos de esperanza, hasta tal punto de que sus compañeros queden sorprendidos y les pregunten qué esperan y por qué. Entonces será oportuna una respuesta de la fe.


 

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pedro 3,15-18.

Hermanos:

Glorificad en vuestros corazones a Cristo Señor y estad siempre prontos para dar razón de vuestra esperanza a todo el que os la pidiere; pero con mansedumbre y respeto y en buena conciencia, para que en aquello mismo en que sois calumniados queden confundidos los que denigran vuestra buena conducta en Cristo; que mejor es padecer haciendo el bien, si tal es la voluntad de Dios, que padecer haciendo el mal.

Porque también Cristo murió una vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios. Murió en la carne, pero volvió a la vida por el Espíritu.